martes, 17 de julio de 2007

Críticos con Rivera dejan Ciutadans por la «mutación» de su ideario

La trifulca interna que se ha producido durante las últimas semanas en Ciutadans desembocó ayer en el abandono del partido por parte de Luis Bouza-Brey, que optó en el último Congreso a la presidencia del partido y salió derrotado, y por parte del grupo que le apoya. Son unos 50 militantes descontentos con la «mutación» del ideario y la estructura de la formación que, dicen, salió de aquel encuentro.

Un comunicado del grupo encabezado por Bouza-Brey, Regeneración Democrática, selló ayer la ruptura definitiva entre los críticos y la dirección del partido. La distancia entre el presidente de Ciutadans, Albert Rivera, y Bouza se había ensanchado después de que, en el Congreso de junio, los principales órganos de la formación quedaran integrados por miembros afines a Rivera.

El comunicado de Bouza se queja de que «una enmienda a la totalidad presentada por [Francesc] de Carreras», uno de los intelectuales que firmaron el manifiesto que dio origen a Ciutadans, «cambió de raíz el ideario que contaba con el apoyo unánime del Consejo General» durante el Congreso del partido. También lamenta que, tras el cónclave, «la corriente mayoritaria, con el 50% de los votos, copa al 100% la dirección del partido y la casi totalidad del Consejo General».

Bouza no escatima críticas a Rivera, cuya gestión política y «cuentas» fueron «reprobadas mayoritariamente al inicio del Congreso». Para su oponente, la «dirección presidencialista» de Rivera ha demostrado «su incapacidad para liderar el partido» y, aunque «ha visto reforzada su autoridad estructuralmente, ha perdido totalmente la autoridad»..«Ambición catalana».

El comunicado también reprocha a Rivera su «ambición catalana» y que no apueste por mantener una relación estrecha con Basta Ya y con Fernando Savater en su intención de crear un nuevo partido de ámbito nacional. «Preferimos dedicar todo el esfuerzo a impulsar la creación del nuevo partido, que puede regenerar la democracia española frente a la pérdida de rumbo de una izquierda entregada a la centrifugación nacionalista».

De hecho, fuentes cercanas a Bouza-Brey subrayaron que uno de los mayores desencuentros con la dirección es que «parece ser que ésta prefiere un modelo de coalición» con el nuevo partido de Savater, mientras que los críticos, que atribuyen esa intención a la «reducción del ámbito geográfico de los nuevos idearios», preferirían una «integración completa» en el proyecto.

Daniel G. Sastre
El Mundo, 17-07-2007

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