domingo, 24 de enero de 2010

CiU ya no veta al PP

EL candidato de Convergencia i Unió a la Generalidad de Cataluña, Artur Mas, anuncia en la entrevista que publica hoy ABC que no habrá más compromisos contra el Partido Popular ante notario, como el que él mismo firmó antes de las últimas elecciones autonómicas. Este gesto no significa, ni debe hacerlo mientras no haya clarificación de criterios por parte de CiU ante asuntos capitales para el Estado, que la coalición nacionalista y el PP estén encaminados a una alianza en Barcelona y Madrid para desbancar a los respectivos gobiernos socialistas. El Estatuto de Cataluña representa para ambos partidos una diferencia sustancial en la percepción del Estado, e incluso en aspectos importantes del modelo social, que los convergentes cedieron a un planteamiento netamente izquierdista, a cambio de un sistema político nacionalista. También es cierto que una vez que el Tribunal Constitucional alumbre su sentencia sobre el Estatuto catalán, sea cual sea su orientación, se habrá despejado del camino de convergentes y populares un obstáculo ahora insalvable.

Por tanto, son varias y sustanciales las condiciones que gravan la viabilidad de un pacto entre ambas formaciones. En todo caso, a CiU le tienen que pesar su experiencia en la oposición y la mansedumbre con la que acudió al rescate de Rodríguez Zapatero para salvar su proyecto político de Estatuto para Cataluña. Al final, pese a las promesas de La Moncloa, sólo le sirvió políticamente para permanecer cuatro años más en la oposición, después de décadas de gobierno hegemónico.

En el lado del PP, las perspectivas de ganar en 2012 se consolidan y harán falta compañeros de viaje, como a José María Aznar en 1996. El compromiso de Rajoy con los principios y los votantes de su partido le impiden tanto acceder incondicionalmente a un pacto con los nacionalistas como renunciar de antemano a todos los esfuerzos negociadores que permitan, en última instancia, clausurar cuanto antes estos dos mandatos de mal gobierno socialista. Debe ser posible que el PP, modelo para la refundación del centro derecha en Europa, esté en condiciones de celebrar pactos, ética y políticamente aceptables, con otras fuerzas minoritarias para acceder al Gobierno de España. Son legítimas las reticencias de importantes sectores de la derecha ante pactos con los nacionalismos, pero la licitud política de estos pactos dependerá de las condiciones y los objetivos que se marquen. Por ahora, lo que dice Mas en ABC sólo es un paso.


ABC - Editorial

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