lunes, 15 de noviembre de 2010

Otra vez con el "Madrid nos roba"

El problema de los catalanes no es que los madrileños hayan hecho bien sus deberes, sino que ellos se han atascado en un absurdo debate identitario y liberticida del que han emergido políticos tan demagogos e incompetentes como los del Tripartito.

Las elecciones catalanas del próximo 28 de noviembre no pintan especialmente bien para los miembros de la coalición gobernante. Después de ocho años de desgobierno, parece que los catalanes están decididos a darles la espalda y la masiva abstención que ya viene caracterizando al panorama electoral catalán desde hace lustros convivirá con un desplome del PSC, ERC e ICV.

Probablemente por ello, los dirigentes socialistas y secesionistas estén recurriendo a toda la artillería de demagogia de la que son capaces con tal de retener el voto de la radicalidad más iletrada que pueda seguir creyéndose sus mentiras. Así, por ejemplo, el presidente de ERC, Joan Puigcercós, ha vuelto a recurrir al típico espantajo de "Madrid nos roba" con tal de justificar la lamentable situación en la que se encuentra Cataluña como consecuencia de la política antiliberal y antiespañola que con tanta consistencia ha defendido y aplicado su partido.

El problema es que, como suele suceder, ni los datos ni los argumentos avalan las soflamas de Puigcercós. Hasta 2008, Madrid aportaba más del doble que Cataluña, tanto en términos absolutos como per capita, al sostenimiento del conjunto del Estado: en concreto, 2.300 euros por habitante frente a los pocos más de 1.000 euros de Cataluña. Sin embargo, tras la reforma del modelo de financiación en 2009, aprobada con el acuerdo de ERC, Cataluña pasó a recibir más de lo que aportaba al resto del Estado. No olvidemos que el secretario de ERC, Joan Ridao, se jactó de haber conseguido todo lo que deseaba de un sumiso Zapatero: "Nosotros habíamos puesto un listón y el Gobierno empezaba a saltarlo, pero aún no había llegado a superar esa altura. Hasta que la superó".


El problema ni está ni ha estado nunca en que Cataluña fuera expoliada por el resto del Estado, pues Madrid, con una aportación mucho mayor, ha conseguido seguir creciendo y prosperando hasta el punto de superar en 2009 a Cataluña en su aportación al PIB español, sin perjuicio de su solidaridad interterritorial. El problema se encuentra en las políticas socialistas y nacionalistas aplicadas por el Tripartito, generadoras de pobreza en todo momento y lugar.

No hay más que echarle una mirada a la evolución del endeudamiento de Cataluña y de Madrid para comprobarlo. En las dos legislaturas en las que han gobernado PSC, ERC e ICV la deuda de Cataluña se ha prácticamente duplicado desde el 7,9% del PIB al 15,1%; en cambio, la de Madrid se ha mantenido constante en un moderado 6,6%. De hecho, Cataluña, con 30.000 millones de euros, ya acumula un 30% de toda la deuda autonómica de España, muy por encima de su participación en el PIB nacional que es del 18%.

Si, en palabras de Puigcercós, Madrid es una "fiesta fiscal" –esto es, si disfruta de impuestos más reducidos que los de Cataluña– no es por los privilegios que le haya otorgado el socialismo, sino por haber aplicado políticas propias de una sociedad abierta que la Esquerra tan furibundamente rechazada: presupuestos austeros, liberalización comercial y, también, tolerancia hacia la diversidad. Todo lo contrario de la senda por la que ha discurrido Cataluña en las últimas décadas y, de manera más enconada, en los últimos ocho años del proceso estatutario.

El problema de los catalanes no es que los madrileños hayan hecho bien sus deberes, sino que ellos se han atascado en un absurdo debate identitario y liberticida del que han emergido políticos tan demagogos e incompetentes como los que han formado el Tripartito.


Libertad Digital - Editorial

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