jueves, 25 de febrero de 2010

Hoy se estrena en Madrid 'La quimera del pacto' . Por Antonio Casado

Sería una excelente noticia que bajo las pinturas de Arturo Mélida (Palacete Zurbano, donde nació la reina Fabiola de Bélgica), PSOE y PP enterrasen el hacha de guerra para luchar juntos contra la crisis económica, como aconseja el sentido común y reclaman los ciudadanos. Pero sólo la mera expresión del deseo por ambas partes, más por la del Gobierno, nos invita a mantener una vaga esperanza. Todos los demás elementos de la realidad conspiran en contra.

Malos augurios, pues, sobre una eventual sintonía entre el partido que gobierna y el que aspira a gobernar a lo largo de las reuniones multilaterales y bilaterales que la troika ministerial (Salgado, Blanco y Sebastián) va a sostener a partir de hoy con representantes de todos los partidos políticos de base parlamentaria.


Conviene no despistarse en este punto. En esta confusa búsqueda de pactos de todos contra la crisis, en el seno de la comisión anunciada por Rodríguez Zapatero hace ocho días en el Congreso y que se estrena esta misma mañana, hemos de saber que estaremos perdiendo el tiempo si un posible pacto final no incluye la firma de las dos grandes fuerzas políticas nacionales. Es condición no solo necesaria, sino imprescindible, sine qua non, aunque pudiera no ser suficiente para sacar a España del agujero.

El Gobierno no estará a la altura del desafío si, como algunos tememos, pretende escenificar el aislamiento político del PP jugando con su necesidad de diferenciarse, propia de un partido alternativo en el ejercicio del poder. Tampoco la necesidad de diferenciarse (“No queremos hacernos responsables de la política de Zapatero”, suele decir Rajoy) debería ser la excusa para no ayudar a resolver una situación calificada por el propio PP como de “emergencia nacional”. Pero eso es lo que se despacha por uno y otro lado un minuto antes de que se estrene en el Palacete de Zurbano la comedia titulada “La quimera del pacto”.

De un pacto que implique de verdad al Gobierno y al PP es de lo que hablaron los dirigentes de Convergencia i Unió, e incluso el Rey de España, cuando hace unos días plantearon la necesidad de salir del agujero con un esfuerzo concertado. La Corona y los nacionalistas catalanes le ganaron la posición a PP y PSOE al invitarles a enterrar el hacha de guerra ante el peligro de una bancarrota de España. Sin embargo, el PSOE ha sido más hábil para recoger el guante y hacer un poco más incómoda la posición del PP, pues si éste se abrazase ahora al Gobierno se quedaría sin su discurso basado en la confrontación para echar a Zapatero de la Moncloa.

En esas coordenadas hemos de rastrear las causas del pesimismo ambiental en las horas previas a la primera cita de la comisión, ya con el documento base entregado anoche por el Gobierno a los partidos convocados. Un documento que incluye cuarenta y tantos epígrafes, a modo de índice temático, agrupados en los cuatro grandes capítulos anunciados por Zapatero la semana pasada: Competitividad, Política Industrial, Reducción del Déficit Público y Sistema Financiero.

Nada que nos saque de dudas sobre el muy incierto desenlace de estas reuniones. Aunque Zapatero dice haber ordenado el mayor esfuerzo para llegar a un pacto con todos, “singularmente con el PP”, su gente no ha dejado de atacarle. Y la gente de Rajoy no ha dejado de atacar al PSOE, mientras anuncia que sus representantes (Cristobal Montoro y Alvaro Nadal) acudirán a la reunión sólo para comprobar si el Gobierno está dispuesto a rectificar.

Con estos antecedentes, cualquier posibilidad de entendimiento entre los dos grandes me parece una quimera.


El Confidencial - Opinión

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