lunes, 15 de octubre de 2007

Juntos pero no revueltos: Savater y Rosa Díez no se fían de Albert Rivera (Ciutadans)


Unión, Progreso y Democracia (UPD), el partido que fundaron Fernando Savater y Rosa Díez, prepara las elecciones con un ojo puesto en Ciudadanos, la fuerza que lidera Albert Rivera en Cataluña y que disputa su mismo espectro político. "Nuestro programa es muy claro y sólo iremos a las elecciones con alguien que comparta las mismas prioridades", señala Carlos Martínez Gorriarán, el ideólogo de la formación, a El Confidencial.

Los dirigentes de UPD han tenido ya una reunión con Rivera. "Tomó nota de nuestras inquietudes y del ideario, pero no hemos visto que se haya progresado en esa visión", afirma Gorriarán. Pero hay una cosa que preocupa de manera especial a UPD: hace escasos días, Francesc de Carreras, el verdadero alma mater de Ciudadanos, aseguró públicamente, en un debate donde también estaba el popular Alejo Vidal-Quadras, que estaba a favor de un referéndum consultivo sobre la independencia de Cataluña, similar a los que periódicamente realiza el Quebec para decidir si sigue formando parte de Canadá. "No queremos entrar en ese terreno, porque no aceptamos el soberanismo troceado que preconizan Ibarretxe o el mismo Pasqual Maragall", afirma Gorriarán.

Las manifestaciones públicas de los dirigentes de Ciudadanos han sido miradas con lupa a la espera de que hiciesen una referencia al asunto del referéndum, pero no ha habido un rechazo explícito, lo que Savater y Díez interpretan como una situación de desconcierto. Y, lo que es más importante, como una asunción implícita de las declaraciones de Carreras y, por tanto, la posibilidad de que estos planteamientos se incorporen al programa de Ciudadanos, lo que le alejaría de UPD.

Sin embargo, esta mañana, portavoces oficiales de Ciudadanos han declarado a este diario que las opiniones vertidas por De Carreras son a título personal, remarcando que "no está en ningún órgano de gobierno del partido. Ciudadanos está en contra de un referéndum y de cualquier consulta no vinculante, como ya ha expresado en reiteradas ocasiones", aseguran.

Reforma de la Constitución

El ideario de esta formación contiene, en este sentido, tres puntos irrenunciables que deben ser asumidos por quien quiera ser su compañero de viaje. El más problemático se refiere a la reforma de la Constitución. "Queremos una Constitución mucho menos nacionalista y que elimine los "derechos históricos" de los territorios. En este sentido, se trataría de plantear una reforma territorial donde todas las comunidades tengan las mismas competencias y donde el papel del Gobierno esté muy bien definido. Ello daría como consecuencia una igualdad de todas las comunidades en materia fiscal y un reparto equitativo de los recursos. Pero, además, habría que reformar la ley electoral para dar menos peso a los nacionalismos y definir a España como Estado laico y no aconfesional como ahora. Se trata, en definitiva, de una regeneración democrática del sistema", asegura Gorriarán.

En la cúpula del nuevo partido se desconfía de lo que pueda llegar a asumir Ciudadanos en el futuro. "Queremos saber qué gente nos va a apoyar", advierte Gorriarán. Porque, si algo tiene claro es que no se puede plantear en este momento una coalición de las dos fuerzas ni mucho menos una confederación al estilo del PSOE y del PSC: las elecciones han de afrontarse con una lista común, lo que obliga a consensuar un programa, una ideología y una estrategia.

Fricciones personales

La complejidad de esta visión obligará a UPD y Ciudadanos a implicarse a fondo en la negociación de sus prioridades para poder afrontar la campaña electoral de un modo lo más sereno posible. Las reuniones de la cúpula podrían comenzar antes de dos semanas y han de pasar todavía otra prueba: en las mismas participarán dirigentes de UPD de Cataluña que antes habían estado en el sector crítico de Ciudadanos y, por tanto, con relaciones tensas con Albert Rivera.

En la formación catalana se critica con dureza a algunos de los principales ex militantes que se han pasado a los rivales, pero UPD no está dispuesta a prescindir de ellos en las negociaciones, puesto que son su mayor activo en Cataluña. Una vez solucionados los problemas de las fricciones personales, el camino quedará expedito para negociar los principales puntos del ideario de UPD.

En este sentido, los demás temas serían mucho más fáciles de consensuar: el segundo punto irrenunciable es la recuperación de las libertades individuales, mientras que el tercero es la mejora de la separación de poderes "para evitar espectáculos como el que se está dando como consecuencia de la supeditación del poder judicial al poder político". La clave estará, pues, en la clarificación ideológica de las dos fuerzas y en su capacidad para asumir hasta dónde están dispuestas a plantear la compleja reforma de la constitución.

El Confidencial, 15-10-2007

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