miércoles, 3 de marzo de 2010

El paro desmiente al Gobierno

LOS datos del paro en febrero pasado vuelven a ser muy negativos y ratifican la gran debilidad de la economía española para recuperar tasas de crecimiento que permitan crear puestos de trabajo. El Gobierno ha reincidido en el patético consuelo de comparar las cifras con las de 2009 para forzar una interpretación optimista, pero lo cierto es que en febrero del año pasado estaban registrados como demandantes de empleo un total de 3.481.859 desempleados y en febrero de este año la cifra ha llegado a 4.130.625, es decir, un 18,63 por ciento más. Incluso comparando los datos con los de hace seis meses -como hizo el presidente del Gobierno en el Congreso de los Diputados para llegar a la asombrosa conclusión de que «no estamos peor»-, resulta que desde septiembre de 2009 a febrero de 2010, el número de desempleados ha aumentado en más de 400.000. Y aún hay más cifras comparativas que desautorizan al Gobierno: el paro está creciendo de forma constante desde agosto de 2009, después de tres meses en los que se redujo ficticiamente por el impacto de las obras del Plan E. Esto es lo grave, porque significa que la crisis del mercado laboral está desbordando la eficacia paliativa de los recursos públicos destinados a contenerla. En definitiva, son los peores datos de un mes de febrero, desde 1997, sin contar los excepcionales de 2009.

Mientras tanto, la reacción del Gobierno consiste en propaganda engañosa sobre el final de lo que sus portavoces llaman «ajuste» del mercado laboral -es decir, desplome del empleo- y en presentar un plan anticrisis cuya baza principal es rehabilitar casas y edificios públicos. Al margen de la falta de ambición de esta propuesta, resulta claramente insuficiente para remontar la crisis laboral, y sólo busca una salida para recolocar trabajadores de la construcción que no tienen cualificación para ingresar en otros sectores productivos. El problema sigue siendo la ausencia completa de una estrategia para combatir la crisis y asentar las bases de una recuperación sólida, objetivos que exigen reformas estructurales en el mercado laboral, el sistema tributario y el gasto público corriente.

El año ha entrado en su tercer mes y ni siquiera puede decirse que todo sigue igual. El paro real es superior al reflejado por la estadística del INEM, las previsiones macroeconómicas del Gobierno para este año ya están arruinadas por la realidad y el Gobierno se ratifica como un equipo agotado, sin ideas y mal dirigido.


ABC - Editorial

0 comentarios: