lunes, 16 de marzo de 2009

Leire Pajín despilfarró más de ocho mil millones de euros al frente de la Secretaría de Estado

No ha sido sólo la cúpula de Barceló; el despilfarro del Ejecutivo socialista no tiene precedentes. Entre 2004 y 2008, durante la gestión de Leire Pajín al frente de la Secretaría de Estado de Cooperación, España destinó más de ocho mil millones de euros en subvenciones para organismos internacionales a los que hay que sumar los casi diez mil destinados a cooperación bilateral. Todo el que ha pedido ha recibido alguna ayuda, menos los ciudadanos españoles.

Cuenta ABC que los diputados populares están más que mosqueados por la gestión de Pajín como secretaria de Estado de Cooperación. "Parece que aquí se ha estado tirando de la chequera con una enorme alegría y todo el que nos ha pedido dinero lo ha recibido", dicen. Y no les falta razón.

No sólo por la cantidad destinada (8.283.256.397), que es llamativa, sino por el crecimiento desorbitado desde los 842 millones en 2004 a los tres mil en 2008.

Los organismos internacionales, como el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE e Intermón, han advertido del despilfarro por la falta de objetivos estratégicos.

El CAD advierte que "es urgente poner a punto una estrategia que fije las motivaciones, los objetivos y las modadlides de este compromiso multilateral, incluso en el marco de la UE, de manera más detallada, con el fin de evitar que las dotaciones estén determinadas en función de las posibilidades de financiación, en vez de obedecer a consideraciones estratégicas".

Intermón, por su parte, asegura que "parece existir una excesiva dispersión geográfica, sectorial e incluso institucional de las aportaciones realizadas, que oscilan entre los 30.000 euros y los 22 millones" y que España "debe defender un enfoque de desarrollo y acabar con la fragmentación de su presencia multilateral".
La gran ocasión que supone el aumento de los recursos para ayuda al desarrollo, debe implicar que la Administración española asuma un papel que, hasta el momento no desempeñó, en contribuir al debate global sobre el gobierno de los organismos de desarrollo global.
Según estos informes, los diputados del PP han llegado a la conclusión de que España están dando mucho dinero de forma descontrolada y que estas partidas no han ido acompañadas del aumento de presencia de directivos españoles en los organismos que subvenciona.

Para Gonzalo Robles, portavoz del Grupo Popular en la Comisión de Exteriores, "parece que nosotros pagamos y otros deciden" y recuerda que España ha pasado de 308 directivos en 2005 a 285 en 2007.

Periodista Digital

El arquitecto pega un pelotazo de 600.000 € en el Ayuntamiento socialista de Gijón

El pelotazo es de órdago y pegado siguiendo al pie de la letra todos los pasos del manual del "Perfecto Corrupto". Su protagonista y gran beneficiado es Ovidio Blanco, arquitecto jefe del Ayuntamiento de Gijón, ciudad asturiana donde gobierna desde hace 30 años el PSOE.

Enntre las ocurrencias de la alcaldesa socialista de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, está exigir a sus funcionarios la utilización de los topónimos asturianos en su trabajo, así como la tramitación de los expedientes, pero eso no es nada comparado con la que ha permitido con el llamado Plan Muro.


LA JUGADA DE OVIDIO

La jugada de Ovidio Blanco ha consistido en revender por 600.000 euros una finca que había comprado por 20.000 euros. Y la extraordinaria revalorización, como no podía ser de otra manera, se produjo gracias a la recalificación del terreno, acción que el ejecutó el proipio arquitecto, incluyendo la parcela en un plan urbanístico municipal.

El pagador final ha sido la inmobiliaria Reyal Urbis, empresa para la que ahora trabaja Ovidio –tras pedir una excedencia–, desarrollando un gran proyecto, precisamente, sobre ese suelo.

El proyecto de El Muro, como ya se le conoce en Gijón, consiste en la construcción de unas 600 viviendas distribuidas en 13 grandes bloques de hasta seis alturas, además de adosados, edificios para servicios y una gran vía de acceso de cuatro carriles.

EL PLAN MURO

El plan ha desatado una fuerte polémica porque se desarrolla en la parroquia de Cabueñes, una zona rural de singular belleza alejada del centro urbano, donde ahora pastan las vacas entre almiares de heno, y las edificaciones características son hórreos y casonas y, como mucho, algún chalé. De esa norma sólo se sale el hospital de la ciudad.

La aprobación del plan de ordenación urbana de Gijón se produjo en 2007 y soliviantó un rechazo popular que llegó a movilizarse en manifestaciones de hasta 20.000 personas.

Uno de sus aspectos más conflictivos, el de Cabueñes, tiene el apoyo decidido del Ayuntamiento que preside la alcaldesa socialista, Paz Fernández Felgueroso. Su concejal de Urbanismo, Pedro Sanjurjo, ha defendido reiteradamente que el proyecto de El Muro es «irreversible», que no se trata de una «barrera insalvable» y que el entorno donde se desarrolla es «netamente urbano».

La principal oposición la ha constituido la extraordinariamente activa plataforma vecinal SOS Cabueñes, que ha pedido la nulidad del plan y que ahora cuenta con el apoyo del PP.

MANIOBRAS EN LA OSCURIDAD... DEL REGISTRO

Revela Joaquín Manso en el diario El Mundo, tras indagar en los historiales registrales, que el interés del Ayuntamiento de Gijón por esos terrenos se inició a principios de los años 90, cuando al frente se encontraba todavía el actual presidente del Principado de Asturias, el socialista Vicente Álvarez Areces. Ya entonces el Consistorio empezó a adquirir parcelas (ahora conserva más del 15%).

Es también en ese momento, en 1992, cuando Ovidio Blanco, que ya era arquitecto municipal, compra allí una finca a la empresa Hoyant, a quien se la revende en 1998. En 2003, sale a información pública el plan de Cabueñes, cuyo diseño incluye la finca y es responsabilidad de Blanco, que sólo 15 días después, según la documentación oficial, se beneficia de una excedencia concedida por el Ayuntamiento.

En el Registro de la Propiedad consta que, curiosamente, en pocos meses el arquitecto recompra a Hoyant la parcela por 20.434 euros para revendérsela finalmente a Reyal Urbis en 2006 por 617.420 euros. Es decir, una plusvalía cercana a los 600.000 euros.

Y resulta que la empresa Hoyant, que facilitó a Ovidio Blanco a un precio extrañamente bajo una finca con semejantes perspectivas de beneficio, es también otra de las grandes ganadoras del plan diseñado por el arquitecto: obtuvo 5.597.854 euros en plusvalías al vender otro terreno de la zona al mismo comprador, Reyal Urbis. Y lo hizo precisamente el mismo día que Blanco traspasaba el suyo.

El círculo se cuadra cuando esa inmobiliaria presenta en el Ayuntamiento su programa técnico para construir viviendas en Cabueñes. Lo firma Ovidio Blanco.

Blanco es uno de los técnicos más cercanos a la alta política del Principado. De hecho, es uno de los tres arquitectos de la empresa autonómica de gestión del suelo, Sogepsa. En el último año, además, la inmobiliaria de la Caja de Ahorros de Asturias, Beyos y Ponga, ha comenzado a adquirir parcelas del plan de El Muro.

El arquitecto Ovidio Blanco declaró a este periódico que los hechos relatados son ciertos, pero aseguró que su actuación no fue en ningún momento «irregular», sino siempre «inocente y transparente».

Periodista Digital

Canción de Otoño en Primavera


Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y de aflicción.

Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura
hecha de noche y de dolor.

Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé...

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
la otra fue más sensitiva
cual no pensé encontrar jamás.

Pues a su continua ternura
una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía...

En sus brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé...
Y te mató, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe...

Juventud, divino tesoro,
¡te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión;
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón.

Poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad;

y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también...

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.

¡Y las demás! En tantos climas,
en tantas tierras siempre son,
si no pretextos de mis rimas
fantasmas de mi corazón.

En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!

Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris, me acerco
a los rosales del jardín...

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
¡Mas es mía el Alba de oro!

(Rubén Darío)

Sobre Galeones y Marmotas. Por Arturo Pérez-Reverte)

Hace tiempo que no les cuento una de esas historietas menudas de otros tiempos, de las que a veces me gusta recordar. Trozos de Historia con minúscula que a menudo permiten comprender con quién nos jugamos los cuartos desde hace siglos: las claves de este putiferio llamado España. No hay como mirar atrás para comprender lo que somos. Para asumir que en esta infeliz tierra poblada por algunas personas decentes y por innumerables sinvergüenzas, no ocurre nada que no haya ocurrido antes. Es como aquella película del día de la marmota, la de Bill Murray. Cuando vuelves del extranjero y abres un periódico o miras un telediario, compruebas que todo sigue igual, día tras día. Las mismas palabras, los mismos hechos, los mismos desalmados hijos de puta. Con las variantes seculares mínimas y lógicas, España es un continuo día de la marmota.

Habrá quien no vea mucha relación entre lo que acabo de teclear y el episodio de hoy. Pero allá cada cual. Es la elocuente historia del naviero vizcaíno Martín de Arana, súbdito leal de la corona, que en 1625, para congraciarse con el rey Felipe IV y asegurar el futuro de un hijo suyo, se comprometió a construir seis galeones para la flota de Indias. Entró en ello con entusiasmo, jugándose la hacienda propia en un momento en que la construcción y el transporte naval eran negocio de poco futuro: la Corona estaba en bancarrota; los navieros, expuestos a que confiscaran sus naves para la guerra, y numerosos armadores se habían arruinado, acribillados a impuestos por parte de una administración ávida y corrupta, especializada en sangrar a todo cristo. «No a de aver hombre particular que se atreba ya a fabricar nao de guerra, ni tampoco a hazerla de merchante, por el poco sueldo que da Su Majestad», escribía por esa época Tomé Cano en su Arte para fabricar naos.

Así estaba el patio y ése era el panorama. Tan español que quizá les suene. Supongo. Sin embargo, pese a los riesgos, Martín de Arana se metió en faena, confiado en que su esfuerzo y devoción le granjearían favor real en el futuro. Una especie de renta moral y honorable para sus hijos. Hay un interesante libro titulado Seis galeones para el rey de España –lo utilicé hace ocho años entre la documentación para el episodio de Alatriste El oro del rey–, donde la historiadora norteamericana Carla Rahn Phillips demuestra que al naviero vizcaíno, detalle difícil hoy de comprender pero natural en aquel tiempo, no lo movía el beneficio económico sino el celo y el deber de buen vasallo; el honor familiar de tener al rey por deudor de su casa y de su nombre. Por eso firmó un contrato y empezó la construcción de los galeones con su dinero. Cuestión, ésta de soltar pasta, peliaguda en un momento como aquél, cuando la administración real pagaba tarde y mal, si es que lo hacía.

Ahorro pormenores, porque estoy seguro de que los imaginan. Arana no sólo dejó la salud y la hacienda en el empeño, sino que durante las diferentes etapas de la construcción y acastillaje de las naves, ya difícil por las dificultades para conseguir materiales adecuados y mantener el ritmo de trabajo en el astillero, le cayó encima una nube de contadores, veedores, inspectores, supervisores, recaudadores, funcionarios reales y otras sanguijuelas de la administración que le amargaron la vida hasta extremos inauditos. Llegó a temer, incluso, que el rey lo dejase tirado, y tener que comerse los galeones a medio construir, con patatas. El pobre Arana, que ya había invertido 8.000 ducados por la cara, tuvo que viajar varias veces a Madrid y hacer antesala en el palacio real, tragando pasillo. Aprovechó para recordar lo de su hijo, a quien pedía concediesen el mando de una de las compañías de infantería que iban a servir en los galeones. Demanda a la que, por supuesto, no se hizo ni puñetero caso.

Abrevio la triste historia. Entregados por Arana los galeones, ni el rey ni nadie le dieron las gracias. Lo que se hizo fue una auditoría, para ver si había manera de trincarlo por algo y no pagarle 4.000 ducados que aún se le adeudaban. Salió de eso bastante limpio, demostrada su honradez y lealtad; y a cambio de la suma, nunca reintegrada, le dieron varias pinazas y embarcaciones menores de poca utilidad para la corona, a fin de que con ellas recuperase parte de los gastos. Años después, el vizcaíno todavía reclamaba que se cumpliese el compromiso con su hijo, y en 1644 moría en pleno litigio con los administradores reales, «que han llevado mi familia a la ruina». Un final, éste, que resulta difícil no asociar con el de otro personaje que sacrificó su hacienda y su vida por la corona española, el general Ambrosio Spínola, expugnador de Breda, que por la misma época moría enfermo y lamentándose: «Muero sin honor ni reputación. Me lo quitaron todo, el dinero y el honor. No es éste el pago que merecen cuarenta años de servicios».

Como les decía, oigan. España eterna. Desde Viriato, o antes. El día de la marmota.

XL Semanal

¿Dónde están los 3.000 millones "evaporados" de Caja de Castilla-La Mancha?

Alguien, sea el presidente de la CCM, Juan Pedro Hernández Moltó, o el presidente de la Comunidad, José María Barreda, tiene que dar una explicación. El agujero es enorme -más de 3.000 millones de euros según la Inspección del Banco de España- y todo indica que han ido a parar a negocios alocados, inversiones faraónicas y montajes de amiguetes.

Los informes de la Dirección General de Inspección del Banco de España son concluyentes: Caja de Castilla-La Mancha tiene provisiones y recursos para cubrir poco más de la mitad de la deuda que kle dejan esas arriesgadas inversiones. El resto, más de 900 millones de euros, no hay manera de afrontarlo.

Y ahí, gracias a la "magia" de la política es donde aparece Unicaja. El presidente de CCM, el socialista Juan Pedro Hernández-Moltó, ha alcanzado "unas bases para un acuerdo" de fusión con la andaluza Unicaja en tiempo récord.

Así lo anunciaron en un ambiguo comunicado, permitido por la Comisión Nacional del Mercado de Valores como movimiento para frenar la salida de depósitos de CCM.

Días antes del comunicado, el pasado día 27 de febrero, el secretario de Economía del PSOE, Octavio Granado, hizo ver al presidente de Unicaja, el también afín al partido Braulio Medel, la necesidad de dar una señal de avance en la fusión para tranquilizar a los depositantes.

No obstante, ambas entidades aún están lejos de un acuerdo, pues el Gobierno y el Banco de España aún no han dado garantías suficientes a Unicaja de que el agujero quedará cubierto por el Fondo de Garantía de Depósitos y otras vías de ayuda.

Moltó ha solicitado a Unicaja una "salida" honorable para él y para sus hombres de confianza en CCM en la cúpula de la nueva entidad o en alguna filial.

Ni en el Banco de España ni Unicaja detallan cuáles son los créditos que se pueden dar por perdidos, pero resaltan tres notables errores de gestión en la caja manchega:
Aeropuerto de Ciudad Real. CCM participa con un 25% en la sociedad que explota el polémico aeropuerto de Ciudad Real. El proyecto ha supuesto una inversión de 1.100 millones de euros, según informa Marisa Recuero, y ha tenido importantes dificultades para arrancar.

CCM valora su paquete de acciones en 400 millones de euros e intenta venderlo por más del doble. El aeropuerto supone también un riesgo crediticio, puesto que CCM ha financiado a participantes en el proyecto.

Excesivo riesgo en promotores locales. Los inspectores consideran que existen un riesgo excesivo concentrado en promotores locales del sector inmobiliario. Tres promotores que el Partido Popular considera amigos de Moltó y del presidente de la Junta manchega, José María Barreda, copan créditos equivalentes al 40% de los recursos propios de la caja. Se trata de Domingo Díaz de Mera, principal accionista del aeropuerto de Ciudad Real, e Ignacio Barco y Román Sanahuja.

Inmobiliaria Colonial. Una apuesta singularmente arriesgada fue la de financiar a los accionistas del núcleo duro de Inmobiliaria Colonial, Domingo Díaz de Mera y Luis Nozaleda y terminó entrando en el capital. Las acciones de esta inmobiliaria llegaron a cotizar a 6 euros en la primavera de 2007 cuando la presidía Luis Portillo. Ahora, la controlan los bancos acreedores y el pasado viernes cerraron a 12 céntimos.
Periodista Digital

El triangulo de los milagros. Por Yauma

El pasado fin de semana Zapatero celebraba su victoria electoral en Alange, pueblo de Badajoz situado entre Mérida y Almendralejo, orillado por la comarca de Barros, zona de buenos vinos y mejores jamones. Alange tiene en la actualidad 2.033 habitantes y es famoso su balneario de aguas medicinales con alto contenido en radón (Rn), gas noble radiactivo, al que se le atribuyen propiedades curativas de amplio espectro, el balneario fue construido por los romanos en el siglo tercero y en el siglo XIX se recupera su uso. Alange parece predestinado en un futuro no lejano, mientras dure la orgía de poder zapatéril, a ser lugar de peregrinación y santidad laica para los creyentes de la nueva religión que azota España, el zapaterismo.

La base de la predicción anterior contempla un hecho concreto, el abuelo más famoso de España es alangeño de origen, Juan Rodríguez Lozano nació en esa localidad pacense en 1.983, de padre militar, Sebastián Rodríguez, teniente de infantería, muerto en la guerra de Cuba. La primera celebración ha consistido en un gran mitin campestre o romería laica, donde el famoso nieto parece que se lo pasó a lo grande analizando en voz alta las desgracias del PP, y sentando las bases para el proceso de santificación laica de tan venerable alangeño, ya se sabe, el mecanismo eclesiástico comprende los pasos de venerable, beato y, finalmente Santo. El reconocimiento de la santidad legal siempre es posterior a la santidad efectiva que se pone de manifiesto de manera callada pero firme ocurriendo sucesos y fenómenos que las personas que tienen la suerte de poderlos observar no pueden explicarlos sin recurrir a lo sobrenatural.


Después viene el procedimiento legal, confirmación de los hipotéticos milagros, buscando los testigos más honestos y menos influenciables, en este caso concreto personas laicas necesariamente, pues se trata de un santo laico, nada de intervenciones especiales del Espíritu Santo que puedan inspirar las declaraciones correspondientes. En el proceso que nos afecta existe un testamento escrito de la persona a santificar, pocas horas antes de morir fusilado por las fuerzas franquistas. Testamento guía política e inspiración del nieto en toda su acción de gobierno, la memoria del abuelo muerto en la guerra civil motivó sus convicciones políticas y las palabras del testamento marcaron profundamente a ZP y, indirectamente nos están machacando diariamente a multitud de españoles.


No obstante, en estos procesos siempre es necesaria la intervención de un abogado del diablo, y en el estudio de este caso, reconociendo la valentía y el sacrificio del encausado, su muerte, su terrible muerte, fue una muerte como la de tantas otras personas inocentes que murieron asesinadas en ambos bandos, como consecuencia de la barbarie de la guerra. El abogado del diablo apunta que parece ser que el abuelo participó en la represión contra los mineros asturianos, dirigida por el general Franco (archivo militar de Segovia), también que era portador de un cierto pasado masónico en una logia de León (Sierra Mambley) .


Tratándose de quien se trata la santificación laica puede darse por hecha, lo que implica tomar como referencia y lugar de peregrinación anual el pueblo de Alange que junto con el real monasterio de Santa María de Guadalupe su comunidad franciscana, y su Virgen morena ( evidentemente no tan importante como la Moreneta) sumados a Nossa Senhora de Fátima aduoracion mariana del catolicismo, forman un triangulo sagrado cuyos milagros parecen evidentes hasta para las personas más descreídas. El triangulo es causa directa del actual desarrollo extremeño liderado por Alfonso Gallardo, natural de Jerez de los Caballeros hombre hecho a si mismo, empezó de jovencito con un carro y un borrico recogiendo chatarra, estudió en la Universidad de la vida las asignaturas de sobrevivir y prosperar, hoy día seguramente la fortuna más grande de Extremadura. La gente del lugar afirman que sin la ayuda de Ibarra y el milagro triangular no hubiera pasado de ser un chatarrero modesto. En el mitin de Alange Ibarra afirma: “Por cierto , el dueño de la refinería, el dueño de la siderúrgica, acaba de comprar el grupo Zeta catalán, y ha comprado dos siderúrgicas en el País Vasco; éste es el cambio de Extremadura: En los años sesenta y setenta mandábamos emigrantes y ahora compramos siderúrgicas y grupos de comunicación” ¡ Juan Carlos hombre, que te pierdes no ves que te pueden cortar el grifo los catalanes, la envidia es muy mala! .

El blog de Yauma