sábado, 14 de agosto de 2010

Dónde están. Por Hermann Tertsch

Mientras proliferan las protestas en el exterior contra Irán, silencio en España.

En numerosos países se han creado en los pasados días iniciativas solidarias y convocado concentraciones ante las embajadas de Irán para protestar contra las últimas muestras de la crueldad y la represión del régimen islamista de Mahmud Ahmadineyad. Hasta en Venezuela y pese a las «fraternales» relaciones entre Hugo Chávez y el presidente iraní, hubo el jueves mujeres con coraje para manifestarse y expresar su solidaridad con Sakineh Ashtianila, la mujer condenada a morir lapidada por adulterio.

También hay nuevas iniciativas para impedir que se amplíe la larguísima lista de homosexuales ahorcados por el régimen iraní. Porque se está a la espera de que sea ejecutado Efraim Hamadi, un joven homosexual de 18 años, acusado de una violación que hasta su supuesta víctima niega.


Mientras proliferan las protestas en el exterior, silencio en España. Frente a la embajada de Irán en Madrid, en la calle Jerez, entre el Paseo de la Habana y la Avenida de Alfonso XIII, la calma es completa. No hay atisbo de los colectivos de gays y lesbianas ni de las asociaciones feministas, todos tan hiperactivos e indignados cuando descubren un comentario supuestamente homófobo o machista. Entonces surgen los comentarios indignados de Zerolo y Aído, las condenas rotundas de una legión de secretarias de Estado y comunicados de mil siglas amamantadas por la ubre socialista. Que en Irán a los homosexuales los torturen hasta la agonía antes de colgarlos de grúas, y las mujeres pasen un calvario antes de ser ejecutadas no parece irritar a nuestro homosexual orgánico de cabecera ni a la ministra. ¿Dónde están? ¿Por qué no hablan estos días sobre Irán? ¿Qué lazos de simpatía íntima —mas allá de la Alianza de Civilizaciones de su jefe Zapatero— unen a Zerolo y Aído a un régimen que los ahorcaría a ambos si fueran ciudadanos suyos?

ABC - Opinión

Recados. Por Eduardo San Martín

De malentendidos, nada. Para bien o para mal, a Marruecos se le entiende casi todo. Campañas como la desatada por su gobierno contra las fuerzas de seguridad españolas en Melilla obedecen a un propósito, y ese no es la defensa de sus ciudadanos contra unos supuestos malos tratos que más bien lo serían en sentido contrario. El portavoz de la AUGC en Melilla, un bereber musulmán de nombre Jamal Allal, denunciaba ayer en Punto Radio el acoso cotidiano al que son sometidos en la frontera por marroquíes que cruzan la raya. Y es sabido también que todo lo que tenga que ver con puntos sensibles en las relaciones hispano-marroquíes viene de palacio. Nos están mandando un recado.

Seguramente Moratinos, que es el gran valedor de Marruecos en el Gobierno, sepa algo. Y tal vez por esa razón anda escondido. Quizá las reticencias de España al nombramiento como embajador en Madrid de un antiguo dirigente del Polisario; acaso las dudas españolas sobre una solución para el Sahara demasiado favorable a los intereses de Rabat. Lo sabremos pronto. Mientras, la intervención de Don Juan Carlos podría haber esperado; se le habría evitado el desaire de que su conversación con el autócrata de Rabat fuera respondida con un boicot nada espontáneo en la frontera.

España no ha sabido encontrar el equilibrio en las relaciones con Rabat. Pasamos del palo a la zanahoria. Francia, también antigua potencia colonial, sí. Es verdad que los franceses no tienen Ceuta y Melilla, pero tampoco complejos. En un conflicto entre España y Marruecos, Rabat tendría más que perder. Así que podemos estar casi seguros de que la sangre nunca llegaría al río. Devolvámosles el recado.


ABC - Opinión

Dos ministros volátiles. Por M. Martín Ferrand

Los incidentes en curso, los que inquietan a los melillenses, forman parte del folclore fronterizo acostumbrado.

MARRUECOS puede ser, en el peor de los casos, un problema para España; pero nunca, sean cuales fueren las circunstancias, una sorpresa. Lo sorprendente es la escasa finura, abundante confusión y generalizada torpeza con que vienen actuando los gobiernos que se han sucedido al amparo de la Constitución del 78 en relación con nuestro vecino del Sur. Marruecos, una monarquía teocrática revestida con ropajes constitucionales y engalanada con apariencia parlamentaria, necesita periódicamente, como válvula de escape para aliviar la tensión de sus conflictos internos, un conflicto exterior que desplace el foco de atención de los marroquíes. De ahí sus malas relaciones con todos sus vecinos, y nada más adecuado, por razones de proximidad, que Ceuta y Melilla, dos ciudades españolas enclavadas en su territorio desde varios siglos antes que Marruecos fuera, primero, un Reino, y, después, un Estado.

Los incidentes en curso, los que inquietan a los melillenses, forman parte del folclore fronterizo acostumbrado y su magnitud crece ante nuestros ojos por el hecho inusual de que el jefe del Gobierno acudiera al del Estado para pedir su intermediación ante el Rey de Marruecos. Algo, quizá, desmedido. Especialmente si el problema diplomático no tiene la enjundia suficiente para exigir la presencia del ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ni requerir la del titular de Interior y responsable del orden fronterizo, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Es posible que Moratinos, cuya hoja de servicios solo se anota, en lo que a Marruecos respecta, voluntarismos excesivos, errores notables y fracasos sonoros, esté deshojando la margarita que le ha ofrecido José Antonio Griñán para ser, en las próximas municipales, aspirante a la Alcaldía de Córdoba; pero, ¿dónde está Rubalcaba cuando se insulta a la Guardia Civil, se menosprecia a las mujeres de la Policía Nacional y la tensión crece en el entorno de una de nuestra ciudades? Según Tito Livio, Aníbal les daba de comer carne humana a sus soldados para excitar su ferocidad y valentía en el combate. José Luis Rodríguez Zapatero, al modo del cartaginés, debiera invitarles a un buen asado de cordero a sus dos señalados ministros para que, cuando menos, den la cara y no escurran el bulto en un momento que es, especialmente para los vecinos de Melilla, delicado e inquietante y oportuno para que todos los españoles tomemos conciencia de la fortaleza del Estado. Algo compatible con las buenas maneras frente a un vecino estimable en la medida en que no se obstine en resultar más incómodo de lo que marcan los cánones. Franco ya no agoniza.


ABC - Opinión

Top Manta. Un respeto para el alcalde. Por Maite Nolla

Yo creo que la pena de cárcel de un año para los manteros –que es la tarifa plana habitual– es excesiva, teniendo en cuenta el perjuicio causado y el valor de lo que venden, que es escaso. Pero lo que hacen es ilegal.

El problema del editorial conjunto es que algunos se lo han creído. Igual que se han debido creer lo que dice Artur Mas de que siempre debe prevalecer la voluntad del pueblo sobre la Ley. Eso se ha llevado a la política municipal catalana y ahora lo que prevalece es la voluntad del alcalde del pueblo sobre la Ley. Es la consecuencia directa de llevar cuatro años diciendo que ningún tribunal español iba a torcer nuestro común designio de libertad manifestado en referéndum. Vale que los políticos, el notario y el corresponsal de La Vanguardia saben que están engañando al personal, pero el alcalde de El Vendrell ha debido pensar que si nos están sacando a la calle para no cumplir las leyes, eso debe valer para todo.

Supongo que saben que este señor ha decidido que no va a perseguir a los manteros sino que va a tolerar su presencia, pactando incluso una ubicación para que puedan delinquir con todas las comodidades, porque perseguirlos no le sale a cuenta. Ya sé que no debería decirlo, por obvio, pero una cosa es considerar injustas las penas de prisión a los manteros, y otra justificar y permitir el delito. Yo creo que la pena de cárcel de un año para estos delitos –que es la tarifa plana habitual– es excesiva, teniendo en cuenta el perjuicio causado y el valor de lo que venden, que es escaso. En la mayoría de casos el total no alcanza ni los doscientos euros. La persecución de estos delitos también podemos considerarla desproporcionada, teniendo en cuenta que tipos como Millet han pasado sólo trece días en prisión preventiva y que por vender en la manta te pasas, al menos, un día en el calabozo. Pero lo que hacen es ilegal. Se vulneran las normas sobre venta ambulante y no ambulante, sobre impuestos, tasas, las de la Seguridad Social en relación a los comerciantes que están legales y, aunque lo consideremos excesivo, su actividad es delictiva. Como dice Federico, una cosa es el liberalismo y otra el anarquismo. Y si el ayuntamiento lo tolera y lo permite, se abre una bonita discusión jurídica sobre cuántos delitos está cometiendo, de qué tipo y qué figuras penales concurren: prevaricación, complicidad, encubrimiento o algún delito contra la Administración de Justicia.

Por supuesto, el presidente de la Generalitat en funciones, Joan Saura, considera que la solución municipal de cooperación con el delito es socialmente adecuada. Otra cosa sería incongruente, después de todo lo que han dicho de la sentencia del estatuto. También es verdad que para determinados políticos es difícil comprender que el mantero es el último explotado de una cadena mafiosa. Pero la cuestión es que cuando desde el Gobierno de España, el gobierno autonómico, los ayuntamientos, los periódicos, los empresarios y todo el que sabía firmar, se ha instado a la ilegalidad y como dijeron los del Òmnium, los políticos tenían el mandato del pueblo de no cumplir la sentencia del estatuto, ¿quién le va a decir al señor alcalde de El Vendrell que impida la venta a los manteros, si no quiere o si no tiene dinero para hacerlo? Un respeto para el alcalde.


Libertad Digital - Opinión

On the rocks. Por Ignacio Camacho

Conservado en el hielo de su tenebroso poder, Castro ha sobrevivido a una verdadera glaciación política.

HAY un problema con Fidel Castro: no es tan viejo como sugiere la eternidad que lleva en el poder. En medio siglo de tiranía se le ha podrido el régimen y el aparato digestivo, pero a los 84 años un hombre bien atendido por la medicina no está hoy aún en el corredor de la muerte. El dictador aún tiene tiempo de liquidar política o hasta físicamente a muchos de los que le daban por enterrado; quizás incluso a su propio hermano, que no parece demasiado contento de esta reaparición de prematura ultratumba que ha mandado al limbo las esperanzas de una «solución biológica» a esa lenta decadencia de la autarquía cubana. La resurrecciónde Fidel alarga la agonía de una nación en coma; en virtud de unos siniestros vasos comunicantes, el futuro que le quede es un presente que le roba a su pueblo.

Conservado en el hielo de su tenebroso poder, como ese whisky de Shackleton recién descubierto en la Antártida, intacto y acaso bebible on the rocks, Castro ha sobrevivido a una verdadera glaciación política. Se ha descongelado la Guerra Fría, se ha derrumbado el muro de Berlín y se ha derretido la atroz utopía comunista que le dio soporte —que no sentido— a su delirio totalitario, pero su reloj vital ha seguido latiendo bajo los escombros de una ideología desmoronada. Lo que su larga dictadura nos ha hecho olvidar es que era muy joven cuando entró al frente de los barbudos en aquella corrupta Habana de mafias y casinos; era su cruel determinación, su precoz autoritarismo, su fanático arrojo lo que le hacía parecer desde el principio mayor de lo que señalaba su edad objetiva. En una sociedad dinámica y abierta el tiempo habría acelerado su desgaste político hasta jubilarlo en el panteón de las transformaciones sociales, pero el clima inmóvil de la revolución creó en Cuba una burbuja hiperbárica como la que Julio Verne imaginó en el centro de la tierra: un hábitat resistente, una reserva biotópica para la conservación de los dinosaurios y demás especies condenadas por la ley del progreso de la Historia.

Cuba es a día de hoy un macabro parque temático del tardocomunismo en el que la figura demacrada del estrafalario comandante preside, ya sin galones en la ritual guayabera verde olivo, la escenificación patética de una liturgia de cartón piedra, una representación gastada y artificiosa de la vieja ceremonia revolucionaria que más bien parece una parodia de sí misma. Este izquierdismo crionizado, este vetusto socialismo de guardarropía es una reliquia anacrónica de un tiempo vencido, pero Fidel aún tiene, al parecer, salud para conservarse entre los hielos de su terca megalomanía e imponer a sus compatriotas la permanencia obligatoria en una atmósfera fósil. El whisky de Shackleton, al menos, nadie se lo va a beber porque forma parte del patrimonio de la arqueología.


ABC - Opinión

Fuego asesino

La fundada sospecha de que el incendio fue provocado hace de la muerte de sus víctimas un acto criminal.




LA muerte de dos miembros de una brigada de extinción de incendios en Pontevedra, fallecidos la pasada madrugada mientras intentaban detener el avance de la llamas en la localidad de Fornelos de Montes, confirma la magnitud del drama que representan los incendios forestales. Pese a la experiencia acumulada por los dos brigadistas y el buen funcionamiento de las alertas oficiales, el viento convirtió en una trampa mortal el fuego que trataban de contener los servicios de extinción. La fundada sospecha de que el incendio fue provocado —como el 70 por ciento de los que arrasan cada año Galicia, según fuentes de la Fiscalía— hace de la muerte de sus víctimas un acto criminal que obliga a la Justicia a actuar con todo el rigor y el peso de la ley contra sus autores.

ABC - Editorial

¿Y los barcos?. Por Alfonso Ussía

Los mercados de Melilla están desabastecidos. No llegan alimentos por la frontera con Marruecos. Ni carne, ni pescado, ni frutas, ni verduras, ni leche. He escrito «leche», no leches, que encajaría mejor con el ánimo imperante. Me pregunto: ¿Dónde están los barcos? Una nación seria no permitiría esta situación de abandono ni un solo día. Si hay que llenar el «ferry» Málaga-Melilla de alimentos, se hace. Si para ello hay que dejar en tierra los coches de los marroquíes, en tierra los coches. Las bodegas, rebosadas de víveres para los melillenses. Si se antoja excesiva la medida, el Gobierno puede fletar mercantes. Y en último caso, pedir a la Armada que abastezca la ciudad española. Pero no resulta tolerable ni admisible que veamos desde la península y las islas los mercados de Melilla tan vacíos como los de una ciudad bloqueada. Por aire y por mar, España tiene acceso directo a Melilla. Que se usen los helicópteros que tanto molestan al Sultán para llevar aceitunas rellenas. Se le podría lanzar alguna lata a la cubierta de su barco para alegrarle los aperitivos. Y de paso, cerrar la frontera. Los que pierden son los de allí, no los nuestros. Pero ni una concesión acomplejada más a los provocadores a las órdenes de Mojamé, que es más retorcido que una trenza de Karembeu.

Un barco detrás de otro hacia Melilla. Y ni un solo día más con Melilla sin alimentos frescos. Estamos hablando de una ciudad de España abandonada por la política exterior de nuestro abrumador Gobierno. Una ciudad que, como Ceuta, es España con anterioridad secular a la creación del Reino de Marruecos. El Gobierno no puede permitir este nuevo chantaje. No se trata de depender de «gestos de buena voluntad». La vida y la seguridad de los españoles se defiende por vías diplomáticas. Y si éstas no fructifican –el ministro ha desaparecido–, hay que hacer uso de la fuerza. Disuasoria en un principio y efectiva si la primera no acierta a poner las cosas en su sitio. Lo que sea, menos permitir que en Melilla falten alimentos, medicinas y artículos de primera necesidad. A los que abandona el Gobierno con sus titubeos y sus chorraditas es a los españoles.

Se podría decir que Zapatero no es partidario de mantener la españolidad de Ceuta y Melilla. Se podría decir, se puede decir y no suena a error. Los diferentes presidentes de Gobierno de España, por no molestar al Sultán, han sido unos melindres con Ceuta y con Melilla. El Rey le echó un par de bemoles al asunto, y acompañado de la Reina visitó nuestras ciudades africanas con un éxito arrollador. Pero al Rey recurren siempre tarde y mal, cuando la situación precisa de su «auctoritas». Ceuta y Melilla son un inconveniente para los socialistas. Electoral e histórico. Si de Zapatero dependiese, mañana se arriaría la Bandera de España de nuestras dos ciudades y se entregarían siglos de Historia a las huestes del Sultán. Ya se encargaría, posteriormente, el Ministerio de Defensa de convertir a la Legión y los Regulares en amables Organizaciones sin objetivos. Ceuta y Melilla son como San Sebastián o Sevilla. España pura. Y dejar a dos partes de España, dos territorios de España y dos ciudades de España a manos de los chantajistas y los provocadores de otra nación, tiene un calificativo muy feo, muy deshonroso y muy cercano a la vileza.

Si hay que encontrar barcos, se buscan. Incluídos los particulares que navegan por el mar de Alborán hasta la puerta del Estrecho. Pero Melilla no puede amanecer un día más desabastecida. Diplomacia y cobardía no pueden ser coincidentes. Con Marruecos, nuestra diplomacia es cobarde. Y al cobarde cualquiera le pierde el respeto. Barcos.


La Razón - Opinión

Gómez vs. Jiménez. El tándem y el monociclo. Por Pablo Molina

Es posible que Trini y Jaime se consideren ganadores, pero la imagen suya pedaleando al unísono con Zapatero empujando detrás no es precisamente la garantía de una victoria segura. Y en Madrid menos aún.

La ministra Jiménez y Lissavetzky afirman ser un tándem ganador para arrebatar la comunidad autónoma y el ayuntamiento madrileños al partido popular. En primer lugar es extraño que una persona viajada como Trini (por utilizar la denominación canónica que se ha impuesto tal vez como estrategia electoral), no haya recurrido al concepto de "ticket" con que los norteamericanos denominan a la dupleta que se presenta a la presidencia y vicepresidencia de la república, mucho más apropiado como símil en un contexto electoral que el de la bicicleta biplaza utilizado por la ministra de Sanidad para referirse a lo suyo con el aspirante a la alcaldía.

En todo caso, es evidente que ambos se postulan como la única esperanza del PSOE de recuperar el poder en la capital de España, aunque para ello haya que obviar algunos inconvenientes democráticos como la necesidad de superar unas primarias sometiéndose al escrutinio de los militantes.


Es francamente, perdón, "realmente" dudoso que el PSOE gane las elecciones autonómicas y al ayuntamiento de Madrid el próximo mes de mayo, sea quien sea el tándem que presente bajo sus siglas. De hecho, la gran Trini ya se pegó un elegante batacazo cuando intentó alcanzar la alcaldía de la capital allá por 2003, si bien es cierto que comparado con lo que le ocurrió a su sucesor en el intento, el también ministro Sebastián, lo de Trini fue un éxito sin precedentes digno de ser incluido en el currículum.

El famoso "tándem ganador" tiene un solo competidor, Tomás Gómez, forzado a correr en solitario en un monociclo, herramienta menos potente pero al mismo tiempo mucho más versátil, especialmente si se trata de recorrer los estrechos vericuetos de las distintas agrupaciones socialistas con cuyos votos es necesario contar para alcanzar la condición de candidato. Ahí habrá que ver la capacidad de maniobra del artefacto biplaza promovido por Zapatero, personaje, además, cuyo mero contacto con cualquier aspirante socialista provoca inmediatamente una caída sustancial en la intención de voto.

Es posible que Trini y Jaime se consideren ganadores, pero la imagen suya pedaleando al unísono con Zapatero empujando detrás no es precisamente la garantía de una victoria segura. Y en Madrid menos aún.


Libertad Digital - Opinión

El tirón alemán

DESDE 1987, Alemania no registraba una tasa de crecimiento tan elevada como la que ayer certificó Eurostat

DESDE 1987, antes de la costosa reunificación del país, Alemania no registraba una tasa de crecimiento tan elevada como la que ayer certificó Eurostat. Con un aumento del 2,2 por ciento en el segundo trimestre, el PIB alemán no sólo confirma la salida de la recesión de la economía germana, sino que impulsa las cifras continentales y dibuja un panorama esperanzador para toda la zona euro. En estas circunstancias, la tímida y endeble recuperación de la economía española —que creció sólo un 0,2 por ciento— comienza a representar un lastre para el resto de socios europeos, cuyas políticas de ajuste empiezan a dar sus frutos ante la incertidumbre provocada por el Gobierno español, decidido a aprovechar el tirón exterior antes que arreglar, desde los cimientos y sin concesiones, su propia casa.

ABC - Editorial

Una tragedia evitable

Un año más, los incendios son noticia pero la pérdida de vidas humanas los hace, en esta ocasión, más dolorosos. Es un problema endémico en nuestro país y en el que, por regla general, las administraciones públicas no dedican suficientes recursos a la prevención. Los incendios se apagan en invierno. Los esfuerzos que se dedican a lo largo del año para mejorar las condiciones del bosque y en las labores de prevención son las que permiten, al llegar el verano, que haya pocos o muchos incendios. Es cierto que cuando acaba la temporada y en función de la cantidad y gravedad de los que se han producido, las autoridades anuncian inversiones y esfuerzos adicionales, pero llega la realidad presupuestaria y el cuidado de los bosques pasa a un muy segundo plano. Es un grave error.

La limpieza y el cuidado son los instrumentos fundamentales para triunfar en la lucha contra el fuego. Un buen número de incendios son provocados. Hay personas que sienten un placer enfermizo por el fuego y les gusta destruir los bosques. Cuanto mayor es la cantidad de terreno destruida más placer sienten. Otros incendiarios son, simplemente, gamberros que se divierten haciendo animaladas sin importarles las graves consecuencias. Finalmente, unos cuantos son consecuencias de imprudencias o errores humanos. Por tanto, a lo largo del año es fundamental llevar a cabo la labor de prevención y cuando llega la temporada disponer de recursos para hacer frente a los incendios con la suficiente velocidad para impedir su propagación. Una vez más es cuestión de aplicar medios económicos suficientes para hacerles frente con eficacia y rapidez. Finalmente, los pirómanos, se calcula que hay un millar y no importa la razón que motiva sus actos, así como los imprudentes tienen que sufrir las consecuencias de sus actos. Ni pueden ni deben quedar impunes. Es inquietante, además, la reincidencia en algunos de ellos o que en otros casos no se consiga capturar a los responsables. Es cierto que una eficacia total y absoluta es una utopía. Ningún país lo consigue y sería absurdo exigir a las administraciones públicas aquello que es imposible.

No sería serio. No obstante, lo que sí podemos demandarles es que no nos acordemos sólo de los incendios en verano. Todo parece indicar que el incendio de la madrugada del viernes en Galicia que se cobró la vida de los brigadistas Rodrigo Amo González y Julio Martínez da Silva fue intencionado. Ahora sólo cabe acompañar a sus familiares en su dolor y actuar contundentemente con los responsables. Hay que capturarlos y aplicarles el peso de la ley. La Justicia tiene que ser ejemplarizante, para que los delincuentes no olviden que no cabe la impunidad. Un pirómano busca hacer el mayor daño posible y no le importa matar. No debería existir ningún atenuante frente al indeseable que ha matado a los dos brigadistas. No se trata de un error humano o una imprudencia, sino de alguien que voluntariamente ha provocado un incendio que se ha cobrado dos vidas humanas. Por ello, sería positivo que el legislador abriera una seria reflexión sobre la necesidad de endurecer las penas en este tipo de delitos.


La Razón - Editorial

Alemania despega

El crecimiento germano aleja a Europa de la recesión y acelera el fin de los incentivos públicos.

Europa se aleja a toda velocidad de la recesión. Las estadísticas conocidas ayer indican que el PIB de la zona euro creció durante el segundo trimestre del año en el 1% sobre el trimestre anterior (una aceleración insólita del crecimiento sobre el 0,2% registrado en el primer trimestre), con una subida interanual del 1,7%. Todas las economías principales del área euro han dejado atrás la recesión. De forma brillante en el caso de Alemania, que registró una recuperación trimestral del 2,2%, calificada como vertiginosa por la Oficina Federal de Estadística; y de forma más modesta, pero firme, en el caso de Francia, que se apuntó una subida trimestral del 0,6%.

La fulgurante recuperación de la economía alemana está fundada principalmente en el crecimiento de sus exportaciones (aumentaron casi el 30% en junio de este año respecto a junio de 2009), explicable por la depreciación moderada del euro y por una cierta reactivación del comercio internacional. Pero también se explica por el dinamismo de su sector exportador, y en este capítulo ha tenido que ver el carácter de referencia de los activos financieros e industriales alemanes. Los ajustes fiscales decididos por el Gobierno de Angela Merkel han mejorado los precios relativos de la economía alemana, y los mejorarán todavía más en el transcurso del año. El caso contrario es el de Grecia, primer perjudicado por la carrera de ajustes presupuestarios competitivos que proliferan en toda Europa.


Existe una lectura más pragmática de la "vertiginosa" recuperación alemana. El ministerio de Economía español tendrá por fin una percha de la que colgar las expectativas de recuperación; si Alemania funciona, todas las economías europeas acabarán por beneficiarse de ello, y la española entre ellas. Para ser exactos, el tirón alemán, novísimo en cuanto que hasta ayer no tenía confirmación estadística, es el único argumento macroeconómico que puede esgrimirse para defender que la economía española puede tener un crecimiento sostenido en 2011. El INE confirmó ayer que el crecimiento en el segundo trimestre fue del 0,2%, que no es precisamente un prodigio de intensidad (desde luego, insuficiente para pensar en creación sustancial del empleo) y que se espera un empeoramiento en el tercer trimestre.

El problema para economías como la española es que el escenario económico cambia por completo. Con tasas trimestrales de crecimiento en el conjunto de Europa del 1% y del 2,2% en Alemania, con Francia e Italia en fase de recuperación apreciable, las autoridades económicas europeas y el BCE en particular pueden empezar a retirar todo el andamiaje de facilidades crediticias y otras muletas fabricadas para sobrellevar la recesión. En Alemania suben de tono las voces que reclaman el final de los planes de estímulo económico y saludan los beneficios de los ajustes fiscales. La euforia por el crecimiento alemán tendrá sin duda efectos secundarios.


El País - Editorial

Adiós al chantaje de los controladores

Esperemos que sea el inicio de una tendencia en la que a los sindicatos no les salga gratis obtener prebendas a base de chantajear a los usuarios de los servicios públicos.

La llegada de un acuerdo entre sindicatos y empleadores, sean éstos empresarios o administraciones públicas, siempre es motivo de alegría a corto plazo pues supone la desconvocatoria de huelgas u otro tipo de movilizaciones. No obstante, en ocasiones la capacidad de chantaje sindical es tan alta que los resultados de las negociaciones otorgan a los trabajadores unas condiciones laborales completamente desproporcionadas a la productividad y el valor que aportan.

No ha sido éste el caso. A falta de conocer más a fondo los detalles, donde siempre se oculta el diablo, los datos sobre el acuerdo entre Aena y el sindicato de controladores que se han dado a conocer en rueda de prensa parecen indicar que, por primera vez, un Gobierno ha logrado rebajar las extraordinarias condiciones laborales de las que disfruta el colectivo.


Tanto los aeropuertos españoles como el control aéreo son un monopolio público, que no tendría por qué permanecer como tal. Empresas privadas gestionan aeropuertos y navegación aérea en muchos lugares del mundo. Uno de los argumentos esgrimidos por el sindicato USCA ha sido que Aena había provocado el conflicto con ellos como cortina de humo para ocultar las privatizaciones de los aeropuertos, un espantajo que esta vez no parece haber producido ningún espanto entre la opinión pública y publicada. Ojalá termine siendo así, pues sólo una competencia real permitirá que los salarios y condiciones laborales de los controladores se ajusten a su productividad, y no a su capacidad de chantaje. Ya casi nos hemos olvidado del enorme poder que tuvo en su día el sindicato de pilotos SEPLA; se disolvió como un azucarillo cuando irrumpió la competencia entre las aerolíneas.

Mientras tanto, el acuerdo al que han llegado supone una victoria en toda regla para los gestores de Aena y sus superiores políticos, especialmente el ministro de Fomento, José Blanco. Hace seis meses hubiera sido impensable no sólo una reducción de los salarios de los controladores, sino especialmente que sus acostumbrados chantajes no les permitieran salirse con la suya, como es desgraciadamente habitual en muchos colectivos clave para la prestación de servicios de transporte público.

Hay que explicar que en los próximos años empezará a ponerse en marcha la iniciativa conocida como cielo único europeo, que permitirá aprovechar mucho mejor el espacio aéreo del continente al eliminar fronteras y permitirá a empresas y controladores de toda Europa prestar sus servicios en todos los países de la UE. Con esa espada de Damocles sobre sus cabezas, el sindicato de controladores ha preferido mantener unas condiciones peores a las anteriores, pero todavía mejores que en otros países europeos.

Ha sido una decisión sabia. Muy poco apoyo, por no decir ninguno, han encontrado en la opinión pública, que como en el caso de la Comunidad de Madrid y los trabajadores de Metro han apoyado a las administraciones. Esperemos que sea el inicio de una tendencia en la que a los sindicatos no les salga gratis obtener prebendas a base de chantajear a los usuarios de los servicios públicos. La firmeza, si se lleva hasta el final, produce mejores resultados que el cortoplacismo.


Libertad Digital - Editorial

Homenaje a ETA con dispensa

Lo que se está preparando en Barcelona para las fiestas de Gracia no es un acto social lúdico, sino un hecho delictivo, porque es delito enaltecer a terroristas.

LAS fiestas de Gracia, en Barcelona, van a ser el escenario del homenaje organizado por grupos independentistas catalanes a Laura Riera Valenciano, quien abandonará el próximo sábado la prisión después de nueve años, tras haber sido juzgada y condenada como colaboradora del «comando Barcelona» de ETA, al que prestó apoyo mientras los terroristas cometían diversos atentados. Entre ellos se encuentra el que costó la vida al concejal del PP en Viladecavalls, Francisco Cano, en 2000. No se trató, por tanto, de un apoyo ocasional, sino de una asistencia consciente a un grupo de asesinos, a los que Riera benefició con información que obtenía por su puesto de funcionaria. Este acto de enaltecimiento del terror, contra el que se ha manifestado la Asociación de Víctimas del Terrorismo, cuenta con el agravante de que se celebrará en una plaza, la del Raspall, cedida por el Ayuntamiento de Barcelona a la Coordinadora Popular de Fiestas. La explicación ofrecida por el Consistorio de que desconocía el programa de actos previstos por estos grupos extremistas pudo servir en un primer momento, aunque resultaba poco verosímil teniendo en cuenta los precedentes protagonizados por grupos proetarras similares. En todo caso, una vez que se ha hecho público el acto de homenaje a Laura Riera Valenciano, el Ayuntamiento barcelonés ha decidido lavarse las manos.

Estos actos de apología del terror a través de sus autores demuestran que la guerra de la deslegitimación total del terrorismo aún tiene territorios que ganar. Y no se ganarán si las administraciones públicas equivocan los valores que deben defender en el ejercicio de sus responsabilidades. Lo que se está preparando no es un acto social lúdico: es un hecho delictivo, porque es delito enaltecer a terroristas. Puede que al Ayuntamiento de Barcelona le resulte más importante tener las fiestas en paz que garantizar a las víctimas su memoria en paz. Además, es falso que las políticas de concesiones sean eficaces como apaciguadoras. Sucede todo lo contrario. La dejación de funciones, la inaplicación de la ley y la renuncia a la autoridad nunca han servido para civilizar a los violentos ni a sus seguidores, sino todo lo contrario: han aumentado su desafío animados por la debilidad del Estado.

La kale borrokaestá repuntando de nuevo. La Audiencia Nacional ha autorizado una marcha del mundo batasuno. Y en Barcelona se prepara impunemente un homenaje a ETA, en la persona de Laura Riera Valenciano, en una plaza cedida por el Ayuntamiento. Es lógico que las víctimas del terrorismo reclamen más transparencia e información al Gobierno porque muchas de ellas tienen la terrible sospecha de que hay un doble juego con ETA.


ABC - Editorial