viernes, 11 de marzo de 2011

Enmienda a la totalidad

Moody´s ha lanzado una enmienda a la totalidad contra la política de Zapatero, que suma otro revés añadido a las encuestas desfavorables al PSOE.

LA rebaja de calificación de la deuda española, decidida ayer por la agencia Moody's, desarboló de un golpe el optimismo que Zapatero había exhibido el día anterior con su pronóstico de que este mismo mes empezaría la enésima recuperación del empleo y la economía. Una vez más, los anuncios del presidente del Gobierno se topan con una realidad que escapa por completo a su control. Se puede, en efecto, poner objeciones a las agencias de calificación y relativizar sus decisiones, pero es un error ignorarlas porque los mercados reaccionan en un sentido o en otro en función de análisis como el que llevó ayer a Moody's a bajar la calificación de España de Aa1 a Aa2. Y lo peor es que lo hizo con el añadido de «perspectiva negativa». Esta agencia ha cumplido el aviso que ya hizo en diciembre, y ahora vuelve a advertir de que el futuro de la economía española no es fiable. Su análisis se basa en factores que no permiten al Gobierno replicar con convicción: el exceso de endeudamiento, las dificultades de financiación en el futuro, el nulo crecimiento económico y la situación real de las cajas de ahorros, para las que Moody's prevé necesidades de financiación superiores a 50.000 millones de euros, que podrían llegar incluso a los 120.000 millones, muy por encima de las previsiones del Gobierno. Para empeorar el cuadro de datos, Moody's tampoco se fía del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), y lo dice el día en que el Congreso aprueba el decreto de reorganización del sistema de cajas.

Se conceda más o menos crédito a las agencias de calificación, lo cierto es que Moody's ha lanzado una enmienda a la totalidad contra la política de Rodríguez Zapatero, que suma así, en pocos días, otro revés, añadido a las encuestas desfavorables y a los movimientos críticos de su partido —cada vez más explícitos— con la gestión de su continuidad. El problema sigue siendo el mismo que al principio de la crisis: Zapatero no genera confianza alguna, primero porque negó la crisis, y ahora porque no sabe cómo superarla. Ya hemos entrado en el tercer mes del año que debería ser el de la recuperación y esta se aleja, en vez de acercarse. Zapatero siempre la anuncia para la primavera cuando hay elecciones, pero su optimismo impostado ya no genera adhesiones; tampoco indiferencia. Ya es una burla.


ABC - Editorial

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