sábado, 11 de septiembre de 2010

ETA. Lo sabremos en breve. Por Maite Nolla

Que no puedas votar a un partido delictivo no te priva de derechos; sólo priva de derechos al que delinque.

El chantaje y la amenaza en general tienen dos caras. Tan amenaza es esgrimir una pistola, como no esgrimirla pero llevarla encima, aunque del efecto visual parezca lo contrario. Es verdad que la proximidad del mal o del daño puede favorecer la consecución del objetivo, pero que desaparezca la violencia no cambia la esencia del "conceto" de amenaza o de chantaje. Y es que en estas situaciones se demuestra si nuestros políticos entienden qué significa un principio, asumirlo y actuar en consecuencia.

Pongamos que nos creemos al Gobierno y que considerar "decepcionante" el comunicado de los delincuentes que se publicó en la BBC no tiene nada que ver con una negociación previa y con esperar otra cosa, pactada o comprometida. Pongamos que no nos acordamos de lo que pasó en la primera legislatura de Zapatero y que no tenemos por qué desconfiar y pensar que un hombre que de lo que se siente más orgulloso de su mandato es de la negociación con ETA, no ha vuelto a intentarlo ni lo va a volver a intentar. Pongamos que Rubalcaba no miente, en esto. Pongamos que este Gobierno y sus nombramientos no son los que permitieron al PCTV presentarse a las elecciones, los que ilegalizaron media ANV y legalizaron la otra media, los que dijeron que ANV era un partido con una "intachable trayectoria democrática", o los del Guantánamo electoral. Podemos aceptar como bobos y bobas todo eso, pero de lo que pase ahora será responsable el Gobierno, porque el comunicado de los de la capucha no cambia la situación anterior. Y no cambia la situación porque si el paso fuera sincero, la amenaza desaparecería y el que quisiera algo tendría que utilizar los mismos medios que los demás para conseguirlo. Porque el Guantánamo electoral no existe ni ha existido, pese a lo que dijo en su día el señor fiscal general del Estado, magistrado del Tribunal Supremo y que hubiera cateado las oposiciones si ante un tribunal hubiera cantando así el tema, que se dice en la jerga opositora. Que no puedas votar a un partido delictivo no te priva de derechos; sólo priva de derechos al que delinque.

En definitiva, aunque la tentación sea enorme, para los que han demostrado que la tentación les puede, el Gobierno será responsable si se deroga la ley de partidos por la vía de los hechos. Lo sabremos en breve.


Libertad Digital - Opinión

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