jueves, 26 de mayo de 2011

Reproche a Zapatero: “Presidente, nos has llevado a la ruina”. Por Federico Quevedo

Fue en el Comité Ejecutivo del lunes por la tarde, según me cuentan. Entre todas las voces que se levantaron para hacer una reflexión de lo ocurrido el domingo 22, una se dirigió directamente al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y en voz alta expresó lo que casi todos pensaban y no se atrevían a manifestar: “Presidente, nos has llevado a la ruina”.

La herencia que Rodríguez Zapatero va a dejar tras su paso por la Secretaría General del PSOE y la Presidencia del Gobierno no puede ser peor: un partido que va a ver reducido prácticamente a cenizas su poder municipal-autonómico-nacional y que va a quedar roto por sus cuatro costado y necesitado de respiración asistida ideológica, y un país que cuando Rodríguez Zapatero se vaya seguirá sumido en la peor crisis económica-política-social-institucional que hayamos podido imaginar. Ese es el panorama, la herencia de Rodríguez Zapatero a los socialistas y a los españoles, y razones hay para que los socialistas, por una parte, y los españoles, por otra, no quieran verle ni en pintura.


Y es que, si todo se produce según parece que se va a producir, el PSOE no va a conservar más allá de diez capitales de provincia, y eso después de tener que pactar con partidos nacionalistas y regionalistas. Y si llega a diez. Pero peor es el descalabro autonómico, porque si finalmente pierde Extremadura –que puede ser posible-, y en las próximas autonómicas andaluzas también gana el PP, los socialistas sólo mantendrán viva la llama del País Vasco, y todo apunta que por muy poco tiempo. Nunca antes se había producido una pérdida semejante de poder, porque incluso en 1983 cuando el PSOE obtuvo el mayor resultado de su historia en municipales y autonómicas, la derecha –entonces AP- conseguía mantenerse fuerte en algunas comunidades
«Mientras se entretienen en lamerse las heridas de la debacle del domingo y en intentar encontrar la manera de que en las generales el desastre no sea aún mayor, la crisis económica sigue haciendo estragos entre los ciudadanos de este país.»
Es lógico, por tanto, que en el Partido Socialista no quieran ver a Zapatero ni en pintura, aunque tendrán que aguantarle hasta el último día, como el resto de los españoles. Unos españoles a los que Zapatero ha sumido en una crisis profunda y de difícil salida, una crisis que va más allá de lo económico y que como estos días se ha puesto de manifiesto afecta a las raíces mismas del sistema.
Ahora el PSOE se ha enzarzado en un debate interno, que si Congreso, que si Primarias, que si antes de las elecciones, que si después… Pero, a los españoles, ¿qué nos importa eso? Mientras se entretienen en lamerse las heridas de la debacle del domingo y en intentar encontrar la manera de que en las generales el desastre no sea aún mayor, la crisis económica sigue haciendo estragos entre los ciudadanos de este país, sin visos reales de que algo vaya a cambiar a mejor en el medio plazo, por mucho que Zapatero siga intentando vendernos la burra de que va a ser así.

Los organismos internacionales ya han empezado a corregir a peor sus previsiones para 2012 en España, porque es tan evidente que la crisis sigue instalada en nuestro país que sólo un ciego como el propio Zapatero no puede verlo. Pero esa es la prioridad, no puede haber otra, y si Zapatero no es capaz de ponerse manos a la obra porque su Gobierno ha perdido ya definitivamente toda credibilidad y cualquier posibilidad de transmitir una imagen de estabilidad al exterior, lo que debe hacer es convocar elecciones anticipadas y dejar que sean otros, en este caso el PP, los que asuman el reto de las reformas que este país necesita y que, sin lugar a dudas, van a ser duras y difíciles.

De verdad, hace falta que venga alguien que nos diga lo que Zapatero nos oculta: que para salir de esta situación va a ser necesario “sangre, sudor y lágrimas” como decía Churchill, pero Zapatero sigue empeñado en hacernos creer en ese fantasma que el llama “lo mejor está por llegar”. Es comprensible que el PSOE se haya metido de lleno en su debate interno, después de lo que ha pasado tiene que hacer ese partido una profunda reflexión de hacia donde les ha llevado Zapatero y por qué, y si de verdad le ha servido de algo al Partido Socialista esa estrategia constante de la radicalización y el enfrentamiento en la que Zapatero ha basado toda su política durante estos años.

Pero antes de empezar a dar respuesta a sus propios problemas, lo que debería hacer el Partido Socialista, si de verdad tiene el más mínimo sentido de Estado, es buscar la respuesta a los problemas de los ciudadanos, y eso hoy solo cabe hacerlo con una convocatoria anticipada de elecciones porque el PSOE ya no puede dar esa respuesta por sí mismo. Decía Patxi López el martes que no se trata del “quién”, sino del “qué”, y no le falta razón, pero antes de volver a reinventarse el PSOE debería hacer un servicio a este país apartándose definitivamente y dejando que sean otros los que pongan en orden el caos que nos ha dejado como herencia Rodríguez Zapatero.


El Confidencial - Opinión

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