miércoles, 16 de diciembre de 2009

Culpable, naturalmente, el PP. Por José María Carrascal

AL final, el culpable de que no haya recuperación económica en España va a ser el PP. Como del frío que hace y de los muertos en carretera. La culpa de todos los males españoles la tiene, para Zapatero, el PP. Veremos lo que tarda en decirnos que teledirige a Aminatu Haidar. Hoy, está demasiado ocupado en culparle del fracaso de la Conferencia de Presidentes Autonómicos, por no endosar su plan de Economía Sostenible.

Ya se ha olvidado de que en el reciente debate parlamentario, los portavoces de todos los partidos menos el suyo, hasta ahí podíamos llegar, le dijeron que ese plan no tiene de sostenible ni el nombre. Pero éste es el mundo según Zapatero: todos los males se deben a la derecha. La izquierda sólo persigue la bondad, la belleza, la felicidad. Y si no las consigue, es porque la derecha se lo impide. Así de simple, ripio incluido. Un razonamiento tan falso y elemental como su dueño.


El PP, en efecto, es culpable de que no haya acuerdo sobre la Economía Sostenible. Pero el único que cree en la Economía Sostenible es Zapatero, si es que cree en algo. Ayer mismo, Miquel Roca, nada sospechoso de simpatizar con el PP, recordaba en «La Vanguardia» que los Pactos de la Moncloa que sacaron a la economía española del pozo en que se encontraba durante la Transición fueron estudiados, sopesados, debatidos durante largas sesiones por todas las fuerzas políticas y sociales hasta llegar a un consenso. Mientras Zapatero se ha sacado su plan de la manga, como un prestidigitador se saca el conejo de la chistera -advierto que la metáfora es mía, don Miquel sigue tan respetuoso en las formas como siempre- y ésta no es la forma de sacar adelante un proyecto de tal envergadura. Mientras «El País», nada menos que «El País», sentenciaba en su editorial: «Convocar esa conferencia sin haber madurado previamente el acuerdo fue un error».

Zapatero no sólo no discutió ni consensuó con todas las fuerzas políticas y sociales su plan, sino que desde el primer momento se puso al lado de los sindicatos frente a los empresarios, lo que es algo así como botar al agua un barco con un agujero en la quilla. Los empresarios son quienes crean empleo, ¿cómo va a crearse contra ellos? Ahora, les pide ayuda, como al PP. Pero este hombre es así: los éxitos son sólo míos, los fracasos, de todos. Aunque cabría preguntar ¿qué éxitos? Los fracasos, en cambio, están a la vista.

Tal vez por eso invitó al Rey y al Príncipe a la cumbre de presidentes. Como oliéndoselo, ambos desaparecieron tras el desayuno sin quedarse al debate. Como enmudeció Hillary Clinton en cuanto Moratinos se puso a hablar de Aminatu Haidar. Y es que esta gente, en cuanto te descuidas, te la clava. Pero empieza a conocérseles, incluso en España. A ese PP que engaño cien veces, ya no le engaña. Era hora.


ABC - Opinión

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