jueves, 12 de julio de 2007

Espíritu y Ermua

Para mí, el Espíritu de Ermua realmente perdurable e incluso venerable son los padres y la hermana de Miguel Angel Blanco acompañando a los líderes del PP en su gigantesca manifestación de hace unos meses, la de los dos millones de ciudadanos y cientos de miles de banderas españolas que ocuparon pacíficamente el corazón de Madrid para protestar contra la rendición de Zapatero y la politicalla partidista ante ETA, ante los mismos verdugos del joven concejal del PP asesinado hace hoy 10 años.Los padres y la hermana de Miguel Angel representan una conciencia cívica y nacional que no está dispuesta a que su sacrificio fuera en vano ni a comprar un poco de olvido con un mucho de indignidad. Ellos son también los que impiden que muchos, que acaso habrían desistido ante los asesinos y los traidores, sigan resistiendo.

Ellos son, en fin, los que con su dignísimo dolor y su dolorida dignidad han conseguido que en estas pasadas elecciones municipales toda una nueva generación, la de los que salieron por primera vez hace 10 años a la calle, se haya incorporado a la vida pública a través del PP porque aquel día entendieron que toda emoción es vana sin continuidad, y que el ir tirando es incompatible con lo que una gran nación de ciudadanos se debe a sí misma.Que hay dos Ermuas, bien nos lo han hecho ver el PSOE y sus aliados, casi todos ellos aliados también de ETA en aquel Pacto de Estella que nació precisamente para apuñalar por la espalda a esa España inocente de las manos blancas, que gritaba ingenuidades tan pavorosas como aquella de «No son vascos / son asesinos». El pacto se fraguó para proteger a ETA y al nacionalismo vasco en general de una peligrosa ola de patriotismo español que pudiera arrasar el circo separatista y criminal de los hijos de Sabino Arana y los sobrinos de Satanás.Sólo a medias lo han conseguido. A nadie se le ocurriría ya que ser vasco y asesino es una oposición lógica, porque vascos son un buen número de los españoles asesinados por los euskonazis y porque nadie de los que tras las gigantescas manifestaciones del Foro de Ermua y el PP se han acostumbrado a terminar sus actos oyendo el himno nacional será nunca tan ingenuo.

Esa es la Ermua, la España que Zapatero y su Ermua cómplice quisieran borrar del mapa, esa es la nación indiscutible que ellos quieren discutir, esa es la ciudadanía que no necesita educación porque está muy bien educada. Ojalá sus dizque educadores lo estuvieran la mitad. Pero el inmenso rebaño zapaterino que guarda para las víctimas del terrorismo el odio que no se atreve a tener a los terroristas es incompatible con la nación española nacida del dolor por el martirio y asesinato de Miguel Angel Blanco.Como escribió Cernuda en Bien está que fuera tu tierra, dedicado a Galdós, «de aquella nos consuela y cura ésta».

Federico Jiménez Losantos, Comentarios liberales
El Mundo, 13-07-2007

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Maria San Gil y sus pegatinas con la bandera española de turno. A Ermua déjenla tranquila y llévense el espíritu este a la Almudena, catedral de un villa provinciana. La política es el "arte" de estafar al pueblo manipulable y los políticos, un tropel de criminales estafadores.
Visca la terra lliure!