viernes, 22 de mayo de 2009

DEDAFIO FALLIDO

LOS datos objetivos reflejan el fracaso de la huelga política convocada por los sindicatos nacionalistas contra el nuevo Ejecutivo vasco que preside Patxi López. A pesar de la actuación de piquetes y de las coacciones a muchos ciudadanos, las cifras oficiales del Gobierno y de la Patronal vasca demuestran un seguimiento reducido entre los trabajadores del sector industrial, y muy escaso en ámbitos como la sanidad o la función pública. Bajo el pretexto de la crisis económica, los sindicatos que actúan como correa de transmisión de diversos sectores nacionalistas han planteado un desafío al primer lendakari constitucionalista cuando su equipo apenas lleva unos días en el ejercicio de un poder ganado legítimamente por un pacto parlamentario acorde con el resultado electoral. Los motivos reales de la convocatoria se sitúan a medio camino entre la frustración y la advertencia de que algunos siguen empeñados en no reconocer el mandato inequívoco de las urnas. Por eso, la reconversión del PNV y sus socios en un partido que ejerce una oposición democrática pasa por la necesaria catarsis interna que rompa con la falsa identificación entre nacionalismo y sociedad vasca.

La escasa respuesta de ayer a una convocatoria planteada en tono de amenaza debe ser analizada en términos realistas. Los ciudadanos han decidido ofrecer una oportunidad al constitucionalismo, inédito hasta ahora como fórmula de gobierno en el País Vasco, y no admiten que los perdedores pongan en cuestión la voluntad popular. Patxi López sale reforzado de este fracaso y tiene ahora la oportunidad de profundizar su política de pactos con el PP para desmontar el tejido social de complicidades e intereses particulares creados durante treinta largos años. Falta mucho para que la normalidad política se instale en aquella comunidad autónoma, pero el escaso seguimiento de la huelga permite una lectura optimista sobre la probabilidad de que el cambio empiece a mostrar sus ofectos positivos. Los nacionalistas ya no tienen el monopolio del poder político y social en el País Vasco; por eso, si los ciudadanos perciben desde el Ejecutivo un mensaje de firmeza en defensa del sistema constitucional es muy probable que se abran poco a poco nuevos espacios de libertad. En este contexto, la lucha contra el terrorismo y la superación de un régimen anquilosado son objetivos prioritarios del pacto por la Constitución frente a un nacionalismo que ayer mostró sus debilidades.


ABC - Editorial

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