lunes, 26 de septiembre de 2011

Más de lo mismo. Por Victoria Lafora


Los presos de ETA se suman, ahora, al acuerdo de Guernica. El tal acuerdo ratifica las vías políticas como forma de solucionar el "conflicto" vasco. Habrá gente optimista que quiera ver en el extenso comunicado otra puerta abierta a la esperanza pero leído en su literalidad no deja de ser, lamentablemente, más de lo mismo.

En Euskadi no existe más "conflicto" que el creado por la existencia de una banda de asesinos que han acabado con la vida de cientos de inocentes y sembrado el terror entre sus propios conciudadanos. Ese es el verdadero drama.


Que cincuenta años después descubran que tanta muerte no era necesaria y que se puede llegar a los mismos objetivos (porque no renuncian a nada, ni al derecho a decidir al margen de la Constitución ni a la independencia) pacíficamente, no significa que un amnistía borre los crímenes que han cometido.

Y los presos de ETA a cambio de su magnanimidad, apoyando el ansiado fin de la violencia, pretenden volver a casa como si aquí no hubiera pasado nada. Pelillos a la mar, fue todo una equivocación, un error del que no nos arrepentimos porque estaba justificado por una causa noble. Menos mal que la Constitución que nos dimos todos los demócratas impide semejante felonía.

El lenguaje del comunicado sigue teniendo ese tono entre chulesco y perdonavidas de los textos de la banda e incluso de las declaraciones de la izquierda abertzale. En ningún momento, en ningún párrafo se les dice a los colegas en ejercicio que entreguen las armas, que cese definitivamente la violencia. Como debería hacer Bildu y no hace.

Eso sí, exigen al Gobierno del Estado que ponga en práctica "sus derechos" que traducido al lenguaje normal quiere decir acercamiento de presos al País Vasco y puesta en libertad de los que están pendientes de juicio. De derechos saben mucho de obligaciones ni oír quieren.

Además de reclamar, como no, una nueva negociación entre el ejecutivo de Madrid y la banda terrorista o lo que queda de ella. Mal, muy mal, garrafal, haría el gobierno de Zapatero a dos meses de las elecciones si escuchara estos cantos de sirena.


Periodista Digital – Opinión

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