sábado, 9 de diciembre de 2006

El PP y Ciutadans ven insuficiente el refuerzo del castellano de Educación

El Partido Popular de Cataluña y Ciutadans consideraron ayer «insuficiente» el refuerzo a la lengua castellana en las escuelas catalanas que supone el decreto del Gobierno español que reforma las enseñanzas de la educación primaria. Ambos partidos valoraron la medida, que obliga a los centros a dar un mínimo de tres horas a la semana «de lengua y literatura castellana, o en lengua castellana» como «un paso adelante», porque la mayoría de los colegios sólo ofrece actualmente dos horas de clase en ese idioma, pero creen que «el equilibrio» entre las dos lenguas oficiales está aún muy lejos.

La carga de profundidad para la política lingüística de la Generalitat en las escuelas estaba escondida en el último párrafo de las 118 páginas del decreto del Gobierno. El Govern lleva años utilizando una trampa legal para dar cuatro horas a la semana de lengua catalana y sólo dos de castellana: la asignatura de Estructuras Comunes, que engloba rudimentos compartidos por los idiomas románicos, y que se imparte unánimemente en catalán.

Ahora, Educación obliga a las escuelas catalanas a «garantizar que el alumnado recibe enseñanzas de lengua y literatura castellana o en lengua castellana si la lengua de enseñanza de las Estructuras Comunes fuera diferente del castellano».

«Nos parece un avance, pero no es suficiente», dijo a este diario el diputado popular en Cataluña Daniel Sirera. Su partido, que estrenó la legislatura proponiendo medidas contra la inmersión lingüística en las escuelas y las sanciones a comercios que tienen sus rótulos en castellano, opina que «obviamente, es mejor tres horas que dos», pero advierte de la dificultad que entrañará aplicar la nueva normativa: «Desde siempre, los partidos nacionalistas se han quejado incluso de esas dos horas obligatorias, y, en algunos casos, no se daba la asignatura de Lengua Española en los primeros años de enseñanza».

Pequeña puerta

Sirera confía en que «la Generalitat cumpla y no se tenga que recurrir a los tribunales». Más escéptico incluso con el acatamiento del Departamento de Educación catalán, que dirige Ernest Maragall, hermano del ex president, se mostró el diputado de Ciutadans José Domingo. Aunque afirmó que su partido «considera que el Gobierno introduce con este decreto una pequeña puerta a favor de la ruptura del monolingüismo y la inmersión», la consideró «de todo punto insuficiente» en comparación con los postulados en materia de enseñanza de su grupo.

Como el Gobierno español obliga a dar al menos tres horas a la semana de clase en castellano, Domingo cree que el Departamento de Maragall y las escuelas utilizarán «alguna argucia, como dar la clase de Educación Física en castellano, algo que ya se hace en algunos centros». Ciutadans cree que, de darse el caso, «estaríamos ante un fraude de ley».

En su opinión, lo que no va a permitir el Ejecutivo catalán es que la asignatura de Estructuras Comunes deje de darse, en todo o en parte, en catalán, porque es algo «que ya defendieron con vehemencia los anteriores consejeros nacionalistas, Carme-Laura Gil (CiU) y Marta Cid (Esquerra Republicana)».

Lo cierto es que el decreto coloca a la Generalitat en una difícil tesitura, porque, si quiere cumplir a rajatabla con lo que marca la ley, tendría que igualar a tres las horas que se dedican a la lengua catalana y a la castellana, lo que supondría suprimir una de las horas de catalán. Algo difícil de digerir para el Govern en general y para Esquerra Republicana en particular.

La reacción del Departamento de Educación fue crítica. Pese a afirmar que el decreto avala «el objetivo de alcanzar la competencia lingüística en tres lenguas previsto en el Estatut» y su controvertida posición con respecto a las «Estructuras Comunes», ya avisó al Ministerio en abstracto de que los contenidos fijados son «excesivamente extensos y detallados, hecho que puede dificultar el despliegue posterior».

En el resto de España se dedican cuatro horas a la semana a la lengua castellana. En Cataluña, pese a que la normativa ya permitía dar tres horas de catalán y tres de castellano, la práctica totalidad de los colegios optaba por otorgar cuatro y dos, respectivamente.Ahora el decreto ya no permite: obliga.

Daniel G. Sastre, El Mundo Barcelona, 09-12-2006

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