sábado, 8 de noviembre de 2008

Oprobios gratuitos. Por Hermann Tertsch

Les confieso que a estas alturas me traen al pairo la presencia o ausencia de Z. Hablo de la cumbre del 15 de noviembre en Washington. Todo parece ya una inmensa broma macabra. La mera sugerencia de una aportación de nuestro Gran Timonel a la solución de la situación financiera me parece un sarcasmo. Y el espectáculo dado en las últimas semanas, en las que ha arrastrado al ridículo a toda España y a alguno más, es más grotesco que otra cosa. La cara ayer del disfrutón Sarkozy hablando de darle un huequillo a España era de vergüenza. Propia. Un oprobio gratuito y autoinfligido. Nuestro Z ha logrado ya trasladar el menosprecio que se siente hacia él a toda la nación. Otro éxito suyo. Es terrible la certeza de que este hombre ya nos representa de verdad. Y de que se nos trata a nosotros como él merece que lo traten.

Zapatero se hará -o no-, la foto con Obama que ansía, lo único que le interesa para narcotizar a su feligresía. Mientras se desmorona la capacidad de subsistencia digna de miles de españoles al día. Aparte, claro, del consuelo a la vanidad de este menguado crónico. Pero mayor oprobio si cabe es el viaje de agasajo de Pepiño Blanco a Cuba. Cucumber White (así se llama en el brillante blog de Santiago González -www.santiagonzalez.blogspot.com-) pasa unos días agasajado por los miserables jerarcas de la satrapía cubana. Dice Cucumber que ya está bien de hablar del «monotema» de las libertades, de su inexistencia, en Cuba. Está aburrido de que se hable de libertades. Prefiere, al parecer, charlar sobre mojitos o jineteras. Y de negocios de amigos. Mientras los presos se pudren en las cárceles. Tomen nota.


ABC - Opinión

0 comentarios: