viernes, 12 de junio de 2009

LA PLANETARIA, A CASA. Por Alfonso Ussía

Zapatero ha felicitado a Leire Pajín por la pésima campaña electoral de su partido. Se quedarán muy pronto sin empleo. Leire Pajín, no Zapatero. Cuando el Presidente del Gobierno no puede hablar en cuatro días por una derrota electoral, felicita y cesa. Lo único interesante que ha dicho Leire Pajín en esta campaña electoral ha sido lo de la coincidencia y unión planetaria de Obama y Zapatero. Un polvo cósmico. Un retambufeo estelar. Bellísima imagen y encantadora figuración, pero poco sugerente para los electores. Los votantes desean un cambio en la política social y económica de Zapatero, no un ósculo planetario con Obama, al que además nadie ha pedido opinión.

Hay que ponerse en la piel de Obama al oír las palabras de su Jefe de gabinete. «Señor Presidente, prepárese para encontrarse planetariamente con Zapatero». Y la profunda depresión. Claro está que no toda la culpa ha sido de Leire. Durante la campaña electoral le han crecido todos los enanos posibles y probables. Sucede que su antecesor, José Blanco, aguantaba a pie firme las peores galernas y les daba vuelta con un simple soplido. Ahora es uno de los ministros mejor valorados del Gobierno, el sucesor de una calamidad nacional, y ha demostrado en los pocos meses que lleva en el cargo una sensibilidad democrática con las autonomías no socialistas, esperanzadora y elogiable. Pero las campañas electorales del PSOE han perdido mucha eficacia con su ausencia. Y a Leire Pajín le viene grande el vestido. Y además del vestido, las chorradas de Bibiana Aído, las subvenciones de Chaves, la escasa convicción de Juan Fernando López Aguilar, y los guiones subvencionados de Ángeles Sinde, la ministra de Cultura. Demasiado para Leire, que es una chica impetuosa y frenética, pero inconsistente. Leire ha contado a su favor con la identificación plena en la campaña del Presidente del Gobierno. A su favor y en su contra, porque fracasadas las elecciones, el Presidente ha dejado de identificarse. «Me la juego», dijo semanas atrás. Y como ha perdido, ya no se acuerda de su intención. Toda la responsabilidad caerá sobre Leire y López Aguilar, que han sido efusivamente felicitados por Zapatero, y por ello, pueden considerarse a medio plazo desencajados del sistema. En el Palacio de La Moncloa y sus amplios jardines, todo son parabienes y cantos de pajarillos. Jilgueros y ruiseñores alegran las sienes de Zapatero. Pero en Ferraz han principiado a oírse los amenazantes gritos de los monos aulladores. Y ahí están la Pajín, el Gómez madrileño y el valenciano que es tan poquita cosa que ni me acuerdo de su apellido, acorralados por los sonidos de la protesta. A la señora Sinde no le llegan los sonidos porque no se entera de nada, y en ese aspecto, hay que reconocerle una sordera inteligente. Leire Pajín sólo puede ser salvada por Obama, pero don Barack no está dispuesto a hacerlo. Y es comprensible. Si no ha salvado a la «General Motors» no tendría justificación ante los americanos que se volcara con Leire Pajín y se uniera planetariamente con Zapatero, que lo más planetario que tiene es haber nacido en Valladolid, y a mucha honra, digo yo. Para el Partido Popular la defenestración de Leire sería desastrosa. Y Blanco ya lo ha intuido. Y Rubalcaba. Es decir, los que piensan. Y los que influyen en el planetario.

La Razón - Opinión

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