viernes, 24 de octubre de 2008

Lorne Gunter: 30 años de temperaturas más altas hacen Puf!

A principios de Septiembre comencé a notar una serie de nuevas historias sobre científicos que rechazan la ortodoxia del calentamiento global. En realidad, fue una serie de columnas de opinantes invitados y cartas a los editores ya que es difícil para los científicos tener sus estudios publicados en los 'journals' sobre el clima que están ahora controlados por el Gran Sanedrín del movimiento ecologista.

Sin embargo, la cantidad de escépticos del cambio climático está creciendo rápida-mente. A causa de que algo extraño está sucediendo con la temperatura global –ellas están descendiendo, no aumentando.

El mismo día, septiembre 5, las áreas del sur de Brasil registraron la última nevada jamás vista e ingresando en lo que sería el septiembre más frío en 100 años, el meteorólogo brasileño Eugenio Hackbart explicó que los fríos extremos o las nevadas en su país han estado siempre ligadas a “un PDO negati-vo”, u Oscilación Decadal del Pacífico. Las PDO positivas, ligadas a los Niños, producen temperaturas por encima de lo normal en Sudamérica, mientras que las fases negativas de la PDO, ligadas a las Niñas, producen temperaturas inferiores a las normales.

El Dr. Hackbart también hizo notar que los períodos de inactividad solar conocidos como “mínimos solares” magnifican las olas de frío en su continente. Entonces, dado que Agosto fue el primer mes desde 1913 donde no se observó actividad de manchas en el sol –ni una sola– y durante la cual los vientos solares estuvieron en un mínimo record en 50 años, no estuvo sorprendido de que los brasileños estuviesen sufriendo una brutal ola de frío. “Esto no es coincidencia,” dijo mientras desechaba la no-ción de que las emisiones de dióxido de carbono humanas hubiesen tenido más impacto sobre el clima global que el sol o los océanos.

También en septiembre, Craig Loehle, un científico americano que conduce un modelos de simulación del clima global, confirmó sus previos hallazgos sobre el llamado Período Cálido Medieval (PCM) de hace unos 1000 años, de que realmente existió y que fue todavía más caliente que el Siglo 20.

Antes de la década pasada de histeria climática y exageración de Kioto, la PCM era un hecho aceptado por toda la comunidad científica. Varios cientos de estudios sobre anillos de árboles, sedimentos de lagos y mares, muestras de hielo y primitivos registros históricos e del tiempo –aún cifras de totales de cosechas y censos– confirmaron que el período entre 850 DC y 1300 DC fue desusadamente cálido, particularmente en la Europa del norte.

Pero, para probar la afirmación de los alarmistas de que “el calentamiento del siglo 20 había sido peli-groso y sin precedentes –resultado de factores humanos y no naturales”, era necesario hacer desa-parecer a la PCM, sí o sí. De tal forma aparecieron estudios como el de Michael Mann, el infausto “Palo de hockey,” en donde no hay ni el período cálido ni tampoco el frío de la Pequeña Edad de Hielo, y la temperatura mostraba un crecimiento lento y gradual hasta que en siglo 20 pega un salto durante la edad industrial. Esos estudios fueron adoptados por el IPCC y las Naciones Unidas como prueba de que el clima reciente necesitaba un reordenamiento de las economías humanas y de la sociedad.

El trabajo del Dr. Loehle ayuda a desmitificar este engaño.

Don Easterbrook, un geólogo de la Western University de Washington dice que “Es prácticamente una realidad concreta que estamos camino a unos 30 años de enfriamiento global,” a medida de que el sol ingresa a una fase particularmente inactiva. Su examen de las tendencias de calentamiento y enfria-miento de los pasados 400 años muestran una “casi exacta correlación” entre las fluctuaciones del clima y la energía solar recibida en la Tierra, mientras que “no muestran ninguna correlación con los niveles de CO2 en la atmósfera”.

Un químico analítico que trabaja en espectroscopia y mediciones de la atmósfera, Michael J. Myers de Milton Head, S.C., declaró –"El calentamiento global causado por el hombre es ciencia basura,” expli-cando que las emisiones humanas de CO2 mundiales cada año “equivalen a un 0,0168% de la concen-tración de CO2 en la atmósfera. … Esto da por resultado un aumento del 0,00065% en la absorción de la radiación solar. Este es un número insignificantemente pequeño.”

Aunque sin caer en opiniones descalificadoras, el científico de satélites meteorológicos David Douglass de la Universidad de Rochester, y John Christy de la Universidad de Alabama en Huntsvlle, le propinaron el mes pasado un golpe devastador a los Verdaderos Creyentes.

Durante casi 30 años, el profesor Christy estuvo a cargo de los “ocho satélites de la NASA que hacen más de 300.000 mediciones de temperaturas cada día alrededor del globo. En un estudio escrito junto con el Dr. Douglass, llegan a la conclusión que, mientras las emisiones humanas pudieran haber tenido un ligero impacto, “las variaciones en las temperaturas globales desde 1978 … no pueden atribuirse al dióxido de carbono.”

Figura 1: Temperaturas medias globales 1978-2008 de acuerdo con datos de Christy-Douglass

Además, mientras que el gráfico de más arriba no fue producido por Douglass y Christy, fue producido usando sus datos y muestran con claridad que en los cuatro años pasados –el período correspondiente a la reducida actividad solar– todo el calentamiento ocurrido hasta 1978 ha desaparecido en un Puf!.

Será que más dudosos del calentamiento global estén saliendo a la superficie ahora porque no hay ningún calentamiento…?

FAEC Mitos y Fraudes

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