miércoles, 9 de febrero de 2011

El CIS cabalga. Por M. Martín Ferrand

Zapatero hace lo imposible para perder; pero no se ve correspondido por un Rajoy que hace muy poco para ganar.

A doña Inés, la pobre, la enajenaba la mera presencia de don Juan Tenorio. A mí me ocurre lo mismo con el CIS. Su barómetro alucina tanto como sus datos fascinan. Es, buena o mala, la mejor sociometría periódica de que disponemos para ayudarnos en el análisis político y, cuando aparece, sirve para tomar conciencia de algo que solemos ignorar, el país en que vivimos. España, siempre escasa de pulso e iniciativa, en donde la sociedad tiene menos valor que el de la suma de sus individuos, tiende a criticar con los pies mejor, y antes, que con la cabeza y por eso nos van más la bulla y el estruendo que la sutileza. Desde el último barómetro del CIS, el PP ha incrementado en dos puntos su diferencia porcentual con el PSOE en lo que respecta a la intención de voto. 44,1 frente al 34 por ciento.

El proceder gubernamental, escaso en las formas, pobre en su contenido, lamentable en sus frutos y despilfarrador en los medios, no basta para que la oposición alargue de modo inequívoco su distancia. Con esa distancia, si se mantuviera inamovible, Mariano Rajoy no obtendría la mayoría absoluta. Es decir, no alcanzaría a subir la escalinata de La Moncloa. Según la vigésima pregunta de las que el CIS formuló a los 2.500 encuestados de su muestra —¿Cuál de los dos, Zapatero o Rajoy, le inspira más confianza?—, el líder socialista alcanza un 35,3 por ciento de adhesiones y Rajoy se queda en el 33,7. No soy capaz de discernir, aunque lo sospecho, a cuál de los dos corresponden el mérito y el demérito de tan inquietante cercanía; pero, con 4,7 millones de parados, una perspectiva de futuro incierto y tras siete años de Gobierno socialista, el líder del PP, como dicen los castizos, debiera hacerse ver por quien corresponda. ¿Qué circunstancias necesita para provocar, aunque solo fuera de boquilla, como son las encuestas, mayor confianza que la de su antagonista?

En las cercanías en las que, ayer, pude testar el estado de ánimo del PP, brillaban la esperanza y la alegría. Supongo, para que así sea, que dispondrán de otros datos y demoscopias distintas que las del CIS. Si arrancan de éstos para el contento es que no saben muy bien lo que vale un peine en la opinión pública española. Según las preguntas 18 y 19 del trabajo del CIS, Zapatero no le inspira «ninguna confianza» al 43,9 de los encuestados y Rajoy, al 43,5. Cuatro décimas de ventaja en una valoración tan negativa, ¿pueden centrar un pronóstico optimista en lo que se refiere a la incuestionable necesidad del relevo? Zapatero hace lo imposible para perder; pero no se ve correspondido por un Rajoy que, en puridad, hace muy poco para ganar.


ABC - Opinión

0 comentarios: