martes, 23 de febrero de 2010

Estreno sindical

Comisiones Obreras y UGT han decidido estrenarse hoy como sindicatos, desde que el PSOE ganó las elecciones en 2004.

Urgidos por la gravedad de la crisis laboral y por la imagen acomodaticia que estaban transmitiendo a la sociedad, ambas organizaciones salen hoy a la calle para manifestarse contra el «pensionazo». Es una buena noticia que los sindicatos hayan recuperado -o, al menos, lo aparenten - el papel que les corresponde en el sistema económico y social. Pero tampoco las manifestaciones de hoy supondrán un cambio de actitud hacia la política económica del Gobierno. De hecho, los sindicatos han elegido para movilizarse un asunto importante, la ampliación de la edad jubilación, pero que aún se trata de un mero anuncio, ya que el Gobierno tiene que presentarlo al Pacto de Toledo, a los propios sindicatos y a los empresarios. Por tanto, parece que las manifestaciones de hoy están más orientadas a cubrir el expediente, acallar críticas y mejorar la imagen de los sindicatos que a contraponer al Gobierno el poder las movilizaciones obreras. Esto sí lo hicieron los sindicatos con una huelga general contra el Gobierno de Aznar, pese a que la situación del mercado laboral era mucho mejor que la actual. Además, parece un contrasentido que la primera movilización sindical se dirija contra una mera propuesta del Gobierno, mientras los sindicatos han pasado por alto los más de cuatro millones de parados que hay en este momento.

Es probable que los sindicatos hayan querido lanzar una advertencia suave al Gobierno. Las críticas del Foro de Davos y de Bruselas a la política del Ejecutivo encerraban un claro mandato a Zapatero de reformas estructurales a las que se oponen UGT y CC.OO. En parte, el aviso ha sido recibido. En el último Comité Ejecutivo Federal del PSOE se pedía mano izquierda y diálogo con los sindicatos. Y hace poco más de dos días, Zapatero lanzaba en Londres un discurso contra los mercados y sin compromisos contra el déficit, que desmantelaba el que ofreció a la City, con afán encomiable, el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa.

No sería raro que las manifestaciones sindicales de hoy acabaran haciendo equilibrios en sus eslóganes para terminar culpando del «pensionazo» a las entidades financieras y a esos «especuladores» a los que el Gobierno nunca identifica. Por supuesto, también al PP. A los sindicatos les basta con avisar a Rodríguez Zapatero para que no se le ocurra abandonarlos como socios preferentes, con derecho a veto, de su política económica.


ABC - Editorial

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