lunes, 1 de enero de 2007

Mujer-Pez

C # saluda un nuevo blog, amigo de la libertad. Bienvenido a la trinchera.
“Siempre que afloran los prejuicios étnicos o nacionales, en tiempos de escasez, cuando se desafía a la autoestima o vigor nacional, cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea. Tiembla su pequeña fuente de luz. Aumenta la oscuridad. Los demonios empiezan a agitarse.” Carl Sagan

Tenía diversas ideas sobre cuál sería mi post en este estreno de hoy. Pero esos infames me han marcado la salida. Hubo una época que la obsesión era Eta. No había otra cosa. Para los que queríamos tener los ojos abiertos no había otra cosa. Pareció que, por fin, había ideas claras; aguantamos la respiración, cruzamos los dedos y contamos los minutos mientras con firmeza y realismo se arrinconaba a las alimañas en un espacio cada vez más reducido. Pero llegó la bondad infinita y todo fue aire y sol, se les abrieron las puertas y volvieron a crecerse. Cuenta Konrad Lorenz que una vez, por error, se juntaron dos variedades de pavo en un corral. Unos, cuando querían dar una pelea por perdida, ponían el punto más frágil de su cabeza accesible al adversario. Ese gesto inhibía la agresividad del congénere que dejaba el tema ahí y no se aprovechaba. El problema, como pueden imaginar, fue que la otra variedad no disponía de este mecanismo. En su entorno natural habían prosperado de otra manera. Perfectamente. Y aquello fue un festival, como me temo que va a serlo ahora. No puede haber diálogo entre grupos con códigos incompatibles. Es como eso de la Alianza de Civilizaciones. Está mal planteado. No existen las “civilizaciones”. Hay cosas que son civilizadas y cosas que no lo son. Olvidemos las abstracciones y vayamos a los hechos. Zapatero ha abierto las manos y se le han comido los dedos. A Zapatero le llama mi amigo Arcadi “el adolescente”. Un adolescente es un recién llegado al mundo que cree que todo empieza con él. El mundo puede haber sido feo hasta entonces, pero él tiene la clave y la solución. Zapatero tuvo un sueño. Le robaron armas, le secuestraron ciudadanos, le amenazaron empresarios, le quemaron autobuses, intentaron quemar a unos policías y siguió soñando. Hasta la bomba. “El de hoy es el paso más equivocado e inútil que han podido dar los terroristas”, ha dicho, decepcionado. Le han pinchado el sueño. Tenemos una tendencia natural a creer en milagros. Los milagros son atajos para la consecución de unos fines que se saltan las leyes naturales. Son tentadores. Como cuando tienes una enfermedad crónica y un curandero te propone una insensatez. Sabes que no va a funcionar, pero deseas que sí lo haga. Por el resultado y por el medio: es la fuerza estética de la magia. Zapatero ha querido hacer “política alternativa”, como buen progre. Suspendió la quimioterapia, que es tan agresiva y artificial, y aplicó el Bio-vac. La intención era buena. Quienes se llaman de izquierdas saben mucho de esto. Alguien dijo que ser de izquierdas es pedir que te juzguen sólo por tus buenas intenciones. Por eso hablamos tanto del nazismo y sabemos tan poco del GULAG. Por eso enviamos médicos a Castro y descorchamos cava por la muerte de Pinochet. Esa gente se cree libre de rendir cuentas. Se levanta virgen cada mañana. Esa gente sólo puede medrar en la política porque en ninguna empresa privada sería aceptable ignorar la experiencia y desentenderse de las consecuencias de las propias acciones. Estamos hoy mejor que mañana y mucho peor de cómo estábamos cuando lo dejó el gobierno anterior. Nos ha alegrado que se apresuraran a comunicarnos que los “desaparecidos” no eran exactamente de nuestra etnia, cosa que evitan cuidadosamente en casos de “violencia de género”, no fuera que los ciudadanos sospechen que pueda estar relacionada con tradiciones culturales obsoletas (¡otras civilizaciones!) y no a la intrínseca maldad del macho, única cuestión donde no rige su teoría de la Tabla Rasa, esa que han aplicado a toda costa a los velociraptors sabinianos, en proceso de reeducación intensiva desde hace dos años. A mi me ha recordado aquel gazapo radiofónico de la España de la posguerra: “Como consecuencia del descarrilamiento cerca de la estación de Irún, fallecieron siete personas; afortunadamente, los muertos viajaban en tercera”. No nos han matado del todo a los nuestros pero, ahora que los tenemos así de crecidos, ¿dígame, presidente, los que nos hemos prestado a cierta exposición defendiendo ideas que desencadenan la agresión ciega de esas criaturas con pocas ideas en el cerebro pero muy claras, que ustedes han dejado aprovisionarse para el invierno, qué vamos a hacer ahora? También al vicepresident del Parlament de Catalunya, Sr. Carod, le pregunto: ¿el conjuro mágico del aquelarre de Perpiñan, ese que condenamos con indignación pero que nos permitía a los catalanes llevar el culo más ligero, tiene noticias de que siga operativo? Yo me temo que el Adolescente les ha ofrecido a las fieras el punto más frágil de la cabeza. Pero, como es tradición en la izquierda más reaccionaria, no es la suya la que destrozarán sino la del resto de los españoles. Sobre todo la de los no nacionalistas.

Mujer Pez en su blog, 01/01/2007

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