miércoles, 28 de enero de 2009

A río revuelto .......


Educación para la Ciudadanía según el P$O€

El Ibex 35 registra la mayor subida desde diciembre, un 4,22%

El día en que se certificó que la economía española había entrado en recesión, la bolsa española registró la mayor subida del año, el 4,22 por ciento, por las ganancias del sector financiero a nivel mundial y nacional.

Así, el principal indicador de la bolsa española, el Ibex-35, avanzó 352 puntos, equivalentes al 4,22 por ciento, la mayor subida desde el pasado 8 de diciembre, hasta 8.349,50 puntos. Las pérdidas acumuladas en el año descienden hasta el 5,38 por ciento.

En Europa, con el euro a 1,315 dólares, Fráncfort ganó el 4,52 por ciento; el índice Euro Stoxx, el 4,41 por ciento; París, el 4,11 por ciento; Milán, el 3,39 por ciento, y Londres, el 2,4 por ciento.


Las ganancias predominaron durante toda la jornada, estimuladas en un principio por el avance de Telefónica y por la subida del 0,7 por ciento con que cerró ayer Wall Street, con lo que la bolsa superaba el nivel de 8.400 puntos en la apertura.

Cogido el relevo por los grandes bancos, después de presentar los resultados de 2008 -Banco Santander ganó el 2 por ciento menos, 8.876 millones, y BBVA, el 18,1 por ciento menos, hasta el 5.020 millones-, la bolsa superaba con holgura el nivel de 8.500 puntos poco después del mediodía.

En el alza de la banca también influía el repunte de los bancos británicos por la posibilidad de que algunas entidades no sean nacionalizadas y por la previsible compra de la mayoría del capital de Hypo por el estado alemán.

La subida se lograba con la colaboración del petróleo, que en la víspera se había cambiado a menos de 44 dólares por barril, y en contra de los malos resultados de Canon, cuyo beneficio cayó el 91 por ciento, de las pérdidas anunciadas por Yahoo o de los 3.500 despidos de SAP.

El mercado ignoraba que el Banco de España había certificado la entrada de la economía nacional en recesión, pues en el último trimestre del año el PIB cayó el 1,1 por ciento -el 0,5 por ciento en el tercer trimestre-.

Tampoco le importaba la revisión de las previsiones para la economía mundial del Fondo Monetario Internacional (FMI), que crecerá este año el 0,5 por ciento -el PIB español caerá el 1,7 por ciento, frente al 0,7 por ciento anterior, y el de la zona euro el 2 por ciento-.

Wall Street, en espera de la decisión que adopte esta tarde la Reserva Federal sobre los tipos de interés y a la votación sobre el Plan Obama, subía más del 1 por ciento en la apertura.

El alza del mercado neoyorquino, que también se sustentaba en los valores financieros ante la posibilidad de que la Reserva Federal cree una especie de banco para gestionar todos los "activos tóxicos", contribuía a que la bolsa superara el nivel de 8.600 puntos.

Al final de la sesión, mientras Wall Street avanzaba el 1,5 por ciento, la bolsa superaba al cierre la cota de 8.700 puntos y registraba la mayor subida de este ejercicio y desde el comienzo del mes pasado.

Todos los grandes valores subieron: Banco Santander, el 13,39 por ciento, la mayor subida del Ibex, seguido de BBVA, que ganó el 7,87 por ciento; Repsol, el 1,89 por ciento; Telefónica, el 1,82 por ciento, tras comunicar que su dividendo crecerá el 15 por ciento este año, e Iberdrola, el 1,46 por ciento.

Después de Banco Santander y BBVA, el mayor avance del Ibex correspondió a Mapfre, el 7,11 por ciento, seguido del Banco Popular, que ganó el 7,06 por ciento. Tras las financieras se situaron Sacyr, que bajó el 5,73 por ciento, y Gamesa, con un alza del 5,71 por ciento.

Sólo tres compañías acabaron con pérdidas: Acciona, el 1,28 por ciento; Red Eléctrica, el 1 por ciento, e Iberdrola Renovables, el 0,92 por ciento. Repitieron cotización Unión Fenosa e Indra.

En el mercado continuo destacó la subida de Española del Zinc, el 13,75 por ciento, mientras que los derechos de la ampliación de Mecalux comandaron las pérdidas al bajar el 17,43 por ciento, seguidos de los títulos de Inmobiliaria del Sur, que cedieron el 11,47 por ciento.

La rentabilidad de la deuda española a largo plazo caía tres centésimas y se situaba en el 4,36 por ciento, mientras que el efectivo negociado en el mercado continuo se elevó a 3.937 millones, de los que algo más de 1.050 correspondían a operaciones efectuadas entre inversores institucionales.

La Razón


Expansion.com: El festival bancario desata el mejor día del año en las bolsas

elEconomista.es: El Ibex 35 sube un 4,22%: ¿alcistas para el corto plazo dentro de un rango lateral?

Cotizalia: El Ibex reconquista los 8.700 gracias a Santander (+13%) y BBVA (+7%)

Finanzas.com: La gran banca conduce al Ibex a su mayor subida del año: el 4,22%

Negocios.com: Algunos valores buenos pueden más que la recesión oficial en España

CincoDías.com: La banca saca pecho y obsequia al Ibex con una subida del 4,22%, la mayor del año

Infobolsa: Santander y BBVA aupan al Ibex hasta los 8.700 puntos

Invertia.com: Santander y BBVA impulsan al IBEX un 4,22%, la mayor subida del año



Infobolsa: Bolsa Norteamericana


¿Por qué los sindicatos callan? El Gobierno subvenciona con 15 millones a CCOO y UGT

La crisis no afecta a los sindicatos gracias al dinero que les dan los contribuyentes a través del Ministerio de Trabajo. CCOO y UGT recibieron casi 15 millones de euros en 2008. Con esta partida de fondos públicos es difícil que los sindicatos se enfrenten al Gobierno.

La crisis española está expulsando del mercado laboral a 6.000 personas diarias, las afiliaciones a la Seguridad Social se hunden desde hace meses y ya existen cuatro millones de parados. En este contexto lo normal sería que los sindicatos estuvieran en pie de guerra y se enfrentaran al Gobierno, reclamándole que adopte medidas y reformas de calado para evitar esta sangría laboral.


Pero en España, y con un gobierno del PSOE, los sindicatos prefieren mantener la paz social y no dar armas a la oposición, tal como ha dejado entrever en varias ocasiones el nuevo secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo,. Según el sindicalista una huelga general "no sería oportuna".

Todo se comprende cuando se analiza la financiación sindical. Según una resolución del Ministerio de Trabajo, CCOO y UGT recibieron 14,7 millones de euros de dinero de todos los contribuyentes en 2008. Una cantidad que, según el departamento que dirige Celestino Corbacho, corresponde a la “representatividad” de estos sindicatos en el tejido productivo nacional y las subvenciones por su función “consultiva”.

Así, CCOO recibió 6,44 millones para la realización de actividades sindicales y otros 1,02 millones por la citada actividad “consultiva”. Por su parte, el Gobierno le dio a UGT 6,09 millones de euros de dinero de los contribuyentes para su funcionamiento y otros 1,19 millones extra por la función de consulta. Por lo tanto, CCOO recibió 7,46 millones y UGT 7,28 millones

Aunque estos dos sindicatos son los que más fondos han recibido, no son los únicos que financian los ciudadanos con su trabajo diario. Entre los que más ayudas lograron destacan el sindicato vasco ELA percibió 513.000 euros, Unión Sindical Obrera (USO) 499.000, el sindicato de funcionarios CSI-CSIF 376.000, el gallego CIG 299.000, el vasco LAB 230.000 y CGT 213.000 euros. La lista es interminable.

El despilfarro de dinero público no se queda sólo en la actividad sindical. La Confederación de Organizaciones Empresariales Españolas (CEOE), es decir, la patronal, recibió una subvención de 2,15 millones de euros por su función “consultiva” con el Ministerio de Trabajo.

Con estas inyecciones de dinero público es difícil que los sindicatos planten cara al Ejecutivo, a pesar de que les sobran los motivos para ello. De hecho, los sindicatos se enfrentaron al Gobierno de José María Aznar en 2002 por el decreto-ley que reformaba el mercado laboral.

Entonces, Hicieron la única huelga general de 24 horas que ha vivido España en el siglo XXI y le costó el puesto al entonces ministro de Trabajo Juan Carlos Aparicio. Ahora, a pesar de que España lidera el paro del mundo desarrollado (OCDE) los sindicatos callan.

Libertad Digital

Un dinosaurio en el PP

Fraga: «En mis tiempos, si alguien espiaba, yo le cascaba»
El presidente fundador del PP, Manuel Fraga, aseguró hoy en relación a la presunta trama de espionaje en la Comunidad de Madrid que desconocía el asunto y que en su época “no pasaban esas cosas”. Posteriormente, Fraga aseguró a un periodista que «en mis tiempos, si alguien espiaba, yo le cascaba».

Fraga hizo estas declaraciones en la Universidad Rey Juan Carlos, donde asistió a la investidura como Doctor Honoris Causa del ex vicepresidente económico del Gobierno y ex gerente del FMI Rodrigo Rato. “Yo no sé absolutamente nada de este asunto y en mi tiempo no pasaban esas cosas”, afirmó el ahora senador.

A este acto también asistieron el presidente del PP, Mariano Rajoy, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, la portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, el candidato del partido al Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, y el vicepresidente territorial del PP, Javier Arenas, entre otros.


La Razón

Gila: Las armas de ZP no matan


El blog de los Clones

Gobierno de España: 30 millones en carteles para autobombo y sólo 20 para mejorar la Justicia

¿No es increíble? Así es el Gobierno de España, el mismo que va a aparecer en la multimillonaria campaña publicitaria para promocionar el cacareado "Plan E". Cientos y cientos de vallas publicitarias de autobombo del Gobierno poblarán el territorio nacional, a razón de 1.500 euros por cartel, con un total de 30 millones. Mientras, el ministro Bermejo ha prometido a las principales asociaciones de magistrados que les dará 20 millones, 10 menos que para carteles, si dejan de armar revuelo en el gallinero.

El ministro de Justicia prometió las principales asociaciones de magistrados un fondo de 20 millones de euros destinado a la modernización de la Justicia, un "importantísimo esfuerzo económico añadido", según el titular del departamento. Sin embargo, esta cantidad es inferior -10 millones menos- a la que el Zapatero destinará a la campaña publicitaria para promocionar su famoso "Plan E".

Sólo en la colocación de las vallas publicitarias de la campaña informativa, el Gobierno se gastará 30 millones, a razón de 1.500 euros por cartel. La promesa de Bermejo de más dinero para la modernización, que se suma a los 72 millones ya presupuestados por Justicia para este año, no fue suficiente ayer para que las asociaciones de jueces desconvocaran sus movilizaciones de protesta.

Y más sangrante, no es que el Gobierno vaya a poner de su bolsillo los gastos de esta campaña de publicidad, sino que obligará a los 8.107 ayuntamientos que se han acogido a las ayudas públicas del "Plan para el estímulo de la Economía y el Empleo" a costear los carteles, si quieren que ese dinero se haga efectivo.

El Gobierno se ha puesto exigente en esta campaña de propaganda. Los carteles, que en principio debían medir un metro y medio de largo por uno de alto, tendrán que ser ahora de tres metros de largo y cuatro de alto. Imprescindible también la inscripción en color rojo y blanco "Plan E. Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo. Gobierno de España". Una campaña que demuestra, según el PP, los fines partidistas del PSOE y la utilización de los parados y el dinero de los españoles. En palabras de Mariano Rajoy, el Gobierno "se ha cachondeado de los contribuyentes" porque "el precio del cartel será en algunos casos más caro que las propias obras".

Rajoy ha calificado la iniciativa del Gobierno de "propaganda barata" y ha pedido que esos 30 millones de euros se destinen a ayudas sociales. "Eso sí sería patriotismo del bueno", ha puntualizado. Asimismo, el líder del PP se ha centrado en el "contenido político" que trasluce una medida como la del fondo de ayuda a los Ayuntamientos, que "se pretende aprovechar de modo partidista" en época electoral.

Por su parte, la ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, ha rebatido las críticas de Rajoy y ha descartado que la colocación de los pertinentes "carteles informativos" tenga un uso electoralista vinculado con los comicios gallegos y vascos. A este respecto puntualizó que no habrá casi ninguna obra iniciada el 1 de marzo, fecha de las elecciones en Galicia y el País Vasco, por lo que tampoco se habrán colocado los paneles.

Ha añadido que los carteles serán meramente informativos, con el nombre del Gobierno, pero también de cada ayuntamiento, la descripción del proyecto y la duración del mismo. "Un cartel como el que se pone en todas las obras", sean éstas financiadas por el Gobierno central, los autonómicos, los locales o con fondos europeos, ha recordado.

Periodista Digital

La Generalitat riega con subvenciones millonarias al cine rodado íntegramente en catalán

No hay manera de que el público en Cataluña vaya a ver películas en catalán. El Tripartito lo sabe y le molesta porque da en la línea de flotación de sus prioridades gubernamentales: la inmersión lingüística en todos los ámbitos de la sociedad, incluido el ocio. La Consejería de Cultura catalana, encabezada por el republicano Joan Manuel Tresserras, ha manifestado su preocupación por que menos del 2% de los espectadores quiera entrar en una sala donde se proyecta una película en catalán o doblada al catalán. Por eso, ahora pretende salvar el cine hecho en esta lengua a golpe de talonario.

Una de las medidas que ya está en marcha es la de subvencionar tres películas con un millón de euros cada una. No es la primera vez que la Consejería de Cultura subvenciona el cine catalán. De hecho, ya había aplicado polémicos requisitos en años anteriores.


Entre estos requerimientos se encontraban algunos como el que la película tenía que ser rodada en catalán, con actores catalanes y, si era posible, tenía que versar sobre momentos de la historia de Cataluña.

Los tres proyectos seleccionados en el 2009 que se van a acoger a este sistema de financiación son El timbaler del Bruc de Daniel Benmayor, Herois de Daniel Freixa, y Eva de Kike Mallo.

“No se pueden hacer milagros”

Antoni Llorens, histórico distribuidor y productor de cine en catalán y propietario de la productora Lauren Films, señaló a El Confidencial, que “lo que pretende la Generalitat no va a servir para nada”. Según Llorens “no se pueden hacer milagros”.

En este sentido, el productor opina que “no hay ninguna voluntad de salvar el cine en catalán, lo único que se pretende es obtener subvenciones”. Llorens, que entre las películas que ha producido destaca Mujeres al borde de un ataque de nervios, afirma que “si se quiere salvar al cine, se tiene que hacer un estudio a pie de sala y no preguntando a los empresarios o a los burócratas”.

El director de Filmax, Carlos Fernández, la mayor productora de España, que además tiene sede en Cataluña, valora la medida con cautela. “Se ha de hilar muy fino. La idea de subvencionar un proyecto de estas características es buena. Yo diría que incluso es muy positiva. Pero se ha de tener en cuenta si este proyecto ayuda a impulsar el cine catalán o se va a quedar en sólo una declaración de intenciones. Cuando se subvenciona una película, se han de tener en cuenta muchas variables”.

Críticas de la oposición

La medida que impulsa el gobierno de José Montilla no cuenta con el apoyo de todos los partidos políticos catalanes. Desde el PPC, el diputado Rafael López denuncia que “se está politizando el cine”. Desde su formación, quieren “defender el cine, pero no los amiguismos que hay en las subvenciones”.

También Ciudadanos está en contra. Jordi Cañas, portavoz de este partido, declaró a este diario que “no se pretende ayudar al cine catalán, sino al cine en catalán, que es muy distinto”. Cañas añade que, los criterios para poder acceder a estas subvenciones son muy excluyentes y “no cuentan con la mayoría de la gente que hace cine en Cataluña”. Asimismo, ha subraya que “lo que se pretende es la nacionalización del cine”.

el confidencial

Tengo un cabreo para usted. Por Antonio Burgos

SI la economía es un estado de ánimo, la crisis es un estado de cabreo. Generalizado. Y televisado en directo. La comparecencia de ZP en el programa de preguntas del respetable de TVE me confortó el ánimo.
-Esas preguntas donde tenía que responderlas es en el Congreso de los Diputados, con la oposición dándole la réplica y no con el hermano de Mercedes Milá haciéndole la pelota y callando la boca a la gente, mosqueada porque no respondió una sola pregunta por derecho.
Por descontado. Pero algo es algo. Principio quieren las cosas. Conforme los invitados se iban levantando a preguntar, a mí se me iba levantando el ánimo. ¿A que no va a ser verdad lo del No Passsssa Nada que repetir suelo? Aquí está empezando a Passsssar Algo. Aquí, de momento, la gente anda con un cabreo que no se tiene, a juzgar por los botones de la muestra televisiva. La lluvia fina de la crisis ha llegado a calar el alma de quienes la sufren. Lo resumió todo la señora que se levantó y dijo:

-Estoy en el paro y no tengo ninguna pregunta para usted. Así que a ver qué respuesta tiene usted para mí.


Ninguna. La respuesta fue como los moros de Queipo de Llano otra vez, pero montados en el camión de la inversión pública y dando vueltas por el plató, repitiendo muchas veces una mentira para convertirla en verdad. Anda que no repitió veces que van a hacer 31.000 obras con el plan mediante el cual los ayuntamientos van a tirar a la calle 8.000 millones de déficit público en cafeterías para los polideportivos y césped artificial para los campos de fulbito. Por muchas veces que repitiera que van a hacer 31.000 obras públicas, la cifra de parados no hay quien la rebaje. Esas 31.000 obras son pan para hoy y hambre para mañana porque tales inversiones no buscan la creación de empleo: buscan los cartelones demagógicos para el mantenimiento del voto. Y ahí, ahí es donde el programa fue una radiografía del cabreo nacional, la mejor encuesta del CIS. ZP hace mucho tiempo que le perdió el respeto a los españoles, pero ahora parece que los españoles han empezado a perderle el respeto a él. Ya le dan con los 600 asesores en toda la cara. Que no son 600 asesores, sino 77. De los que lo menos sobran 70. No lo preguntó nadie, pero si aquí todo el mundo presenta un ERE, ¿para cuando un ERE en la inflación de cargos de confianza absolutamente prescindibles en la Administración?

Y aparte de contemplar los muros de la patria mía del cabreo nacional, pudimos asistir en vivo y en directo al mejor recital de cinismo que nunca ofreció este artista del género. La mejor demostración de su tintorería política en el arte de hacer de lo blanco, negro: «Lutos en 24 horas». Él nunca negó la crisis. Nunca prometió el pleno empleo. El Gobierno no usa carísimos coches extranjeros. Las armas que vende España a Israel no matan; y si matan, matan muy poquito, casi nada, porque son armas de la fábrica de la guerra de Gila, y no como las bombas de racimo que tiran los fanfarrones. Y sigan aguantando la risa, pero él nunca se quedó sentado al paso alegre de la bandera de Estados Unidos. Entre otras cosas porque los Estados Unidos son ahora los buenos de la película. Verá usted lo que pasó: estaban desfilando las tropas de los amiguitos de Aznar, nuestros socios de la guerra de Irak, los del triquitraque con tomate, y ante ésos fue los que yo no me levanté, ¿pero ante la bandera americana? Si no hay nada que me guste más que una bandera americana y más ahora, que la lleva Obama, que es de los nuestros, socialdemócrata de toda la vida. Y consuman: consumid, malditos. Aunque estén ustedes tiesos como la mojama que rima con Obama y en el paro, consuman lo que sea. ¿Cómo? Ah, cómanse el estado de ánimo mismo. Como dijo el autónomo mallorquín de la construcción: «Usted habla muy bien, ¿pero qué hago yo para dar de comer a mis hijos? Con un tercio de lo que gana usted (89.000 euros) yo mantengo a mi familia».

Terrible, pero real como la vida misma. El único que aparecía fuera de la realidad era el presidente. No fue «Tengo una pregunta para usted». Fue «Tengo un cabreo para usted». Del que no me va a sacar su palabrería de sacamuelas, por mucho cinismo que derroche en sus floridas negaciones de la realidad, según le han aconsejado sus 600, perdón, sus 77 asesores. Que ya son asesores, usted...

ABC - Opinión

Una bienvenida a la huelga de los jueces. Por Josep M. Vallès

No me pronunciaré sobre la oportunidad ni sobre la legalidad de la iniciativa de magistrados y jueces. Su oportunidad es opinable. Y su legalidad es discutible, según se les contemple como titulares de un poder constitucional o como funcionarios responsables de un servicio público esencial. Cabe reconocer que les resulta beneficioso poder invocar una u otra condición según les convenga. Lo que sí quiero resaltar es que este movimiento sin precedentes expresa una reacción colectiva que algunos esperábamos desde hace años. ¿Cómo es posible que los principales protagonistas judiciales hayan aceptado estoicamente condiciones de trabajo y organización que consideran tan deficientes? ¿Por un sentido de Estado, inasequible al desánimo? ¿Por una vocación profesional a prueba de toda adversidad? ¿Por la comodidad de disponer de una excusa en la que refugiarse si alguien les exigía mayor rendimiento? Probablemente, de todo un poco.

Lo cierto es que de modo implacable ha ido decreciendo la confianza ciudadana en la administración de justicia. Lo reiteran encuestas y estudios de opinión, tal como lo ratifica el más reciente estudio del CIS (noviembre de 2008). El veredicto popular es tal vez excesivamente severo, porque no todas las jurisdicciones, ni todos los órganos judiciales ni todos los profesionales merecen críticas en bloque. Y es también un veredicto que se contradice con el auge de la litigiosidad: cada vez se confía menos en la justicia, pero cada vez se acude más a ella. Todo ello expresa la complejidad del problema y la dificultad de darle soluciones fáciles.

Fácil sería, por ejemplo, aumentar los recursos públicos: más órganos judiciales, más jueces, más personal auxiliar, mejores salarios, mejores instalaciones, mayor apoyo telemático, etc. Debe hacerse en algún caso y circunstancia. Pero no de manera general e indiscriminada. Porque una política meramente incrementalista no resolverá los complicados problemas. Atacar el mal con una sobredosis de medicamentos no acabará con una enfermedad crónica que requiere cambio de dieta, más ejercicio físico y en algún caso un decidido tratamiento quirúrgico.

Quien contempla la administración de justicia con cierta ingenuidad admira el esfuerzo de una parte de su personal por obtener resultados positivos, a pesar de carencias que castigan por igual a profesionales y usuarios. Pero este esfuerzo exige a veces condiciones sobrehumanas. No es justo. Y además es perjudicial porque enmascara una obsolescencia estructural que no aliviará el acopio de más recursos.

En la polémica reciente faltan propuestas que no sean el "más de todo y de lo mismo". Se echa de menos un diagnóstico a fondo de los males de una justicia cuyo esquema básico pertenece al siglo XIX. ¿Corresponde la división en partidos judiciales y audiencias a los cambios demográficos de la sociedad y a su urbanización masiva? ¿Tiene sentido que grandes núcleos urbanos constituyan un solo partido judicial que impide una coordinación ágil y eficaz? ¿Es lógico que predominen los órganos judiciales unipersonales sujetos a las vicisitudes de un único titular? ¿Es adecuada la selección del juez sin acreditar previamente su rendimiento en la práctica profesional? ¿No es muy costosa la falta de una justicia rápida de proximidad dedicada a incidencias de poca complejidad? ¿Es útil que el funcionariado de las oficinas judiciales siga gestionado por un sistema de cuerpos, rígidamente centralizado y de muy lenta aplicación? ¿Se dispone de un método transparente para evaluar la calidad del servicio?

Éstas y otras cuestiones se plantean a quien examina el estado de nuestra justicia sin esquemas heredados y convertidos por comodidad o por ignorancia en piezas intocables de un sistema bloqueado.

Se atrevió con estas cuestiones el Llibre Verd de l'Administració de Justícia de Catalunya. El tercer aniversario de su aprobación -enero de 2006- coincide con la protesta judicial. El Llibre Verd contenía recomendaciones dirigidas a las administraciones responsables. Fue fruto de una deliberación sin precedentes con intervención de representantes del Parlament, de la magistratura y de la fiscalía, y de sus asociaciones, de los colegios profesionales, de la administración municipal, autonómica y estatal y de las facultades de Derecho. Como tantos informes, sólo una parte muy reducida de sus recomendaciones ha sido atendida. El grueso -pendientes de reformas legislativas estatales- ha corrido la triste suerte que corrieron las recomendaciones del Libro Blanco de la Justicia de 1997, porque los grandes partidos estatales esquivan desde hace décadas un planteamiento eficaz del asunto.

Tal vez haya que dar la bienvenida al movimiento reivindicativo de los jueces si evita la deriva gremial que le amenaza. Sus bienintencionados impulsores -que los hay- quedarían defraudados. Para ello les convendría contar con la compañía de un movimiento ciudadano más amplio, con participación de otros colectivos económicos, profesionales y sociales. Sin olvidar a las comunidades autónomas que -como parte del Estado definido hace 30 años en la Constitución- comparten también responsabilidades en la materia. Sólo una amplia coalición ciudadana -y no sólo una negociación Gobierno-jueces- podrá alumbrar la reforma de la justicia que la sociedad necesita.

Josep M. Vallès es catedrático de Ciencia Política (UAB) y ex consejero de Justicia de la Generalitat de Cataluña.

Tengo una respuesta para ustedes. Por José María Carrascal

EL programa se llama «Tengo una pregunta para usted», pero Zapatero lo convirtió en «Tengo una respuesta para ustedes». Una sola. No importaba que la pregunta fuese sobre el paro, los discapacitados, la violencia escolar o la venta de armas. Él contestaba siempre lo mismo. A saber: «Le agradezco su pregunta. Es un tema importante que me preocupa. Estamos tomando medidas para él. Con unidad de todos, estoy seguro de que lo resolveremos». O sea que el presidente del Gobierno sigue instalado en el optimismo, sigue convencido de que la crisis es pasajera y de que sus medidas bastan para superarla. Se notaba la frustración de los inquiridores, pero él, a lo suyo, amplias sonrisas, grandes gestos, aseveraciones con la cabeza, sin aportar nada nuevo. A preguntas específicas, reales, dramáticas algunas de ellas, respuestas genéricas, almibaradas, pomposas, respuestas que no eran respuestas, sino verborrea política, párrafos de mitin. Para resumir: el Zapatero de siempre, el querubín de La Moncloa, el vendedor de humo, el que ante un problema personal sale por los cerros de Úbeda de la macroeconomía.

Reconoció que pudo equivocarse, pero no mentir. Es ya mucho en él. Pero no sólo mintió, sino que sigue mintiendo. Mintió al decir que no había prometido el pleno empleo. Mintió al decir que no se había quedado sentado ante el paso de la bandera norteamericana. Mintió al decir que nadie había predicho la llegada de la crisis. Hace un año, los síntomas de ella eran evidentes y bastantes analistas la predecían, al parecer, ninguno de su equipo, (¿los ha despedido, como suele hacerse cuando alguien falla tan miserablemente?), mientras Manuel Pizarro se lo advertía, clara, rotundamente ante las mismas cámaras, en el debate que sostuvo con Solbes. ¿Qué hizo entonces quien no había hecho los deberes y ahora no lo reconoce? Pues ridiculizarle e incluso tacharle de antipatriota. ¿Cómo se atreve este hombre a pedirnos que le creamos cuando nos dice que a finales de año la crisis empezará a remontar? Dijo que «venía a dar la cara ante el pueblo español». Sí, la cara dura.

Una encuesta nos asegura que convenció con sus explicaciones al gran público. A quien no pareció convencer fue a los cien españoles que le preguntaron anoche sobre nuestra verdadera situación, sin obtener la respuesta adecuada, a tenor de sus declaraciones posteriores. Lo que nos advierte que las encuestas en nuestro país tienen la misma credibilidad que el presidente: cero.

Para terminar: me siento orgulloso de esos cien compatriotas, que perdieron hora y media de su vida tratando en vano de que el presidente dijera la verdad. En vez de perderse en los temas que nos encantan a los periodistas -el espionaje en Madrid, las elecciones vascas y gallegas, la trifulca de los jueces- se fueron al grano, a lo que angustia hoy a los españoles. Los que están en el paro, por estarlo, los que no están, porque temen mañana estarlo. Mientras el presidente sigue en campaña electoral, o sea, mintiendo. Y si no, hablaremos a fin de año.

ABC - Opinión

Zapatero: el presidente sin respuestas

Fue media hora casi mágica. Ocho o diez ciudadanos, apenas una docena, desenmascararon la logomaquia del presidente, lo pusieron contra las cuerdas, a la defensiva, agarrado al torpe negacionismo de sus propias palabras recientes.

Como explica Ignacio Camacho en ABC, lo encerraron en un discurso vacío donde sólo parecían caber excusas y autodesmentidos: no engañé, no sabía, no tengo la culpa, no he dado dinero a los bancos, no quise ofender a la bandera americana, no vendemos armas a Israel.

Sus frases huecas -«la economía es un estado de ánimo»- rebotaban contra un auditorio impasible que ya conocía el truco. «Palabras bonitas», le dijeron, «espadachín del verbo».


Los quiasmos presidenciales, ese fatuo hablar sin decir, esa pantalla verbal de la nada, se desmoronaron ante una audiencia aferrada a la crudeza pragmática de una realidad yerma, desoladora. Llegó asfixiado al intermedio, nervioso y torpe, como un boxeador acorralado que escucha con alivio el sonido de la campana.

Le habían preparado un soliloquio obamiano, lleno de apelaciones al nuevo patriotismo, a recuperar la confianza y el esfuerzo. Pero el adalid de las políticas indoloras y deconstructor del concepto -«discutido y discutible»- de nación no está ahora en condiciones de liderar la ética del sacrificio ni el sentido colectivo de un país que ha fragmentado en miniestados taifales.

El fervor patriótico de Obama suena desleído en labios de Zapatero, como una mala imitación impostada; después de tanto pensamiento débil y de tanta cultura del subsidio no es el líder adecuado para llamar al compromiso y pedir a la gente que apriete los puños.

Los ciudadanos ya tienen apretado el cinturón, y no están cómodos con el talle tan ceñido.
Si la economía es un estado de ánimo, el de los españoles está en situación de ansiedad depresiva.

El presidente salió en la tele para administrar ansiolíticos verbales, diazepán retórico a falta de mejor terapia. No anunció una sola propuesta, una medida que fuese más allá del plan municipal de obras públicas; no ofreció un consuelo que no fuese su abstracta verborrea.

Tras la primera media hora de castigo se sintió más cómodo, aflojó la tensión y se envolvió en su hábil facundia palabrera. Cuando el interrogatorio remitió su inicial dureza recuperó la sonrisa y distendió la imagen, siempre su mejor arma: el gesto amable, el traje flexible, la mirada líquida.

Pero ya había quedado desnudo ante su propio espejo, el de la negación de la crisis, el de la promesa del empleo pleno -que ahora resulta que sólo era... ¡un deseo!-, el del apóstrofe de antipatriotas a quienes cuestionaban su ciego optimismo.

Y sobre todo ante su falta de pulso para reactivar la economía, un asunto sobre el que sólo supo divagar entre vagos consejos y la esperanza de que escampe. Fue a la tele en busca de bálsamo populista y se retrató en su más inane liviandad, sin energía ni empuje para galvanizar a un país acuciado.

Dejó una sensación desalentadora: los ciudadanos tenían preguntas para las que él carecía de respuestas

Periodista Digital

A esa gente votamos. Por Gabriel Albiac

Los estériles diputados europeos se duplican el sueldo. Nunca existió, que yo sepa, una casta parásita mejor pagada

Los políticos son indiscernibles. En lo moral como en lo intelectivo. Una casta a la cual aceradamente suelda el sueldo. El cual da identidad inquebrantable, por encima de siglas: privilegio supremo de cobrar por nada; quiero decir, por nada bueno. Una certeza rige cada acto suyo: que ningún desacuerdo vale lo que vale la común opulencia con la cual se premia su solemne oficio de holgazanes.


Quienes pagamos ese sueldo, quienes somos sangrados sistemática y eficientemente por una Hacienda pública mil veces más desalmada que la mafia más abusiva, tenemos, al menos, el derecho -y, si no es un derecho, es una potestad primordial y, más aún, un imperativo ético al cual sólo perdiendo toda dignidad se renuncia- de odiarlos. Sin distinción. Como casta. Parasitaria e insaciable. De odiarlos. Racionalmente. De las muchísimas burlas sobre las cuales se gesta nuestra ruina colectiva, ésta, que no ha hecho más que iniciarse en la primera verdadera depresión desde 1929, el agujero sin fondo de políticos y funcionarios de la Unión Europea, es, a lo largo de los dos últimos decenios, la más repugnante, aquella que más ha envilecido la conciencia ciudadana del Continente. Para nada sirve el Parlamento de Estrasburgo. Estrictamente para nada. Salvo para enriquecer a una onerosa patulea de diputados y funcionarios. Por igual ociosos. Ahora, los diputados europeos han decidido duplicarse el sueldo. Ni uno solo de los partidos españoles presentes en ese simulacro de cámara representativa ha tenido la decencia básica de llamar a eso por su nombre: estafa. Moral, aún más que política y económica. Que ni uno solo de los partidos españoles espere, en consecuencia, mi voto. Si en este país quedase un átomo de lucidez moral, las urnas de las elecciones europeas podrían hacer su recuento en una diezmillonésima de segundo. La estafa ha regido todo cuanto se relaciona con el Parlamento Europeo desde su fundación misma. Concebido por los partidos -todos- como un basurero de lujo en el cual jubilar a sus cadáveres políticos, el ostracismo estrasburgués era compensado con gozosísimas dádivas. Allí no se daba ni golpe, por supuesto. Ni se ha dado ni se dará jamás. Allí se percibía un sueldo oficial estupendo. Allí, sobre todo, se disfrutaba de gabelas y tolerados sobresueldos casi imposibles de cifrar en su verdadero volumen. Las dietas de los eurodiputados, la diferencia entre el precio pagado por sus aviones y el que declaraban pagar, por ejemplo, multiplicaban sus ingresos de tal modo que, ahora, cuando su reduplicado sueldo queda en «sólo» unos siete mil quinientos euros mensuales como base mínima, a cambio de imponer alguna mínima transparencia sobre dietas, vuelos, gastos, la mayoría de ellos se juzga gravemente perjudicada. Tienen razón los eurodiputados. Eso es lo obsceno: que la tienen. Un representante electo adquiere ciertas responsabilidades. Su ejemplaridad, la primera. Esta gente -de todos los partidos políticos-, que por decenios ha mangoneado sórdidamente con gastos y dietas, merecería estar en la cárcel. No duplicar su sueldo. A eso llaman política. Pues que les vote su abuela.

La Razón - Opinión

Fascista como el busto. Por Hermann Tertsch

Estoy realmente conmovido ante la heroicidad de mis conciudadanos. Su valentía emociona. Han logrado despojar a Francisco Franco de la presidencia de honor de la Diputación de Lugo. Cuando todavía no se han cumplido los 34 años de su muerte, políticos de inmenso arrojo han desposeído al dictador de este cargo usurpado. Lo dicho, coraje es coraje. Ya sabía yo que íbamos a entrar en esta escalada de la resistencia y del desafío frente al miedo. Desde que un ayuntamiento catalán de cuyo nombre no me acuerdo puso un busto del dictador en su sala de plenos y animó a la ciudadanía a que se pasara por allí a abofetearlo o insultarlo. ¡Denle una colleja al dictador fascista! Y allá acudieron los luchadores por la libertad a hacer cola en su revuelta contra el fascismo!

No sé lo que se gastaron en buscar para comprar un busto de Franco o si lo alquilaron. Quizás tuvieran un artista local que, con un molde añejo, creara el rostro al que abofetear en esta gran actuación de los insurgentes. Sé tan poco de ese gasto presupuestario de escultura, traslado y convocatoria al acto antifascista como del destino del millón y medio de euros que el ayuntamiento de San Boix había destinado hace dos años a remodelar su polideportivo. Allí murieron el pasado fin de semana cuatro niños. ¿Dónde rayos quedaron los euros de aquel presupuesto? ¿Lo va a explicar de una puñetera vez alguien? ¿Por qué esta partida destinada a evitar un riesgo manifiesto fue a parar a otra parte? ¿Cuántas exposiciones contra el Franco difunto y la miserable lengua española ha organizado la Diputación de Barcelona? ¿Habrían podido las instituciones catalanas financiar con el tuneado del coche del jardinero presidente del Parlamento Catalán, Benach, unas vigas sólidas para este polideportivo? Ya sé que soy un puñetero demagogo. Sean héroes. Abofetéenme como al busto.

ABC - Opinión