sábado, 4 de junio de 2011

Ya vale todo. Por Andrés Aberasturi

No estoy seguro, pero creo que hemos perdido un poco el oremus y aquí cada uno va por libre, sin freno y en no se sabe a qué dirección. Desde la crisis de los pepinos hasta las acampadas del 15-M hay un largo rosario de despropósitos que salpican, incluso a la Academia de la Historia; del no me llames Rubalcaba, llámame Alfredo a la peregrina respuesta de ZP que culpaba ¡a Rajoy! De haber llamado por teléfono a algún mandatario europeo para solucionar el boicot a nuestras hortalizas, o, lo que es lo mismo, acusar al líder de la oposición de no tomar las decisiones del Gobierno. Ya vale todo.

Porque los del 15-M se agota en si mismo y como sigan tres días más, van a terminar desalojándose entre ellos, que las amistades de una noche de acampada pueden terminar como el rosario de la aurora y por de pronto el sector feminista ya se ha abierto tras denunciar abusos o intentos de abusos sexuales. Uno, que no es nadie, se lo advirtió mil veces: lo poco agrada y lo mucho cansa. Lo ocurrido en la semana electoral fue un éxito, una llamada a la conciencia de muchos, un motivo de reflexión incluso discrepando de algunos puntos. Y ahí tenía que haber terminado y plantearse otra acción distinta, nueva, atractiva y crítica. Pero no; siguieron y comenzaron las deserciones y losa desacuerdos, llegaron los que querían apuntarse el tanto sin haber pegado ni chapa y, en conjunto, la existencia/persistencia de tanto plástico en la Puerta del Sol pasó de ser graciosa a ser pesada. Y cuando dejas de ser noticia y empiezas a incomodar al ciudadano que antes te sonreía, lo mejor es recoger los bártulos y hasta la próxima.


Y mientras ZP en el mejor de los mundos posibles, alegre y confiado, feliz con su Alfredo y su Rubalcaba, con su Gobierno que no piensa cambiar y con su legislatura que está dispuesto a agotar sea como sea: quedan muchas medidas que tomar, dice; pero no las toma. Ahora se la ha roto el pacto imposible empresarios-sindicatos y deberá ser el Ejecutivo el que diga aquí estoy yo. Ya veremos. Porque es posible que o bien Alfredo o bien Rubalcaba, se piense las medidas impopulares a medio plazo y a ver que lío va a ser este.

Aunque para líos, el que anuncia Rajoy en plan ya de futuro presidente y controlador de no pocas autonomías: auditorías para todos. Y más de uno de los suyos, temblando. Porque aquí, cuando se sepan de verdad las cuentas reales sin maquillaje (no sé yo si ese día llegará) nos vamos a llevar una desagradable sorpresa y me temo que desde ninguno de los dos partidos van a poder tirar la primera piedra. Hace falta un regeneración política de verdad, una democracia real, ya y ni Rubalcaba ni Rajoy, ni el PSOE ni el PP están capacitados para iniciarla. Tampoco, ay, los de la Puerta del Sol.


Periodista Digital - Opinión

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