sábado, 25 de noviembre de 2006

Antonio Robles Almeida: «En Fermoselle yo soy igual a otros, pero en Cataluña te sientes extranjero»

Tuvo una niñez feliz en Fermoselle, «un lugar donde el tiempo no existe y la vida se convierte en un paraíso», aunque a los 14 años emigró a Cataluña provisto tan sólo de una maleta. Allí estudió Ciencias de la Información y Filosofía, y allí ejerce como profesor de instituto. Ahora, a sus 51 años, casado y padre de dos hijas, se ha convertido en diputado electo al Parlament por la recién creada formación Ciutadans, antinacionalista.
Es el principio, cree, de un camino para terminar con «tantos años de acoso en Cataluña». - Como tercer candidato al Parlament, ¿esperaba obtener el escaño apenas unos meses después de formalizar su partido? - Para mí no ha sido ninguna sorpresa, porque esto empezó hace mucho tiempo. En 1992 ya escribí el libro titulado "Extranjeros en su país", que en realidad es la doctrina básica de Ciutadans. También fui el primer presidente de la Asociación por la Tolerancia. Pero si digo que esto no es nuevo es porque la situación en Cataluña tenía que explotar. Hay una dictadura del silencio y, efectivamente, ha explotado. Los intelectuales lo que han hecho de alguna manera es contribuir a legalizar un discurso.
- ¿Nacen con vocación de continuidad tras este boom electoral?
- Por supuesto. Dentro de ocho años se puede llegar perfectamente a la presidencia de la Generalitat. Hay un cincuenta por ciento de los ciudadanos que residen en Cataluña que no votan, pero piensan igual que nosotros, porque se sienten excluidos.
- ¿Usted se ha sentido extranjero en Barcelona?
- Siempre. Ahí está la diferencia, porque en Fermoselle yo soy igual a otros, pero aquí en Cataluña siempre estás señalado. Lo ves sobre todo en los casos de las personas que tenemos un trabajo, como el mío en la educación, vinculado a la Generalitat. Es sangrante y humillante para los ciudadanos.
- ¿Le costó aprender catalán?
- Conozco y utilizo el catalán, aunque no lo hablo perfectamente, como ocurre cuando aprendes una segunda lengua. Lo estudié en los años setenta, cuando se organizaron los primeros cursos, pero era todo una mitología nacionalista descarada y lo dejé.
- ¿Llevan con orgullo la bandera del antinacionalismo?
- El nacionalismo lo que ha hecho es utilizar tradicionalmente tres armas. Primero te silencian. Luego, te satanizan, te ensucian y acaban criminalizándote. A continuación ya viene la exclusión social.
-¿Se considera sobre todo español?
-Yo lo que reivindico es mi derecho a ser normal. No somos n i catalanistas ni españolistas. Yo no voy por la vida de nada. Pero, por supuesto, hay sentimientos y no nos avergonzamos de ser españoles.
- ¿Qué es para usted Cataluña?
- Lo que trato es de intelectualizar estos conceptos. No me pregunto si soy catalán o español, sino si tengo libertad, si tengo los servicios servicios sociales necesarios... En mi pueblo no se preguntan qué son. Estoy orgulloso de ser de Fermoselle, por supuesto, pero no lo utilizo desde la prepotencia ni me siento superior o mejor a otros por ello.
- ¿En Ciutadans aspiran a convertirse en el instrumento de conciliación entre España y Cataluña?
- En España la gente tiene que aprender que en Cataluña somos más los que pensamos en términos de normalidad que el resto. Si los ciudadanos no votan es porque el proyecto nacionalista no va con ellos. Es un error coger manía a los catalanes; hay que coger manía a los nacionalistas catalanes.
- A quién han hecho más daño electoralmente, al PP o al PSOE?
- Lo que le puedo asegurar es que si el PSC y el PP no reaccionan se tendrán que disolver, y todos se vendrán con nosotros. En estos momentos no hay un lugar más sectario que Cataluña, más incluso que el País Vasco por el factor psicológico. Consiguen acomplejarte y que sientas complejo de inferioridad, algo que es peor que el acoso psicológico que puede darse en el País vasco, dejando a un lado las muertes, por supuesto, porque al final hay personas que se llegan a creer que son inferiores. El acoso moral es de tal calibre, sobre todo con los emigrantes, por ejemplo con los castellanos o andaluces... Es terrible.
- Los planteamientos de Ciutadans, salvo las singularidades lingüísticas, ¿son extensibles al resto del territorio nacional?
- Cada día nos llegan siete u ocho propuestas desde distintos puntos del país. Este proyecto se va a reactivar y la red se extenderá, porque nuestro objetivo es ser un partido bisagra. En el fondo Ciutadans, como concepto, sirve para todo el país y espero que en Zamora se constituya pronto, porque el hartazgo de los ciudadanos es un sentimiento que está ahí, como los problemas diarios. -Como secretario general de la formación, ¿valora la posibilidad de concurrir a las elecciones generales?
- Vamos a presentarnos y vamos a dar sorpresas. Se lo aseguro.
- ¿A quién darán su apoyo para gobernar el Parlament?
- No vamos a dar nuestro voto a nadie. Nuestra labor va a ser de denuncia de la corrupción política. Además todos son nacionalistas, salvo el PP que no pinta nada. Los ciudadanos están cansados de que se les engañe.
- Cuando tenga que intervenir en el Parlamento de Cataluña, ¿lo hará tanto en catalán como en castellano?
- Voy a intervenir exclusivamente en castellano. Lo que hay que instituir es que cada uno hable como quiera, y todo el mundo en Cataluña entiende el castellano. Yo me siento infinitamente más competente hablando en castellano, y es como lo quiero hacer. Imponer lo contrario sería un abuso. «Voy al pueblo todos los veranos, porque es donde me libero y donde la vida es un paraíso»
- ¿Cómo recuerda la niñez en su Fermoselle natal y qué le llevó a abandonar la provincia?
- Hasta los once años viví en Fermoselle. Un día llegaron al pueblo dos curas y a los cuatro primeros de la clase nos llevaron a un colegio de curas alemanes en León. Era una educación bastante avanzada si la comparabas con la del franquismo.
- ¿Mantenía el contacto con el pueblo y con la provincia? -En aquellos años yo sólo iba en vacaciones. Mi madre y mi hermana habían emigrado a Alemania para trabajar y mi padre a Francia. Como era bastante ateo y no tenía vocación sacerdotal al final me echaron . Con catorce años me fui en autobús a Cataluña sólo con una maleta. Mi padre, que trabajaba en pernoctaba en Llivia, un pueblo español pero en territorio francés, me fue a buscar y allí me quedé yo también. Hice el bachillerato y, más tarde, la carrera de Ciencias de la Información y la de Filosofía y letras.
- ¿Con qué frecuencia regresa a su tierra?
- Voy a Fermoselle todos los veranos. Es donde me libero, donde el tiempo no existe y donde la vida se convierte en un paraíso. Las noches en Fermoselle son impagables
. - ¿Tiene familia allí?
-Tengo mucha familia y muchísimos primos. Fermoselle para mí es el centro del mundo y el lugar al que llevo a mis amigos.
- Aunque ejerció un tiempo el periodismo finalmente se ha dedicado a la docencia.
-Ejercí en Cataluña, cierto, pero precisamente no quise participar de determinados planteamientos. Lo dejé y me presenté a unas oposiciones a profesor de Filosofía y Letras, y aprobé.
Begoña Galache (La Opinión - El Correo de Zamora) (03/XI/06)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

Godér, akí estubo un estrangüero al ke nos lentiende nà.