domingo, 25 de abril de 2010

El caos renovable

LA intención del Ministerio de Industria de modificar la retribución de las energías renovables con carácter retroactivo ha provocado un auténtico terremoto cuyas consecuencias inmediatas han sido la caída en Bolsa de las empresas del sector y la huida de los inversores internacionales, espantados por el clima de inseguridad jurídica que generan los continuos cambios regulatorios.

El nuevo bandazo regulatorio del ministro Sebastián sigue insistiendo en hacer amalgama de todas las tecnologías renovables sin distinción de su grado de madurez ni de su contribución real a la producción eléctrica española. La eólica se ha consolidado como una tecnología madura, promovida principalmente por las compañías eléctricas, que aporta un 18 por ciento de la producción con un coste del 19 por ciento. La industria eólica española, presente en toda la cadena de valor del negocio, se ha convertido en un referente internacional, con empresas líderes mundiales y con una demostrada capacidad para impulsar la actividad industrial, crear decenas de miles de puestos de trabajo, contribuir al autoabastecimiento energético y la reducción de emisiones. Por el contrario, la generosa retribución a las tecnologías solares ha provocado un crecimiento insostenible de las fotovoltaicas y la creación de una burbuja especulativa alentada principalmente por agentes ajenos al sector eléctrico, que han acabado convirtiéndola en un producto financiero.

La producción fotovoltaica estimada en España para 2012 supondrá un 3 por ciento de la producción total, con un coste del 15 por ciento, y la termosolar aportará un 2 por ciento, con un coste del 8 por ciento. Este exceso retributivo ya se había identificado con antelación, pero el ministro Sebastián no llevó a cabo ningún ajuste y permitió la instalación de más de 3.000 MW, cuando el objetivo del PER era de 471 MW, con un coste anual para los consumidores de 2.500 millones de euros.

No podemos seguir pretendiendo tener mayor capacidad fotovoltaica que Estados Unidos ni seguir pagando con el dinero de todos la curva de aprendizaje de una tecnología que importa masivamente los paneles solares de China. La rectificación del Gobierno debe pasar por una regulación estable y una planificación energética ordenada y con visión de largo plazo, que abarate el precio de la energía para las empresas y los consumidores.


ABC - Opinión

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