miércoles, 10 de junio de 2009

MAYOR OREJA. Por Alfonso Ussía

Lo han tenido durante un tiempo desencajado de sitio. No encajaba en la nueva estructura del Partido Popular. Él, todo un señor de la política. Creo que Mariano Rajoy se apercibió de su error y ha sabido aprovechar su prestigio para ganar en las elecciones al Parlamento europeo. Ha ganado también Rajoy. Se sostiene. Es buen fajador. No golpea pero resiste a los puñetazos. Los de fuera y los de casa. En Galicia se la jugó y ganó. En Europa se la ha jugado y ha ganado. Podrán decir que el margen no ha sido excesivamente amplio. Que se le ha ido vivo el conejo de la crisis. No tan vivo.

La expresión de María Teresa Fernández de la Vega cuando anunciaba los resultados no era de alegría. Rubalcaba, más acostumbrado, hacía gestos y regalaba guiños a los periodistas presentes. Pero la Vicepresidenta estaba hecha polvo. Y Leire Pajín, que me voy a comprar un aparato de televisión de alta definición sólo para ver con detalle el pelo de Leire Pajín. ¡Qué naranjeo, que mandarineo! Rajoy se ha mojado hasta la rabadilla en la campaña electoral y negar su victoria es de zafios. Los análisis son más sencillos. Y los datos de Madrid y Valencia, estremecedores para las esperanzas socialistas. Para mí, que Gómez haría bien en retomar la alcaldía de Parla, que creo que era Parla de donde era alcalde, que me puedo equivocar y mucho que lo sentiría. Esperanza Aguirre ha tenido su primer nieto. Si no lo aceptan en Parla que lo contrate de aña.

Y Jaime Mayor ha dado lo mejor de sí, que es mucho. Mi admiración al buen saber perder de Juan Fernando López Aguilar, que es un político educado y culto. Jaime Mayor Oreja es un héroe de nuestra libertad. Cabían en un taxi, allá en San Sebastián, los primeros de la UCD. La ETA asesinaba un día sí y el otro también. Y Jaime Mayor no se rindió. Fue un gran ministro del Interior, y a él se debe en gran parte la quiebra económica de los terroristas. Sucede que es un defensor del núcleo familiar y un cristiano practicante, y eso no se perdona hoy en día fácilmente. Bueno, pues que se fastidien los que no le perdonan. Ha ganado. Su figura, después de siete años alejada del poder político, sigue inspirando verdad y honradez. Algunos –de entre los suyos–, han dibujado su protagonismo como una claudicación de Rajoy ante el aznarismo. Soberana majadería. Rajoy también viene de Aznar, y con más contundencia. Para mí que Mariano Rajoy ha interpretado como un gallego fino e inteligente el difícil cuadro del Partido Popular. Vistos los resultados, quiso que Esperanza Aguirre compartiera con Jaime Mayor y con él la barandilla de la andanada de Génova. Ahora tiene tiempo por delante para endurecer sus mensajes, que no sus formas, siempre cordiales y civilizadas.

Jaime Mayor Oreja puede ser, en su dimensión doméstica, el responsable del retorno de María San Gil. La gente, la buena gente que vota, es más sensible que la gente, la gente que es votada. Rajoy es gallego y sabe desdecirse. Los vascos, como Jaime y María, son más cabezotas. Gracias a la cabezota de uno el PP ha ganado. Falta la otra cabezota para que la armonía interior se recupere. Y la cabeza, menos atribulada por vientos y nortazos de Mariano Rajoy, que ha resistido y vencido. Y eso no hay quien lo discuta. Ahí está la aritmética.

La Razón - Opinión

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