martes, 27 de julio de 2010

Experimentos en Madrid

La mala perspectiva electoral de los socialistas aconseja acabar con el enredo sobre el candidato

Las dificultades para decidir quién será el candidato del Partido Socialista de Madrid en las próximas elecciones autonómicas están adquiriendo los tintes de una comedia de enredo. El secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, no cuenta con el apoyo de la dirección federal de su partido, que fue la que lo aupó hasta su actual responsabilidad. Gómez, por otra parte, se reafirma en su voluntad de ser el candidato, con lo que el choque está servido.

Madrid ha sido desde siempre un punto negro del aparato socialista, y no parece que vaya a dejar de serlo tampoco en esta oportunidad. Gómez, a quien la dirección nacional encargó en su día reconducir la situación, se ha convertido en un nuevo quebradero de cabeza para quienes lo promovieron. La fuerza del secretario general de los socialistas madrileños procede del escaso margen de maniobra que su resistencia deja a la sede central de la calle de Ferraz. O bien esta interviene contraviniendo las exigencias de democracia interna, o bien se pliega a la celebración de unas primarias en las que Gómez parte como favorito, dado el control que ha llegado a ejercer sobre el aparato del partido socialista de la Comunidad.

Más allá, sin embargo, de la querella interna, lo que este nuevo episodio pone de manifiesto es la persistente e ineficaz estrategia seguida por el partido socialista en Madrid, tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento. En lugar de consolidar un candidato a lo largo de varias elecciones, ha intentado en sucesivas ocasiones encontrar una figura que pudiera suplir un trabajo político realizado con constancia. Los resultados están a la vista. Tomás Gómez podrá ser mejor o peor candidato, y eso es algo que tienen que decidir los propios socialistas, pero lo que parece un camino sin salida es continuar en la estrategia de proponer nombres que solo se mantienen en las instituciones madrileñas el tiempo de que se apaguen los ecos de las elecciones.

Mientras los socialistas disfrutaron de una amplia ventaja sobre el Partido Popular en Andalucía y Cataluña, las consecuencias de los experimentos en Madrid eran limitadas. No es el caso en estos momentos. Sobre todo si, según se vienen desarrollando los acontecimientos, el enredo político en torno a la candidatura de Tomás Gómez en Madrid no tiene un desenlace respetable. Por ahora, no lo está teniendo.


El País - Editorial

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