Por fin, después del silencio impuesto tras la filtración, la guillotina ha llegado al Gabinete socialista a tan sólo año y poco de su formación. Magdalena Álvarez, Pedro Solbes, Mercedes Cabrera, César Antonio Molina y Bernat Soria, a su casa. Una buena limpia.
El presidente del Gobierno llegó al Palacio de la Zarzuela para reunirse con el Rey poco antes de las 12.00 horas y Presidencia ha convocado una rueda de prensa para las 13.15 horas en la Moncloa, en la que se espera que se anuncien oficialmente los cambios ministeriales.
Los cambios han ido más allá de lo anunciado. El presidente de la Conferencia de Rectores, Ángel Gabilondo, hermano de Iñaki Gabilondo, será el nuevo ministro de Educación y asumirá las competencias de Universidades, mientras que la hasta ahora secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, será la nueva ministra de Sanidad y Políticas Sociales. Ángeles Gonzalez-Sinde, la sorpresa de última hora, hasta ahora ha estado al frente de la presidencia de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, irá a Cultura.
De esta forma, dos de las tres vicepresidencias estarán ocupadas por mujeres, María Teresa Fernández de la Vega -como hasta ahora- y Elena Salgado, vicepresidenta económica, además de Manuel Chaves.
En su comparecencia, el presidente ha dicho que ante el "momento importante" que vive España era necesario "un cambio de ritmo". El objetivo primordial: "la crisis económica". Esta situación "nos obliga a ocuparnos del presente y del futuro", ha recalcado.
En su nuevo equipo de gobierno, que ha estructurado en tres grandes áreas -económica, productiva y social-, Zapatero ha postulado la lucha contra la crisis como estandarte generalizado, por lo que ha invocado la reducción de ministerios que supongan un menor presupuesto como principal razón para este cambio, un año después de ganar las elecciones y anunciar su gobierno paritario como gran conquista.
Periodista Digital
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