martes, 5 de octubre de 2010

La asocial política "social" del zapaterismo

Su gestión de la crisis ha sido peor que mala, constituye el modelo práctico de cómo arruinar un país tomando todas las decisiones equivocadas posibles, una tras otra.

El desempleo parece no tocar fondo en España. Los datos de septiembre, en los que vuelve a sobrepasarse la plusmarca de los 4,5 millones de parados, invitan a cualquier cosa menos al optimismo por más que desde el Gobierno quieran vender que la recuperación está ya en marcha. No hay nada de eso. Nuestro país se encuentra metido de lleno en una depresión económica de la que nadie sabe cuándo ni cómo vamos a salir, especialmente mientras sigamos aplicando desastrosas políticas de intervención pública. Esta es la cruda realidad y el resto simples ensoñaciones a las que los políticos son muy dados.

Nos encontramos ante una situación doblemente complicada. Por un lado se destruye empleo sin pausa y a toda velocidad, por otro no se genera prácticamente nada, es decir, la economía española es totalmente incapaz de remontar el vuelo y empezar a crear riqueza tras el severo ajuste que ha padecido. El Gobierno, el mismo que se llena la boca con la palabra "social" y que hasta hace bien poco decía disponer de la varita mágica para devolvernos al crecimiento, se muestra inoperante, da palos de ciego y asiste impávido a cómo el castillo de arena que ha construido con toneladas de dinero público se viene irremisiblemente abajo.


Porque he ahí la clave de la cuestión. La política de gasto sin límite, de grifo abierto a cargo de las arcas públicas se agosta por momentos. Con los mercados internacionales entornados y a punto de cerrarse, la deuda en máximos y la economía real en mínimos nadie puede mantener la fiesta "social" que Zapatero ha montado a cuento de la crisis. El contribuyente no da más de sí, las empresas sobreviven de milagro haciendo malabarismos para cuadrar el balance, pero el Estado se niega a apretarse el cinturón. Ni lo hizo cuando tocaba, hace ya tres años, momento en que la crisis estaba encima y aún había tiempo de reaccionar, ni lo hace ahora, hundidos como estamos en la sima del desempleo y el desencanto generalizado.

Esta es, en breve, la asocial política "social" que ha llevado por bandera el zapaterismo. Gastó lo que no tenía en programas estatales ruinosos como los planes E confiando en supercherías teóricas que nunca y en ningún lugar han funcionado. Cuando éstas se demostraron falsas pidió dinero prestado para mantener la máquina de gastar encendida todo el tiempo posible con la ilusión puesta en una recuperación que nunca llega. Ahora, con todos los indicadores por los suelos y el drama del paro de larga duración castigando a la sociedad, su única receta es saquear a los ciudadanos productivos vía impuestos y seguir, mientras el cuerpo los permita, gastando a manos llenas hasta la próxima cita electoral.

Por este camino vamos directos al abismo. Nos lo recuerdan desde fuera, pero Zapatero actúa ya como un boxeador noqueado que no quiere bajo ningún concepto caer a la lona. Su gestión de la crisis ha sido peor que mala, constituye el modelo práctico de cómo arruinar un país tomando todas las decisiones equivocadas posibles, una tras otra. El resultado lo tenemos a la vista y no estamos todavía en el peor de los escenarios, ahora bien, si esto sigue así lo alcanzaremos más pronto que tarde.


Libertad Digital - Editorial

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