jueves, 9 de diciembre de 2010

El civil y el militar. Por Edurne Uriarte

El militar es aquel que hace el mismo trabajo que el controlador civil por unas diez veces menos de salario.

Muchos ciudadanos lo destacan en los debates online en las últimas horas. El militar es aquel que hace el mismo trabajo que el controlador civil por unas diez veces menos de salario, sin ataques de angustia o de estrés, y sin que en ningún caso se le pase por la cabeza secuestrar a los ciudadanos en los aeropuertos para hacer reivindicaciones laborales. A lo que habría que añadir que el militar es también aquel que, bajo las estrictas órdenes del Gobierno, se pone al frente del control aéreo y libera a los ciudadanos del secuestro al que han sido sometidos por un civil.

Esa es la realidad del estamento militar en las democracias actuales. Por eso sorprende que aún se escuchen voces, increíblemente, algunas desde la derecha, que se alarman por los estados de alarma o por la intervención de los militares. Apelando al recuerdo de estados de excepción o de medidas tomadas en periodos dictatoriales que en absoluto tienen que ver con los problemas de las sociedades del presente. Y mucho menos con el papel de los militares.


En las democracias, las alarmas, el miedo y las amenazas provienen más bien de la llamada sociedad civil. El ejemplo más extremo y terrible es, obviamente, el terrorismo. Pero, desde ese extremo del terror civil, hay un sinnúmero de crisis y amenazas que se originan en la sociedad. Y ante las cuales los militares son, como en el caso que vivimos, garantía de tranquilidad y de seguridad.

En otras palabras, que el papel de los militares ha cambiado radicalmente respecto de las teorías izquierdistas de los años sesenta y setenta. Incluso de las teorías izquierdistas muy recientes. Y si cincuenta años de terrorismo no han sido suficientes para entenderlo, crisis como la de este fin de semana deberían ayudar a integrar las nuevas realidades. Y lo digo por algunos sectores de las élites. Porque los ciudadanos sí lo tienen muy claro.


ABC - Opinión

0 comentarios: