domingo, 28 de enero de 2007

Aznar dice que el pacto de Zapatero permitirá a ETA «matar y negociar»

El ex presidente proclama en San Sebastián que la «única mesa» que deben ver los terroristas «es en la que entreguen sus armas» / Cree que el Gobierno «está enterrando la esperanza».

El presidente de Faes descalifica la política antiterrorista del Gobierno: «Es sólo cuestión de dosis y de tiempos que lo que hoy es un crimen pase a ser considerado un mero accidente»


El Mundo, 27-01-2007 . Marcos Iriarte

San Sebastián.- El ex presidente del Gobierno José María Aznar lamentó ayer que el Pacto Antiterrorista vaya a ser sustituido por «un pacto de mínimos» cuyo objetivo ya no será «la derrota de ETA», sino mantener «a prueba de bombas un proceso que reafirmará a la banda en la idea de que matar y negociar son dos ingredientes que entran en la misma receta». «Es sólo cuestión de dosis y de tiempos para que lo que hoy es un crimen pase a ser considerado un mero accidente», sentenció.

El ex líder del Ejecutivo español se pronunció de esta manera en San Sebastián tras recoger el Premio Gregorio Ordóñez, concejal del PP asesinado por la banda terrorista en 1995, por su «ejemplar firmeza y compromiso en la lucha contra el terrorismo».

Durante su intervención, Aznar ofreció un discurso muy crítico con la actual política antiterrorista del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero al que, casi un mes después del primer atentado mortal perpetrado por ETA en tres años y medio, acusó de estar «enterrando la esperanza» de acabar con el terrorismo. Sigue en

«¿Os preguntáis qué respondería Gregorio si después de las dos nuevas víctimas del atentado de Barajas le dijeran que se había quedado solo?», se preguntó ante la viuda de Ordóñez, Ana Iríbar, la presidenta del PP del País Vasco, María San Gil, el eurodiputado Jaime Mayor Oreja y María Teresa Jiménez Becerril, hermana del concejal popular asesinado en Sevilla junto a su mujer, entre otros.

El ex presidente del Gobierno advirtió de los riesgos que, a sus ojos, esconde la estrategia planteada por José Luis Rodríguez Zapatero de ampliar el consenso del Pacto por las Libertades, firmado por PP y PSOE, por un nuevo acuerdo que incluya a otros partidos, incluidos los nacionalistas.

«¿Están dispuestos los integrantes de esos acuerdos a activar todos los resortes internacionales contra ETA-Batasuna? Si no es así, ese acuerdo nada suma. Todo lo contrario, resta fuerzas, limita posibilidades legítimas de actuación del Estado de Derecho, desperdicia el esfuerzo acumulado y nos devuelve a la sórdida rutina de los lugares comunes, las falsas soluciones y los experimentos de aprendiz de brujo», sentenció.

Para el ex líder del Ejecutivo la diferencia «entre unos y otros» radica «en dónde y en qué depositamos nuestra esperanza». Según describió, unos lo hacen «en lo que ETA pueda hacer» y otros, como el sector que él representa, que no esperan «nada de ETA». «No creo que debamos preguntarnos qué es lo que ETA puede hacer por nosotros porque, si pudiera, no haría otra cosa que matarnos», precisó.

Arropado por cientos de simpatizantes del PP vasco en el Kursaal de San Sebastián, y tras haber participado horas antes en una ofrenda floral en recuerdo de Ordóñez en el donostiarra cementerio de Polloe, Aznar incidió en que él tampoco espera «nada de una política en la que el Estado de Derecho no confirma su fuerza y voluntad de prevalecer, sino que manifiesta su debilidad» y recordó que el Gobierno «puede y debe explicar sus actos, pero no reivindicar sus errores como un derecho». «Hay errores», matizó, «que cuando se insiste en cometerlos son inexcusables y la expresión del miedo y de la cobardía».

«Ahora andan algunos rebuscando frases mías pronunciadas tras el final de la tregua de 1999», apuntó en alusión a la respuesta preparada por Rodríguez Zapatero para el reciente debate celebrado en el Congreso tras el atentado de Barajas. «Creo que dije que haría todo lo posible para buscar los caminos que nos conduzcan a una paz definitiva. Y eso es justamente lo que hice. Fue justamente esa política, la de la ilegalización de Batasuna y la del cumplimiento total y efectivo de las penas, la que sabía que nos conduciría a una paz definitiva».

En un momento en el que el Gobierno negocia con el resto de fuerzas parlamentarias un pacto que supere el bipartidismo del Pacto Antiterrorista, Aznar aseguró que «es preciso quitarle a ETA la llave de la solución dialogada» y no sustituir «por sucedáneos que sólo se justifican dentro de un proyecto sectario y excluyente», los marcos que han demostrado su eficacia contra el terrorismo.

«Creo que nunca, jamás, se debe unir el final del terrorismo con una negociación política bajo ningún nombre y que debería quedar claro a los terroristas que no verán otra mesa que aquella en la que depositen sus armas», apuntó.

Pero el actual presidente de la Fundación Faes fue más allá y animó a los presentes a seguir trabajando, como Gregorio Ordóñez, por la libertad: «Estoy convencido de que nuestra actitud, la solidez de nuestras posiciones, nuestro compromiso con una democracia en riesgo, será determinante para evitar que el aventurerismo arrastre al conjunto de las instituciones del Estado de Derecho hacia una crisis generalizada en los instrumentos básicos del Estado de Derecho y de la organización territorial».

Tras glosar la figura del ex concejal popular en el Ayuntamiento de San Sebastián en el duodécimo aniversario de su asesinato, Aznar aprovechó para insistir en que la derrota del terrorismo «es el único final aceptable» y que «no hay un solo ápice de razón que tengamos que reconocer en la trayectoria, en las motivaciones o en los objetivos de una banda terrorista».

«No hay ningún sistema que debamos tejer a medida de lo que los terroristas y sus cómplices estén dispuestos a hacer, sino asegurar que se someten a la ley, al juicio de los tribunales y al imperativo de reparación de las víctimas», concluyó.

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