sábado, 16 de diciembre de 2006

La UE deja fuera las novedades propuestas por Zapatero y Chirac para Oriente Próximo

El presidente español se atribuye la movilización de Europa mientras Javier Solana recibe otro mandato para negociar entre las partes en conflicto y pide la «unidad» de los palestinos.

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero se conformó ayer con que la cumbre de los Veinticinco recogiera «la filosofía» de su plan para Oriente Próximo. La UE sólo repitió las ideas en las que insiste desde hace meses y dejó fuera los elementos novedosos de la propuesta presentada en Gerona por el líder español junto al presidente galo, Jacques Chirac.

La declaración europea subraya la importancia de mantener el alto al fuego en Gaza y extenderlo a Cisjordania, fomentar el diálogo entre el primer ministro, Ehud Olmert, y el presidente palestino, Mahmud Abbas, y apoyar la creación de un Estado palestino.

El ingrediente más original de la iniciativa, el despliegue de una misión de observadores en Gaza, no se menciona en el texto e incluso ha desaparecido del mensaje español.

La declaración comunitaria recoge el objetivo de celebrar una conferencia internacional, pero no a medio plazo, como sugería España, sino al final del proceso de paz, como prevé la Hoja de Ruta. Incluso, la UE empieza a modificar su postura respecto a una de las claves habituales que el papel franco-español recogía: el apoyo a un Gobierno de unidad nacional entre Hamas y Al Fatah, cada vez más improbable en «una de las peores crisis en años» de la zona.

Tras meses de respaldo a la formación de un Ejecutivo de gran coalición, la UE duda ahora de esta fórmula. Los Veinticinco «elogian» los esfuerzos de Abbas y se limitan a mostrar su disponibilidad a trabajar con «un Gobierno palestino legítimo» que reconozca a Israel.

Hamas se incluye en la lista de organizaciones terroristas de la UE, que veta cualquier contacto con el Ejecutivo palestino. «El Gobierno de unidad nacional no es fácil, pero no imposible», explicó Javier Solana, jefe de Política Exterior de la Unión. «Al final tiene que haber algún tipo de unidad porque los palestinos tienen que hablar con una sola voz». Solana ha recibido otro mandato para Oriente Próximo (en septiembre, los Veinticinco aprobaron uno parecido). Zapatero se congratuló de que España, con su «iniciativa movilizadora», estuviera «en el origen» de que Europa «recupere» su papel central en la región. Interrogado sobre las novedades en la declaración de ayer, el presidente del Gobierno español subrayó la urgencia del llamamiento a intervenir por el estallido de violencia.

Misión obviada

Zapatero ya no citó la misión para los Territorios Palestinos, impopular por la falta de respaldo de Israel y el peligro de que los enviados europeos sean objetivo de secuestros.

Respecto a la conferencia internacional -que no se recoge en la declaración en los términos más inmediatos que soñaba el ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos-, el presidente del Gobierno insistió en que la UE tiene «más credibilidad y más capacidad política» para negociar con las partes y convocar un encuentro, aunque no especificó en qué plazo.

El español aseguró que la reunión de líderes de ayer y anteayer fue su mejor cumbre desde que es presidente. Zapatero, muy satisfecho por el nuevo dinero para la política europea de inmigración legal e ilegal (4.000 millones de euros en siete años para los Veinticinco, con cuatro fondos, donde España se llevará hasta el 35% del dinero), anunció una política migratoria común, que, por fin, reconoce la UE. En cambio, su iniciativa para Oriente Próximo ha pasado casi desapercibida.

«La filosofía general no difiere de país a país», repetía Solana, quien viaja constantemente a la zona y defiende los principios apoyados por EEUU y la UE, como el alto al fuego, el intercambio de prisioneros o la reunión Olmert-Abbas.

La UE también se muestra reticente a involucrar a Siria en el proceso, como querría Moratinos, quien, desde el verano, ha estado en varias ocasiones en Damasco. Los europeos repiten, de forma contundente, su condena a las interferencias de Siria en el Líbano y no lo consideran un interlocutor deseable. «Lo importante es que Siria deje de mezclarse en asuntos libaneses», dijo Solana.

Francia, el supuesto aliado de España para Oriente Próximo, sería el último que aceptaría una mediación con los sirios. Chirac era amigo del ex primer ministro libanés Rafik Hariri y considera que Damasco ordenó su asesinato. El primer ministro italiano, Romano Prodi, partidario de las charlas con Siria, se quejó ayer de la «intransigencia» francesa.

María Ramírez, Corresponsal en Bruselas
El Mundo, 16-12-2006

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