martes, 18 de enero de 2011

ETA. Nuevos guiños de la mentira al crimen. Por Guillermo Dupuy

Quizá donde más tramposos se muestren los socialistas a la hora de vendernos el chantajista alto el fuego de los etarras como si de una conversión democrática se tratara es cuando piden a ETA "un comunicado aclaratorio". Pero, ¿es que no está claro?

No contento con considerar "un buen síntoma" que una marca de la "izquierda abertzale" estuviese presente en las elecciones, el secretario general del PSE de Guipuzcoa, Iñaki Arriola, ha pedido a ETA "un comunicado aclaratorio" sobre sus intenciones respecto al supuesto abandono irreversible de la violencia.

Para empezar, formaciones abertzales, tanto a la derecha –PNV– como a la izquierda –EA, Aralar– son y han sido siempre legales. Pero si, con lo de la "izquierda abertzale", Arriola se refiere a los proetarras, hay que decir que el hecho de que estos pudieran estar nuevamente presentes en unas elecciones sólo sería "síntoma" de que el Gobierno de la nación, a través de su siempre servil Fiscalía General del Estado, ha vuelto a hacer la vista gorda ante la enésima burla a la vigente Ley de Partidos. Eso y no otra cosa ha significado la continuada presencia de los proetarras desde la ilegalización de Herri Batasuna, bajo las distintas siglas o marcas que la han sucedido. Con ello, el Gobierno satisfaría, sin duda alguna, una de las múltiples exigencias que hace ETA en su chantajista comunicado de alto el fuego, relativa a la supresión de las llamadas "medidas de represión". Es lo mismo que ha dicho Otegi en Gara al considerar "fundamental nuestra presencia en las elecciones de mayo para abordar" lo que eufemísticamente llama "la irreversibilidad del proceso democrático".


A este respecto, hemos de advertir que si, por una parte, el Gobierno lo tiene más difícil por cuanto ya llueve sobre mojado respecto a su condescendencia con los proetarras, también lo tiene más fácil a la hora de colarlos nuevamente negando su condición de tales, tal y como ya hizo como ANV o PCTV. Y es que ahora no va a ver posibilidades de que informes policiales y de la Guardia Civil, filtrados a la prensa, le contradigan, tal y como ocurrió en el pasado, cuando el Ejecutivo decía que PCTV y ANV estaban "limpios", mientras que dichos informes acreditaban todo lo contrario. Y ello por la sencilla razón de que el Centro Nacional de Inteligencia, según El Mundo, ha monopolizado todos lo seguimientos e investigaciones que se hace del entorno de ETA, en el que antes también operaba la Policía y Guardia Civil.

Pero quizá donde más tramposos se muestren los socialistas a la hora de vendernos el chantajista alto el fuego de los etarras como si de una conversión democrática se tratara es cuando piden a ETA "un comunicado aclaratorio". Pero, ¿es que no está claro? Como no me cansaré de decir, para que todos tengamos claro de que ETA ni repudia ni renuncia irreversiblemente a la violencia no hay más que leer su comunicado de lo que no por nada llama "alto el fuego", y en el que claramente se condiciona a la consecución de los mismos objetivos por los que han matado y convocado treguas en el pasado. He de decir, a este respecto, que las "informaciones" de este domingo de algunos diarios nacionales, respecto a documentación interna de la banda que señala que, al margen de estrategias temporales, los terroristas no tienen intención de renunciar definitivamente a las armas, no contribuyen lamentablemente sino a la confusión, pues eso es exactamente lo que, hasta el día de hoy, ETA ha venido diciendo en todos y cada uno de sus comunicados públicos de tregua o alto el fuego.

Con todo, no hay que descartar, dada la instancia del Gobierno, la posibilidad que ETA/Batasuna dé el paso, en próximos comunicados, no de aclarar nada, sino de contribuir con sus propias palabras a esa gran trampa, a esa gran mentira institucional en la que consiste abordar el fin del terrorismo mediante procesos de diálogo o de paz. En este sentido, no hay que descartar que Batasuna condenase a ETA o que esta hiciera entrega de algunas –o de todas– de las muchas armas que tiene almacenadas. Es evidente que ambas cosas podrían ser tan engañosas como reversibles; pero si nuestras tramposas élites políticas y mediáticas nos han vendido en el pasado "procesos de paz" sin que ETA ni Batasuna hayan hecho nunca ni una cosa ni otra, qué no nos venderían y a qué no accederían de hacerlo por primera vez en su historia.

Sólo llegado ese inédito momento tendríamos derecho a plantearnos si los terroristas nos hacen trampas. Ya les adelanto que no hay riesgo de caer en ellas si, al igual que hacen los franceses, nos mantenemos fieles a un imperio de la ley que no debe supeditarse a la sinceridad o falsedad de las palabras que otorguemos a criminales prófugos de la justicia. Caso distinto sería el de su brazo político, al que se le debería exigir, llegado el caso, una "cuarentena" de varios años.

Pero no adelantemos acontecimientos que, tal vez, ni siquiera se produzcan. Las trampas que nos deben preocupar ahora no son las de los terroristas, sino las de quienes aspiran a volver a ser sus compañeros de viaje. Eso, si lo han dejado de ser en algún momento. Son las de los políticos que nos gobiernan y las de buena parte de los medios de comunicación.


Libertad Digital - Opinión

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