viernes, 11 de enero de 2008

La falacia catalanista del expolio económico

Inversiones del Estado, balanzas fiscales, expolio. El nacionalismo miente cuando hace las cuentas. El Estado nunca ha discriminado a Cataluña con sus inversiones. Ni antes, ni ahora. Otra cosa es lo que han hecho los nacionalistas y los socialistas étnicos con nuestro dinero.

Los datos económicos del último año y de los diez ejercicios anteriores, los presupuestos de los distintos ministerios y los generales del Estado, y los estudios respecto a las inversiones regionales, indican que la afirmación nacionalista de un agravio inversor es absolutamente falsa en referencia a Cataluña (Fundación BBVA, Fomento del Trabajo. Al final de este texto puede descargarlos). También los realizados por sectores afines al catalanismo. Otra cosa es que, a partir de ese resultado, los etnicistas decidan que no tienen suficiente y que, por algún motivo que se nos escapa al común de los mortales, ellos se merecen más.

Atengámonos a las cifras que facilitan los propios nacionalistas y sus palmeros. Los empresarios de Fomento del Trabajo (antes fueron franquistas, luego convergentes, más tarde peperos, hoy lo que haga falta) han difundido los datos reales de inversión del Ministerio de Fomento entre 1991 y 2006. En ese período se invirtieron en Cataluña 14.437.161 millones de euros.

A cantidades de dinero de ese orden se refiere el nacionalismo catalán cuando habla de balanzas fiscales. Protestan porque esa cantidad es, según su punto de vista, muy insuficiente en relación con lo que cada ciudadano con residencia en Cataluña paga al fisco. Catorce mil millones de euros es la cifra que demostraría la maldad de España hacia esa región.

En el mismo período indicado, ese mismo ministerio invirtió en la Comunidad de Madrid 14.871.332 millones, es decir, prácticamente la misma cantidad que destinó a Cataluña.

Si nos atenemos a otro índice, la distribución de las inversiones reales de los Presupuestos Generales del Estado por comunidades autónomas entre 1997 y 2007, los resultados se repiten con escasas diferencias. La inversión total del sector público estatal ascendió en Cataluña a los 20.799.122 millones de euros. En la Comunidad de Madrid a 24.074.427 millones. ¿Inversiones desiguales en Cataluña?

Frente a esos datos la reacción del nacionalismo es mentir: "¡Nos roban!" Los partidos etnicistas catalanes (todos menos PP y Ciudadanos) exigen a continuación soluciones (¿a qué?) que pasan por la exclusión y el privilegio unilateral. Eso es su nuevo estatuto de autonomía (y el TC de vacaciones permanentes). Detengámonos ahora en esta suerte de empate inversor del Estado y en sus resultados. ¿Para qué han servido esos catorce mil millones en uno y otro lugar?

Mientras Madrid se sitúa entre las regiones más prósperas de Europa, los ciudadanos de Cataluña asisten atónitos al colapso de su autonomía. Tienen la peor sanidad pública de España. Sus alumnos son los que obtienen peores resultados escolares. Sus transportes públicos solo causan problemas por doquier. La competitividad de sus empresas cae. La economía de la Comunidad Valencia, Madrid, Murcia, La Rioja, etc. supera en numerosos índices a la catalana.

Sin embargo, tras tres décadas de autonomía, del anhelado autogobierno, gestionando los recursos propios y los servicios, después de todo eso, la mayoría de los ciudadanos que viven en Cataluña no son conscientes de que, si las cosas están peor allí que en el resto de España, algo tendrán que ver las políticas que se han aplicado hasta ahora y los partidos que las representan. El oxímoron español por naturaleza, izquierda y nacionalismos, lleva treinta años gobernando todas las instituciones catalanas, pero la gente sigue comprando el demagógico “la culpa es de Madrid”. Y esa actitud es una muestra más del deterioro. La capacidad de análisis del ciudadano, y también su libertad, han ido mermando bajo la losa del pensamiento único.

La excepcionalidad catalana (catalanista) no existe. Lo único excepcional es el engaño y la incapacidad de las plañideras étnico-victimistas para dejar de mirarse el ombligo. Las cifras que ellos mismos muestran no justifican en absoluto sus mocos.

Inversiones reales del Estado por Comunidades Autónomas (pdf)
Las balanzas fiscales de las comunidades autónomas BBVA (pdf)
bye bye spain

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