lunes, 1 de enero de 2007

Mujer-Pez

C # saluda un nuevo blog, amigo de la libertad. Bienvenido a la trinchera.
“Siempre que afloran los prejuicios étnicos o nacionales, en tiempos de escasez, cuando se desafía a la autoestima o vigor nacional, cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea. Tiembla su pequeña fuente de luz. Aumenta la oscuridad. Los demonios empiezan a agitarse.” Carl Sagan

Tenía diversas ideas sobre cuál sería mi post en este estreno de hoy. Pero esos infames me han marcado la salida. Hubo una época que la obsesión era Eta. No había otra cosa. Para los que queríamos tener los ojos abiertos no había otra cosa. Pareció que, por fin, había ideas claras; aguantamos la respiración, cruzamos los dedos y contamos los minutos mientras con firmeza y realismo se arrinconaba a las alimañas en un espacio cada vez más reducido. Pero llegó la bondad infinita y todo fue aire y sol, se les abrieron las puertas y volvieron a crecerse. Cuenta Konrad Lorenz que una vez, por error, se juntaron dos variedades de pavo en un corral. Unos, cuando querían dar una pelea por perdida, ponían el punto más frágil de su cabeza accesible al adversario. Ese gesto inhibía la agresividad del congénere que dejaba el tema ahí y no se aprovechaba. El problema, como pueden imaginar, fue que la otra variedad no disponía de este mecanismo. En su entorno natural habían prosperado de otra manera. Perfectamente. Y aquello fue un festival, como me temo que va a serlo ahora. No puede haber diálogo entre grupos con códigos incompatibles. Es como eso de la Alianza de Civilizaciones. Está mal planteado. No existen las “civilizaciones”. Hay cosas que son civilizadas y cosas que no lo son. Olvidemos las abstracciones y vayamos a los hechos. Zapatero ha abierto las manos y se le han comido los dedos. A Zapatero le llama mi amigo Arcadi “el adolescente”. Un adolescente es un recién llegado al mundo que cree que todo empieza con él. El mundo puede haber sido feo hasta entonces, pero él tiene la clave y la solución. Zapatero tuvo un sueño. Le robaron armas, le secuestraron ciudadanos, le amenazaron empresarios, le quemaron autobuses, intentaron quemar a unos policías y siguió soñando. Hasta la bomba. “El de hoy es el paso más equivocado e inútil que han podido dar los terroristas”, ha dicho, decepcionado. Le han pinchado el sueño. Tenemos una tendencia natural a creer en milagros. Los milagros son atajos para la consecución de unos fines que se saltan las leyes naturales. Son tentadores. Como cuando tienes una enfermedad crónica y un curandero te propone una insensatez. Sabes que no va a funcionar, pero deseas que sí lo haga. Por el resultado y por el medio: es la fuerza estética de la magia. Zapatero ha querido hacer “política alternativa”, como buen progre. Suspendió la quimioterapia, que es tan agresiva y artificial, y aplicó el Bio-vac. La intención era buena. Quienes se llaman de izquierdas saben mucho de esto. Alguien dijo que ser de izquierdas es pedir que te juzguen sólo por tus buenas intenciones. Por eso hablamos tanto del nazismo y sabemos tan poco del GULAG. Por eso enviamos médicos a Castro y descorchamos cava por la muerte de Pinochet. Esa gente se cree libre de rendir cuentas. Se levanta virgen cada mañana. Esa gente sólo puede medrar en la política porque en ninguna empresa privada sería aceptable ignorar la experiencia y desentenderse de las consecuencias de las propias acciones. Estamos hoy mejor que mañana y mucho peor de cómo estábamos cuando lo dejó el gobierno anterior. Nos ha alegrado que se apresuraran a comunicarnos que los “desaparecidos” no eran exactamente de nuestra etnia, cosa que evitan cuidadosamente en casos de “violencia de género”, no fuera que los ciudadanos sospechen que pueda estar relacionada con tradiciones culturales obsoletas (¡otras civilizaciones!) y no a la intrínseca maldad del macho, única cuestión donde no rige su teoría de la Tabla Rasa, esa que han aplicado a toda costa a los velociraptors sabinianos, en proceso de reeducación intensiva desde hace dos años. A mi me ha recordado aquel gazapo radiofónico de la España de la posguerra: “Como consecuencia del descarrilamiento cerca de la estación de Irún, fallecieron siete personas; afortunadamente, los muertos viajaban en tercera”. No nos han matado del todo a los nuestros pero, ahora que los tenemos así de crecidos, ¿dígame, presidente, los que nos hemos prestado a cierta exposición defendiendo ideas que desencadenan la agresión ciega de esas criaturas con pocas ideas en el cerebro pero muy claras, que ustedes han dejado aprovisionarse para el invierno, qué vamos a hacer ahora? También al vicepresident del Parlament de Catalunya, Sr. Carod, le pregunto: ¿el conjuro mágico del aquelarre de Perpiñan, ese que condenamos con indignación pero que nos permitía a los catalanes llevar el culo más ligero, tiene noticias de que siga operativo? Yo me temo que el Adolescente les ha ofrecido a las fieras el punto más frágil de la cabeza. Pero, como es tradición en la izquierda más reaccionaria, no es la suya la que destrozarán sino la del resto de los españoles. Sobre todo la de los no nacionalistas.

Mujer Pez en su blog, 01/01/2007

Aceituneros y aceituneras


Les hablaba la semana pasada de cómo una jábega de cantamañanas se pasa por el forro, cuando le conviene, el criterio de la Real Academia Española, imponiendo la corrección política sobre la corrección lingüística. Cada vez que un presunto padre de cualquiera de nuestras muchas patrias o un portavoz de colectivo equis o zeta se ve rebatido en sus monipodios y enjuagues lingüísticos, pone el grito en el cielo diciendo que la Real Academia Española no va al ritmo de los tiempos, que es machista, homófoba y etcétera.

Tales soplacirios creen que un diccionario es un mercadillo donde todos pueden trapichear a su aire, de cara al voto tal o la legislatura cual; y que tanto la RAE como la lengua que cuida y registra en su instrumento principal están sujetas a las decisiones de los parlamentos, las leyes o los gobiernos de turno. Pero no es así.

Hace meses, el Parlamento de Galicia exigió al Gobierno la eliminación en el DRAE de algunas variantes peyorativas, usuales en El Salvador y Costa Rica, de la voz gallego. Cuando la Academia respondió que el diccionario no quita o pone variantes, sino que registra el uso real de las palabras en el habla viva de todos los hispanoparlantes, algunos bobos insignes pusieron el grito en el cielo, cual si la RAE fuese responsable de lo que han determinado el tiempo, el uso y las circunstancias históricas, y todo pudiera cambiarse sin más trámite, borrándolo. Poner tal o cual marca, matizar un empleo peyorativo o desusado, omitirlo en un diccionario resumido o esencial, es posible. Eliminarlo del diccionario general, nunca. Sería como quitar las palabras de Cervantes o Quevedo porque, en el contexto de su época, hablaban mal de moros y judíos. También las palabras tienen su propia vida e historia.

Pero, por más que se explique, seguirá ocurriendo. Esta España ombliguera y absurda, envilecida por el más difícil todavía de la cochina política, olvida que una lengua sólo está sometida a sí misma, al conjunto de quienes la hablan y a las gramáticas, ortografías y diccionarios que, elaborados por lingüistas, lexicógrafos y autoridades, la fijan y registran de modo notarial. En contra de lo que algunos suponen, la RAE no crea ni moderniza, sino que estudia y administra la realidad de nuestra lengua con el magisterio de muchos siglos de autoridades y cultura. Y ojo: no es sólo una Academia, sino veintidós instituciones hermanas en España, América y Filipinas, las que cuidan de que esa lengua siga viva y compartida por la extensa comunidad hispana; donde los españoles, por cierto, sólo representamos la décima parte. Consideren el despropósito de quienes pretenden que la ocurrencia coyuntural de un concejal nacionalista de Sigüenza, de una parlamentaria feminista murciana, de un ministro semianalfabeto o de la federación de taxistas gays y lesbianas de Melilla, por muchos parlamentos o gobiernos que la respalden y eleven a rango de ley, sea recogida en el siguiente diccionario y adoptada en el acto por todos quienes hablan y escriben en español. Que España sea un continuo disparate no significa que quinientos millones de hispanohablantes también estén dispuestos a volverse gilipollas.

De todas formas, en eso del disparate mis ídolos son los asesores lingüísticos de la Junta de Andalucía; sin duda la comunidad autónoma que con más entusiasmo practica la farfolla parlanchina. Cualquier lectura de su boletín oficial depara momentos hilarantes, e incluso laxantes. Muy recomendable, si a uno le gusta pasar buenos ratos echando pan a los patos. La última perla corresponde al flamante Estatuto andaluz. Después de consultar con la RAE la oportunidad de utilizar lo de «diputados y diputadas, senadores y senadoras, presidente y presidenta, aceituneros y aceituneras altivos y altivas» y todo eso, y recibir un detallado informe de por qué, además de una imbecilidad, es incorrecto e innecesario –el uso del masculino genérico no responde a discriminación ninguna, sino a la ley lingüística de la economía expresiva–, la comisión constitucional del Congreso de los Diputados y la delegación de parlamentarios andaluces han decidido, naturalmente, prescindir del dictamen académico, por no ajustarse éste al tonillo demagógico que le buscan a la cosa. Y ahí tienen a la Junta de Andalucía, impasible el ademán, dispuesta a cambiar una vez más, por su cuenta y por la cara, la lengua común que veinte siglos de cultura e historia han dado a quinientos millones de personas. Ele. Por la gloria de su madre. Y de su padre.

Arturo Pérez-Reverte (XLSemanal)(01/01/07)

¿Dónde está el "Queremos saber"?


BARAJAS echaba literalmente humo. Angustia a pie de pista. Pasajeros ateridos, con niños chicos, arracimados en inhóspitos paisajes de puertas traseras y naves de carga, la tramoya que solemos cruzar en las lanzaderas. Caos perfectamente organizado, según las habituales normas de actuación de la AENA de Magdalena (Álvarez). Y nadie sabía nada. Y nadie decía nada. Eso, a pie de pista. Fuera, menos. Barajas en pie de guerra, echando humo, ardiendo por los cuatro costados, y como siempre, nadie habla. No Passssa Nada. Pese a su práctica en la mendacidad, esta vez disimulaban peor el fracaso de sus cencerros tapados para desmontar el Estado de Derecho y entregar la cuchara ante las pretensiones de los terroristas de la ETA. Proceso famoso que había empezado cuando la Anunciación y que terminaba tras la Natividad del Señor: nueve meses desde los 9 milímetros Parabellum al Bel_n con los pastores de ZP. ¿Había una consigna de simular normalidad y de admitir en todo caso «un accidente» en el Proceso? Quizá se nos rompió la medalla del amor de ZP de tanto usarla: «Hoy estamos mejor que hace un año, pero dentro de un año estaremos mejor».

Rubalcaba salía a la simulación de dar la cara 4 horas, 4 después de cometido el atentado asesino por los de la charlita con Pachi López en la mesa de diálogo. Rubalcaba dejaba todas las preguntas sin responder, y, nada de programación especial de informativos: acto seguido en la Televisión Pública Española salía un cocinero explicándonos cómo se hace el sorbete casero de piña. Ya Rubalcaba nos había explicado antes cómo se hace el sorbete casero de una piña con las peticiones de los terroristas, cuando ni la claudicación del Estado de Derecho sirve para que la ETA deje de poner horror, dolor, sangre y muerte sobre la mesa.
Anunció Rubalcaba que había un desaparecido. El más desaparecido de todos, durante todo el día, era el presidente del Gobierno. Que Barajas esté echando humo y colapsado, que haya miles de personas atrapadas en las pistas y en los aviones, que España desplace a la soga del ahorcado Sadam en los informativos mundiales no es razón para que ZP dé la cara sobre la marcha. Se está mejor en Doñana con los pastores del Coto. Nueve horas necesitó ZP para comparecer. Una hora por cada mes del Proceso roto.
¿Dónde estaban ayer los del «queremos saber» de entonces? ¿Dónde los que exigían que el Gobierno transmitiera en vivo y en directo las investigaciones de la Policía cuando el 11-M? ¿Por qué la información con cuantagotas, con dos desaparecidos por lo menos entre los escombros? ¿Por qué tanta frialdad al hablar de los dos suramericanos inmigrantes, los del tópico empujón a nuestra economía, desaparecidos, como si fuesen una anécdota? Rubalcaba esgrimía secretos policiales y sigilos de la investigación y, como no No Passssa Nada, los profesionales del «queremos saber», de Belinda. Era de helarse la sonrisa recordar sus propias palabras de aquellos entonces en estos ahoras: «Los españoles no se merecen un Gobierno que les mienta». La única verdad la dijo ZP en su tardía comparecencia sobre la ruptura del diálogo, que no del Proceso famoso: «Hoy estamos peor que ayer». Toma, y que antier. Y que el l0-M, ni te cuento...
Y al final, pero no lo último, la brillantísima ausencia de la máxima responsable política de Barajas: Magdalena Álvarez, ministra de Fomento... del Caos. Estando Barajas como estaba, dio la cara aproximadamente lo mismo que cuando las carreteras se le colapsan por la nieve: cero cartón del nueve. Tenemos, no obstante, que agradecer a ZP que condenara el atentado y llamara «terroristas» y no «izquierda abertzale» a los asesinos de la ETA. Cosa rara, esta vez no tuvo la culpa el PP. O, contra el libro de estilo de Magdalena la de AENA, tampoco la tuvieron los viajeros de Barajas, que como son de la cultura que son, no se les ocurre otra cosa que viajar el 30 de diciembre. Menos mal que Barajas, al contrario que las pistolas robadas, los guardias rociados con gasolina, los cajeros y autobuses quemados o los zulos, no es ninguna anécdota. Antes de Barajas, ya hemos barajado demasiado. Es hora de cortar. No sólo el diálogo, sino la rendición de España ante una banda asesina.

Antonio Burgos
ABC, 31-12-2006

Dimisión de Zapatero, elecciones o censura


En las últimas horas del año 2006 hemos asistido, como si de una mágica visión se tratara, a una rápida película de imágenes silenciosas y concatenadas que han puesto ante nuestros ojos la evidencia de lo que poco a poco llevamos acumulando durante los mas de dos años de legislatura: el desgobierno de la nación española a manos de un presidente, José Luís Rodríguez Zapatero, cuyo nivel de incompetencia política y de desprecio a la democracia y a las reglas de la convivencia ciudadana, han alcanzado el límite de lo imaginable, y también de los previsible porque todo cuando ocurre de veía venir.

Ahora ha sido ETA la que puso rojo, de sangre, sobre blanco la pésima situación en la que estamos inmersos los españoles dejando a la intemperie la incapacidad de Zapatero para gobernar España, lo que en una democracia verdadera y consolidada debería conducir a la dimisión del presidente, o a su destitución por parte de su partido – a un “impechtmen” -, si es que le queda al PSOE algo de lucidez y no solo el empeño de conservar el poder que en todo caso debería someterse de nuevo a la voluntad de los ciudadanos en las urnas. O como poco a una moción de censura por parte del primer partido de la oposición, el PP que en las primeras horas que siguieron al atentado no estuvo a la altura de las circunstancias, exigiendo al presidente Zapatero, como debió de hacerlo Rajoy, la responsabilidad política que se deriva de estos hechos que no son un asunto aislado, sino el colofón, de una serie de despropósitos temerarios al cual mayor.

ETA ha roto el alto el fuego sin previo aviso con un coche bomba en el aeropuerto de Madrid que previsiblemente ha matado a dos personas, herido a otras muchas y causado ingentes destrozos materiales además de haber provocado el terror y el desconcierto de los miles de viajeros que en la mañana del sábado deambulaban por la terminal 4 del aeropuerto de Barajas. Y ETA ha decidido poner en marcha esta iniciativa criminal al día siguiente que el presidente Zapatero anunciara su optimismo sobre la marcha del proceso de negociación con la banda terrorista – “estamos mejor que hace un año y el próximo años 2007 estaremos todavía mejor que ahora”, dijo -, dejándolo en un cruel y espantoso ridículo, y con la intención que de dicha acción terrorista le sirva de aviso al presidente y a sus compañeros de viaje en el llamado proceso de paz para que acaten las exigencias políticas de la banda y vuelvan como corderos a la mesa de negociación.

La banda terrorista ha actuado así, y no ha querido anunciar la ruptura del proceso, porque se cree la dueña de la situación y considera que lo que ha hecho en Madrid es simplemente un castigo y una exhibición de su capacidad de matar para que Zapatero se atenga a las consecuencias. Por eso mismo, sus portavoces en Batasuna, los Otegui y compañía, han puntualizado que el proceso no está roto. Y por eso mismo el presidente Zapatero se ha limitado a decir que queda suspendido el diálogo hasta que se recupere un clima de no violencia pero no el proceso negociador, lo que constituye amén de un error político una claudicación ante ETA por parte del Gobierno que acepta el atentado como un castigo y solo pospone el diálogo con la banda hasta mejor ocasión, dejando a la democracia, las instituciones – encima Zapatero ha tenido la desverguenza de asirse a la declaración del Congreso de los Diputados que permitió el diálogo con ETA, para no romper el proceso – y al conjunto de los ciudadanos a los que represente a los pies de la banda terrorista, y en espera de una nueva oportunidad para negociar bajo la amenaza de otra bomba o del regreso de los tiros en la nuca.

Además de todos estos destrozos y de la caída definitiva del velo del falso talante que solo oculta la incapacidad política para gobernar un país, propia de quien estuvo casi veinte años sentado en el Congreso de los Diputados sin hacer absolutamente nada, el atentado de ETA ha dejado en pésimas condiciones uno de los dos pilares esenciales sobre los que Zapatero había construido su legislatura: la negociación con ETA. El otro de las reformas autonómicas está pendiente del zarandeo que le puede dar el Tribunal Constitucional, por lo que no sería rescatable que asistamos al derrumbe de este castillo de naipes y de ilusiones infantiles que ha puesto en píe este personaje que todavía no sabe que es el presidente de todos los españoles, y no solo de su resignado partido y de sus socios nacionalistas y entorno de ETA a los que ha dado tanto crédito frente a todos los demás.

Además y vista la debilidad política y mental del presidente, ETA quiere que juguemos al macabro divertimento de la respuesta flexible: tu mueves el fiscal; yo la kale borroka; los etarras roban pistolas, la policía captura un comando; no se mueven los presos; mas cócteles molotov; no se legaliza Batasuna ni se abre la mesa de partidos, pues un coche bomba en Barajas; hay atentado etarra, pues unos meses sin hablar. Y a todo esto, a este juego con bombas y muertos de por medio Zapatero le llama temple, y encima presume que ya preconizó él lo que iba a ocurrir cuando dijo que el proceso sería largo, doloroso y difícil, presentándose ante la sociedad como un estadista con su temple y capacidad de aguante, que no son otra cosa que su capacidad de ceder a las pretensiones de todos sus adversarios con tal de continuar en el poder, como le ocurrió con el Estatuto catalán.

Aunque esta vez se ha equivocado a la hora de calcular los posibles efectos de todas sus mentiras. A los nacionalistas catalanes les prometió apoyar en Madrid lo que aprobara el parlamento catalán, y luego vino el cepillado de la mano de Artur Mas a quien engañó como había engañado a Carod y a Maragall. Y a ETA Zapatero le ofreció un claro pacto político a cambio del anuncio del alto el fuego, y cundo pretendió rectificar su promesa se encontró con que Otegui, Ternera y Txeroqui no son iguales que Mas, Margall y Carod, y exigen al presidente del talante y del temple que cumpla sus promesas, y como muestra de su posición inamovible el coche bomba de Batajas.

Pero todavía hay mas, el Gobierno y el presidente carecen de información política y policial sobre ETA. No saben nada de nada. He aquí unas interrogantes que obligan a la reflexión ¿De que hablaron con la banda hace solo unos días cuando transmitieron a los ciudadanos que el alto el fuego seguía? ¿Acaso mintieron, como lo insinuó Batasuna? ¿Cómo puede salir el presidente a ofrecer una rueda de prensa de fin de año diciendo que estamos mejor que nunca frente a ETA y que en 2007 estaremos mejor y solo unas horas después recibir la respuesta de la banda envuelta en sangre y terror? ¿Cómo puede después de lo ocurrido Zapatero seguir de presidente del Gobierno y comerse tan las uvas de la ira etarra de fin de año al son de las campanadas de la Puerta del Sol, y todo ello después de haber rechazado por tres veces la pregunta de si se rompía el proceso o solo se aplazaba la negociación? Todavía dos preguntas mas: ¿no hay nadie en el PSOE – menuda oportunidad ha perdido González de estar callado cuando pidió en un reciente artículo en El País apoyo al proceso negociador de Zapatero - con sentido común capaz de controlar la situación? Y finalmente: ¿a que espera el PP?


Pablo Sebastián (Estrella Digital) (01/01/07)

Indignación en las Tablas de Daimiel por la negativa de Medio Ambiente a trasvasar agua


Las Tablas de Daimiel se mueren. Los alcaldes de Daimiel y Villarrubia de los Ojos, municipios en cuyos términos municipales se encuentra el Parque Nacional, exigen al Gobierno Zapatero un trasvase urgente desde el Tajo. También clama en el desierto Carlos Ruiz de la Hermosa, director del Parque, quien comunica sin cesar al Ministerio de Medio Ambiente que este espacio natural único, agoniza desde hace un año y medio por falta de agua.

Asegura Carlos Ruiz de la Hermosa ue el parque que dirige está seco, y sólo 18 de las 1.928 hectáreas de las que se compone disponen de agua gracias a sondeos de emergencia.

hace sólo tres días el secretario general para la Biodiversidad y el Territorio del Ministerio, Antonio Serrano, anunció muy ufasno que al parque "no llegaría una gota de agua" porque hay otras prioridades y la situación actual "entra dentro del ciclo que se puede considerar natural".

El director de Las Tablas y todos los alcaldes de la zona afirman que sin trasvase «el Parque desaparecerá».

El alcalde de Daimiel, José Díaz del Campo, denuncia que el Parque no ha recibido «una sola gota de agua del trasvase desde el año 2004», a pesar de los dos años de sequía que han venido soportando, mientras que se han trasvasado más de 210 hectómetros cúbicos de agua a Murcia y al Levante.

Añade que ninguno de los trasvases autorizados para Levante ha tenido como destino necesidades medioambientales, por lo que parece «que el medio ambiente no tiene importancia».

El alcalde daimieleño explica que tanto el Patronato Rector del Parque Nacional, como la propia comisión mixta en la que participa el Gobierno regional, han solicitado en reiteradas ocasiones aportaciones a través del trasvase para mejorar una situación que calificó de «dramática».

Anuncia mociones en los plenos municipales de los ayuntamientos y de la Diputación Provincial pidiendo un trasvase de urgencia para paliar una situación que, dijo, «pasa de castaño a oscuro».

El futuro, en sus manos
El alcalde de Villarrubia de los Ojos, Fernando García Santos, exigió al Gobierno que contemple las necesidades del Parque y advirtió a la ministra de Medio Ambiente de que está en su mano el futuro de un paraje tan emblemático.

Como "alternativa", el ministerio de Cristina Narbona se ha limitado a comprar unos terrenos en la zona para liberarlos de la presión de los pozos y de las extracciones de agua, poniendo en marcha con la Junta de Castilla-La Mancha el Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG). Un plan que los ecologistas ven con escepticismo.

El responsable de Seo-Birdlife en el Parque Nacional, José Manuel Hernández, tacha de "demagógico" el PEAG por no atacar la raíz del problema, que a su juicio es "la sobreexplotación del acuífero".

Cree que Las Tablas de Daimiel se encuentran "en fase terminal" y que será muy importante recibir una ayuda como la del trasvase para recuperarlo, aunque no es la única solución:

"Hay que resolverlo, pero no con parches como éste que encima han denegado. El parque ya no existe, no hay nada de lo que eran Las Tablas porque no hay agua. Ya sólo queda el espacio geográfico".

La importancia de este espacio natural para las aves acuáticas, que utilizan estas zonas como área de invernada, mancada y nidificación, le ha llevado a ser reconocido con distintas figuras de protección, entre las que destaca la consideración de Reserva de la Biosfera (1981), Humedal de Importancia Internacional por el Convenio de Ramsar (1982) y Zona de Especial Protección para las Aves (1988).

Periodista Digital (01/01/07)

Embustero y peligroso

"Rodríguez vende supersticiones nominales, hechizos y conjuros. Pero él sabe. Sabe que tras el "accidente mortal" de Barajas hay que tolerar algunos desahogos. No piquemos, y preparémonos para un despliegue inusitado de frasecitas hechas y falacias."

Rodríguez quiso cerrar el 2006 con balance risueño y doradas previsiones: este año, bien, y el que viene, mejor. De inmediato la ETA le desmintió con muertos y con fuego, mientras su negro embajador afirmaba la pervivencia del proceso de paz. Claro. Uno de los rasgos del falaz proceso con que planean descorchar y beberse la nación es que tanto su conclusión como su vigencia están en manos de los terroristas. Y de nadie más. Aunque tal fatalidad podía detectarse en origen, hay quien necesitaba víctimas nuevas para ver claro. Las anteriores no valían.

La expresión "proceso de paz" es enteramente tramposa, incluyendo la preposición. Está armada para expandir falsedad y contaminar cuanto toca. El protagonista semántico, la "paz", apesta por varios motivos. Como artefacto político, ha sido esgrimida por portadores de las más torpes o aviesas intenciones: apaciguamiento ante el nazismo, movimientos pacifistas promovidos por la Unión Soviética. La paz no es el fin primordial de estados e individuos; la preceden la libertad, la vida, la justicia, la defensa de la propiedad. Aun cuando su sentido no se oponga a guerra sino a desasosiego, "paz" es el sobrenombre típico de una amenaza vestida de promesa. Los primeros en alcanzar la paz así invocada han sido Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio, ecuatorianos.

"Proceso" está al servicio de "paz" en el sintagma, y no puede mejorar al sustantivo principal. Pretende oficializar, y aun burocratizar, una decisión: admitir que a la ETA le asisten razones, como dejó ver López. Pero se trata de un salto imposible. No son las razones las que califican u homologan para nada, sino los medios empleados para hacerlas prevalecer.

Rediseñar el mapa y las instituciones al gusto de los terroristas exige más vergüenzas e imposibles, como blanquear el crimen y premiar la violación del monopolio estatal de la violencia. El Estado que hiciera tal cosa se negaría a sí mismo, se convertiría en una fantasmagoría, en un no-Estado, en un ente vacante que pide a gritos regresar a su ser a través de verdaderos gobernantes.

La preposición "de" es el agujero negro del grupo nominal, presto a tragárselo todo: el proceso es de paz. Encierra en dos letras la exorbitante pretensión de legitimar la rendición. Eso sí, cuando los representantes de cuarenta y cinco millones de personas violen su mandato y supediten los intereses de sus representados a los deseos de quinientos forajidos, vendrá un funcionario con un tampón, a sellar.

Rodríguez vende supersticiones nominales, hechizos y conjuros. Pero él sabe. Sabe que tras el "accidente mortal" de Barajas hay que tolerar algunos desahogos. No piquemos, y preparémonos para un despliegue inusitado de frasecitas hechas y falacias. La razón bien aguzada, mientras él repara los fuegos de artificio con que se distrae la España lanar y embotada.

Juan Carlos Girauta
Libertad Digital, 01-01-2007