lunes, 7 de febrero de 2011

La rendición de ZP. Por César Alonso de los Ríos

ZP tiene el apoyo del poder económico, de los líderes europeos y del Gobierno de EE.UU.

ZP tiene en contra a la inmensa mayoría de los españoles —según las encuestas— pero tiene el apoyo del poder económico, de los líderes europeos y del Gobierno de EE.UU. Aún resuenan las declaraciones de Botín sobre los aciertos del Gobierno; acabamos de vivir el apoyo de Angela Merkel a quien la había identificado como una encarnación del «fracaso» y lo único que desazona de ZP a Sarkozy es la altura corporal. Por si fuera poco ZP ha tenido la suerte de tener en Washington un presidente partidario del multilateralismo. En definitiva, en estos momentos la situación española podría resumirse como la de un gobierno de izquierdas que, al aceptar una serie de soluciones conservadoras, cuenta con el apoyo de los poderes económicos y de los políticos que asumen la hegemonía real de aquel. Por todo ello será muy interesante la respuesta electoral que pueda tener un Gobierno de izquierdas que ha aceptado el dictado del los poderes económicos.

ZP ha sido lo suficientemente frío, descreído y oportunista para abandonar los requerimientos de sus electores ante esta situación de crisis. Es verdad que actuó tarde pero ¿acaso no ha sido llamativo que un gobierno de izquierdas haya tomado al fin las medidas que le recomendaban los alemanes, la UE como institución y el propio Obama? Aun tardíamente lo que hizo me pareció propio de quien se hace el haraquiri, y así lo dije en esta columna. Tardíamente vino a reconocer que la izquierda tiene la batalla perdida frente a los mercados. Él venía siguiendo el modelo económico que funcionaba con Aznar y aun antes: improductivo, no competitivo e inconsciente de la situación creada por la globalización. Pensaba que en tal situación su papel era el de hacer una política «cultural» de izquierdas. A partir de la crisis ha caído en la cuenta de que para subsistir, tiene que rendirse de modo manifiesto al poder económico. Y lo ha hecho.

ABC - Opinión

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