miércoles, 1 de diciembre de 2010

Cómo le ven desde fuera. Por José María Carrascal

Irlanda ha caído y Portugal se tambalea, lo que nos pone en primera línea de fuego. ¿Qué ha hecho Zapatero ante ello?

NO ha sido Rajoy. Ni un periodista ultra. Ni un especulador internacional. Ha sido el gurú económico de Zapatero, Paul Krugman, quien advierte, en el «New York Times» nada menos, que España no se recupera de la crisis, «lo que se traduce en temores hacia su futuro fiscal». ¿Se ha unido al «complot antiespañol»? En ese caso, tendrían que meter también a la Comunidad Europea, que acaba de rebajar a la mitad el crecimiento previsto por el Gobierno para 2011, mientras mantiene la cifra de paro en el 20,3 por ciento. Y si necesitan más confirmación, ahí tienen a la Bolsa española desplomándose y al diferencial con el bono alemán disparándose. ¿Forman parte de la campaña del PP para llegar al poder? ¿No será más bien la inacción del Gobierno y su «todo va como estaba previsto», lo que está poniendo a España al borde del abismo?

Pues volvemos a estar como en mayo, sólo que peor. Entonces teníamos a Irlanda y Portugal de colchón ante nosotros. Irlanda ha caído y Portugal se tambalea, lo que nos pone en primera línea de fuego. ¿Qué ha hecho Zapatero ante ello? Pues un cambio de gabinete, creyendo que con poner a Rubalcaba al frente podría tranquilizar a los mercados y devolverle a él la credibilidad. A tal grado de ignorancia y cerrazón llega el que hemos elegido como presidente del Gobierno. Rubalcaba es un político para andar por casa, que alcanzó su máximo nivel de competencia manejando los hilos ocultos del poder, pero que se arma un lío cuando tiene que hacerlo a plena luz del día. Su efecto ha durado tres semanas y, desde luego, no ha sido el escudo que su jefe había previsto que fuese. Es incluso posible que, al enterarse de que el «Observer» advertía que «el euro depende de él», Zapatero se haya creído que puede ser su salvador. Cuando lo que quería decir el «Observer» es que puede ser su sepulturero, pues España, a diferencia de Grecia, Irlanda y Portugal, no es «rescatable», al ser demasiado grande. Y eso no lo digo yo, lo dicen todos los expertos económicos y es lo que teme la Comunidad Europea, de ahí sus apelaciones a que hagamos nuestros deberes, en vez de posponerlos.

En esos cables de la Embajada norteamericana en Madrid al Departamento de Estado que acaban de filtrarse se califica a Zapatero de «izquierdista, trasnochado, romántico». No es una mala definición. La izquierda perdió su referencia con el desplome del muro berlinés y viene dando tumbos desde entonces. Lo de trasnochado no necesita explicación. Y lo de romántico es justo lo contrario de la «Real Politik», la única que funciona, todas las demás son espejuelos o mentiras. Así se explica cómo está España. Aunque puede que el aludido esté encantado con la descripción.


ABC - Opinión

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