lunes, 18 de mayo de 2009

EL JUEGO DE LAS SILLAS. Por Alfredo Aycart

Arrinconado en el último rincón de la última fila del mismo grupo socialista que hace pocas semanas le aclamaba con estruendo, el ex presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, va a tener tiempo, mientras calienta su escaño en las Cortes, de meditar con largueza sobre las consecuencias de despreciar al pueblo gallego sumando el descaro a las mentiras insultantes con que intentó disimular la tendencia al derroche suntuario que caracterizó a su gabinete en tiempos de crisis.

Durante toda la campaña electoral, Touriño, y con él todo su Gobierno, convenientemente jaleados por algunos articulistas y tertulianos de la cultureta del pesebre, y demás altavoces mediáticos, intentaron soslayar las informaciones de ABC sobre su incalificable despilfarro, con el socorrido expediente de negar la evidencia documental.


Entre el cúmulo de mentiras oficiales, destacaba la de negar la compra de las sillas a 2.300 euros para la Sala de Consejos del Ejecutivo autónomo. Mentira reiterada por los columnistas y tertulianos del régimen, y mentira repetida en chulesco desafío desde la oposición, pues fue lo primero que dijo el flamante nuevo líder del PSdeG, Pachi Vázquez, el del chalé.

Pues bien, mal que le pese al lastimero jefe de la oposición, las pruebas determinan que las sillas fueron adquiridas con oscurantismo «por motivos de seguridad», y exactamente al precio documentado por este diario y contestado por quienes se empeñan en discutir la realidad. Los documentos demuestran que perdidas ya las elecciones, semanas después de la victoria del PP, el Gobierno en funciones de Emilio Pérez Touriño intentó esconder la tropelía, devolviendo con nocturnidad y alevosía los preciados muebles a la tienda, para cambiarlos por otros más modestos.
Pero ocultó sus mentiras con tan chapucera precipitación que, pese a producirse su sustitución por mobiliario más barato, -esperemos que no choque con el lujo del resto de elementos decorativos-, el coste de la obra no se rebaja un euro. Que alguien lo explique.

ABC - Opinión

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