jueves, 11 de marzo de 2010

Se cumplen 6 años del atentado

Más de una decena de actos institucionales recordarán a las víctimas del 11-M

Las principales autoridades políticas y sociales de España, la Comunidad de Madrid y la capital, así como las asociaciones de víctimas, celebrarán hoy diferentes actos de homenaje en recuerdo de los 192 muertos y los más de 2.000 heridos en los atentados islamistas de Atocha, de los que este jueves se celebrará el sexto aniversario.

La jornada de homenajes se abrirá a las 9 horas en la Puerta del Sol, donde la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, depositará una corona de laurel junto a la placa colocada en la fachada de la Real Casa de Correos.


Aguirre estará acompañada por representantes de las asociaciones de víctimas del terrorismo, así como por el secretario general del PSM, Tomás Gómez; los portavoces de los grupos parlamentarios de la Asamblea de Madrid, David Pérez (PP), Maru Menéndez (PSOE), Gregorio Gordo (IU); los miembros del Consejo de Gobierno en pleno, representantes sindicales y organizaciones sociales, así como alcaldes o representantes de diferentes municipios.

Durante el acto sonará el 'Réquiem' de Mozart y después, dos alumnos de la Academia de Policía de la Comunidad de Madrid portarán la corona de laurel, que colocará la presidenta madrileña.

Una hora más tarde, el homenaje del Ayuntamiento de Madrid, al que asistirán los concejales de los tres grupos con representación en el Pleno municipal, tendrá lugar en forma de ofrenda floral en el monumento a las víctimas situado en la estación de Cercanías de Atocha.

En la entrada de la estación y bajo el lema '192 víctimas inocentes en nuestro recuerdo', CC.OO. y UGT de Madrid también rendirán homenaje a los fallecidos y heridos con una ofrenda floral, a la que seguirá, a las 11 horas en el Ateneo, un acto conmemorativo.

Al mismo asistirán el secretario general de CC.OO. Madrid, Javier López, y el de UGT de Madrid, José Ricardo Martínez, así como el secretario general de la Unión de Actores, Jorge Bosso, y la presidenta de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, Pilar Manjón.

Durante este acto, que presentará la actriz Pilar Bardem, se estrenará la obra 'Once', de Juan Miguel Antoranz, y actuará el grupo de música Rastakeltia y el Coro de la Unión de Actores.

Por su parte, la Asociación de Víctimas del Terrorismo celebrará un acto de recuerdo en el Bosque de los Ausentes del Parque de El Retiro a partir de las 12.30 horas, donde se guardará un minuto de silencio y se leerá un manifiesto en defensa de la verdad, memoria, dignidad y justicia.

Mientras, la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Puente y Villa de Vallecas y la Asociación de Afectados del 11-M recordarán a las víctimas en la Estación de Cercanías de Santa Eugenia, donde estalló una de las bombas, a la misma hora.

HOMENAJE EN EL CONGRESO

Mientras, las principales autoridades políticas del país asistirán al homenaje que se celebrará en el Congreso de los Diputados, también a las 12.30 horas, y al que seguirá, a partir de las 17 horas, otro homenaje en la Sala Internacional de la Cámara Baja.

Organizado por la Fundación de Víctimas del Terrorismo, su presidenta, Maite Pagazaurtundúa, introducirá las intervenciones de las representantes de las asociaciones de víctimas con la lectura del preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

La lectura de los 31 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos correrá a cargo de la presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, Pilar Manjón, la presidenta de la Asociación Ayuda a las Víctimas del 11-M, Ángeles Domínguez, y la vicepresidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza.

A continuación, se leerán los nombres de las 192 personas que perdieron la vida por las explosiones en los trenes, y un quinteto de cuerda formado por profesores del Conservatorio de Música de Cáceres interpretará dos piezas musicales del compositor Astor Piazzolla. El presidente de la Cámara Baja, José Bono, clausurará el acto con unas palabras y un minuto de silencio para rendir homenaje a las víctimas del atentado.

En la ceremonia, que fue autorizada hace unas semanas por la Mesa del Congreso, también participarán un grupo de niños que fueron víctimas del atentado, que pasarán a leer uno a uno los nombres de las 192 víctimas del 11 de marzo de 2004.

Las Cortes Generales también tienen previsto celebrar un homenaje a las víctimas cuando finalice la sesión plenaria de la Cámara Baja, que consistirá en la lectura de una declaración institucional y, previsiblemente, un minuto de silencio. En este acto está previsto que participen miembros de ambas Cámaras, sus presidentes y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.

EL REY RECIBE A LAS VÍCTIMAS

Los sindicatos mayoritarios continuarán con sus homenajes por la tarde, entre las 17 y las 21 horas, en la Fundación Ateneo Cultural 1º de Mayo, donde dedicarán la tertulia poética 'Indio Juan' a este asunto mediante un maratón poético, en el que se podrá participar como lector o como oyente, y en el que estará a la venta '11-M. La novela gráfica'.

Además, en este sexto aniversario el Rey don Juan Carlos ha querido reunirse personalmente con víctimas de los atentados y recibirá en Audiencia a las 18.45 horas en el Palacio de la Zarzuela a tres representantes de las tres principales asociaciones. También participará en la reunión la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.

Por su parte, la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Puente y Villa de Vallecas realizará otro homenaje a las 19 horas en la estación de Cercanías del Pozo del Tío Raimundo, y a las 19.30 horas hay prevista una misa funeral en recuerdo de las víctimas en la Iglesia de Santa Bárbara, donde la Coral Polifónica del Instituto de Salud Carlos III participará en la ambientación musical.

ACTOS EN ALCALÁ

Por otra parte, algunas víctimas y familiares recordarán el fatídico día con sus propios actos conmemorativos, que comenzarán el día 10 con una vigilia de 19 horas a medianoche en la plaza de la Estación de Alcalá de Henares, donde proyectarán vídeos sobre el atentado en el monumento.

Al día siguiente, cogerán el tren de las 7 horas en la ciudad complutense para llegar hasta Madrid, donde dejarán sus ofrendas en las estaciones de Santa Eugenia, El Pozo y Atocha, terminando su recorrido en la calle Téllez.

Por la tarde, a las 20 horas, se concentrarán de nuevo en el Quiosco de Música de la plaza de Cervantes de Alcalá de Henares, donde se leerá un manifiesto.

RECUERDO EN BRUSELAS

El 11 de marzo se conmemora también Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo. En esta ocasión, la Red Europea de Víctima centrará sus actividades en Bruselas, donde además se desplazarán varias víctimas españolas como el presidente de la AVT, Juan Antonio García Casquero, la presidenta de Covite, Cristina Cuesta, el presidente de la Federación de Asociación Autonómicas de Víctimas del Terrorismo, Joaquín Vidal, y Eloy Morán, de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M.

El acto será inaugurado por la Comisión Europea y lo inaugurarán la comisaria de Interior, Cecilia Malmström, y la vicepresidenta de la CE y responsable de Justicia y Derechos Fundamentales, Viviane Reding. Diferentes mesas redondas analizarán los fallos en la protección a víctimas, el papel de los medios y la privacidad de víctimas y la sensibilidad y prevención. Entre los asistentes habrá un nutrido grupo de estudiantes europeos.

Por su parte, el partido ultraderechista Democracia Nacional celebrará una manifestación bajo el lema '11-M: Ni olvido ni perdón' frente a la sede del PSOE de la calle Ferraz.

La AVT retransmitirá en directo los actos a través de Facebook y Twitter desde primera hora de la mañana, y TVE emitirá en directo el homenaje del Congreso de los Diputados.


Europa Press

Sólo por las víctimas. Por Ignacio Villa

Hoy es 11 de marzo, hoy se cumplen seis años de aquella tremenda matanza terrorista que todos tenemos grabada en la memoria. Hora a hora, minuto a minuto, segundo a segundo. Todos recordamos a la perfección dónde estábamos en el momento del atentado, todos sabemos cómo reaccionamos en esas circunstancias, todos nos acordamos de cómo fueron aquellos primeros minutos de angustia, de horror, de terror, de espanto, de desasosiego, de rebeldía y de rabia. Todos, seis años después, seguimos con las imágenes, con los gritos, con las carreras, con las voces y con los destrozos de lo que ha sido el peor atentado terrorista en España y de la historia de Europa.

Seis años después, quiero que estas líneas se conviertan en un homenaje a los ciento noventa y dos muertos, a los más de mil quinientos heridos y a todas sus familias. Han sido seis años largos de ausencias, de vidas destrozadas, de personas ya marcadas para siempre. El 11-M tiene que quedar como una fecha intocable en el corazón de todos los españoles. El 11-M no puede ser –¡nunca!– una jornada que cicatrice como si no tuviera mayor relevancia. El 11-M es una fecha de todos y para todos, pero muy especialmente de todas las víctimas y de todas sus familias, que recuerdan aquellas horas como las peores horas de sus vidas.


Seis años después, el mayor enemigo que tenemos es el mezquino partidismo; la utilización rastrera de una fecha que tiene que ser de recuerdo para los que se fueron y de apoyo moral para los que sobrevivieron a la mayor tragedia de la historia reciente. Es verdad que a estas alturas hay muchos interrogantes sin resolver, es cierto que siguen existiendo muchos puntos negros en aquella jornada de horror y de dolor. Pero por eso mismo, hay que estar más que nunca con las víctimas. Se tienen que sentir acompañadas. Tienen que vivir sabiendo que son parte de la vida de todos y que nunca serán olvidadas.

No podemos renunciar a saber lo que pasó. No podemos cerrar la puerta a la verdad de los hechos. Pero lo siento. Me niego a mercadear con el sufrimiento ajeno, me niego a jugar con el dolor de los demás, me niego a apropiarme del sufrimiento de los afectados. Son ellos los que tienen que hablar, son ellos los que tienen que desahogarse, son ellos los que tienen todos los derechos. Los demás podemos acompañarlos, podemos ayudarlos, podemos animarlos. Pero nunca deberemos utilizar a las víctimas del 11-M.

Estas palabras tienen como único objetivo el apoyo a las víctimas, mostrar toda la solidaridad a sabiendas de que seguramente es muy poco. Pero el protagonismo, todo el protagonismo, es de ellos. El 11-M nunca podrá ser, nunca deberá ser, de los que mediáticamente se han apropiado de un día y de unas horas que sólo pertenecen a unas pocas personas. ¡Todo con las víctimas! ¡Siempre con las víctimas! ¡Sólo de las víctimas!


La Razón - Opinión

11-M seis años después. Por César Vidal

Nunca olvidaré aquella mañana del 11-M. Sentí, primero, cómo la pared de mi dormitorio temblaba igual que si contra ella se hubiera estrellado un camión de dieciocho ruedas. Sacudí la cabeza, rechacé el absurdo pensamiento e intenté volver a dormirme porque aquella noche había tenido una entrevista en un programa de madrugada y no había podido meterme en la cama antes de las cinco. No conseguí continuar el sueño, porque los cristales temblaron violentamente como si hubieran sufrido el efecto de una explosión. Aturdido, me levanté para salir al balcón e intentar averiguar lo que podía haber pasado. Sonaban las sirenas en la calle y tuve la convicción en ese momento de que Madrid acababa de sufrir un atentado terrorista. Por supuesto, lo atribuí a ETA, es decir, hice lo mismo que ZP, Ibarreche y casi toda la clase política hasta que apareció Otegui y dijo que era «la resistencia árabe».

Y a partir de ese momento, la sociedad española sufrió un proceso de manipulación brutal a fin de que aceptara una tesis estúpida, pero, a la vez, elemental y efectiva: los atentados los habían cometido terroristas islámicos en respuesta al apoyo que Aznar había prestado a la intervención en Irak, por lo tanto, no había que enfrentarse a los terroristas sino castigar al PP. Pocas veces se habrá planteado un razonamiento más cobarde y miserable, a años luz de la respuesta de la población norteamericana el 11-S. Pocas veces, pero resultó.


Entre los votos de la izquierda encanallada dispuesta a todo con tal de ganar las elecciones y los ciudadanos asustados como conejos y dispuestos a la capitulación, ZP llegó a La Moncloa gracias a la manipulación informativa en torno a casi doscientos asesinados. Y entonces se fueron sucediendo los pasos continuos para pasar página consagrando la denominada «versión oficial» y satanizando a los que no la creímos con el mote de «conspiranoicos». Se empeñaron en ello a fondo, pero no lo consiguieron. Ya la sentencia de la Audiencia nacional –con todos sus agujeros– dejó de manifiesto que los atentados no habían tenido nada que ver con la guerra de Irak, que pretendían cambiar el resultado de las elecciones y que seguíamos sin saber quiénes eran los autores intelectuales. En otras palabras, la versión oficial era un camelo de las dimensiones del Taj-Mahal. Era sólo el principio. En los últimos tiempos, hemos sabido gracias a los trabajos de peritos como Iglesias que la sentencia erró en la identificación del explosivo y que, por tanto, los supuestos autores materiales (un loco y dos moros) quizá ni siquiera estuvieron relacionados con el crimen. Para remate, resulta también obvio que se destruyeron pruebas y que las órdenes procedieron de algún lugar superior de las Fuerzas de seguridad del Estado. Seguramente, esos personajes no tuvieron que ver con las muertes, pero contribuyeron a borrar las huellas con la misma fruición que un explorador perseguido por los apaches. A estas alturas, a seis años de distancia, el 11-M sigue siendo un enigma, pero ya sabemos, entre otras cosas, que la versión oficial es falsa, que se eliminaron pruebas esenciales relacionadas con los explosivos y que esos atentados sirvieron para que ZP llegara a La Moncloa y cambiara a peor la Historia de España. No es poco, pero la investigación debe seguir hasta el total esclarecimiento de los hechos porque así lo exigen casi doscientos muertos y millares de heridos, la dignidad nacional y el futuro de las próximas generaciones.

La Razón - Opinión

Seis años después, seguimos queriendo saber

En el esclarecimiento de todas las incógnitas en torno al 11-M, las víctimas tendrán y recibirán todo nuestro apoyo y esfuerzo. Somos conscientes de que la investigación de esa masacre es el mayor homenaje que les podemos brindar.

En el sexto aniversario de la mayor masacre terrorista de nuestra historia, Libertad Digital desea expresar, nuevamente y en primer lugar, su solidaridad con las familias de las 192 personas asesinadas y con las 1.858 heridas. Ellas merecen no sólo nuestra solidaridad por la pérdida de sus seres queridos, sino también nuestro agradecimiento por su esfuerzo, fundamentalmente canalizado a través de la Asociación de Víctimas del Terrorismo o la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, por conseguir que aquella masacre y las incógnitas abiertas sobre su autoria no hayan caído en el olvido.

Y es que seis años después del 11-M tenemos nuevamente que lamentar la soledad que les dispensan a las víctimas la practica totalidad de la clase política, y la mayor parte de los medios, en su irrenunciable compromiso por conocer toda la verdad entorno a aquella matanza. Hoy muy probablemente maquillen la indignidad de ese abandono con "homenajes" como los que se brindan a las víctimas de una catástrofe natural o a las que ya se las ha hecho justicia. Libertad Digital, y muy pocos otros medios, sabemos, junto con las víctimas del 11-M, que no se les hará justicia mientras no se esclarezca esa verdad que no se pueda enterrar con minutos de silencio; un compromiso con la verdad que algunos han olvidado desde el mismo momento en que constataron que la masacre terrorista había conseguido el objetivo político por la que fue perpetrada: lograr un vuelco electoral a tres días del 14-M.


Aunque es mucho lo que nos queda por saber, también es mucho lo que hemos llegado a conocer en estos seis años. Cosas como que la versión oficial, con la que algunos quisieron dar legitimidad a ese vuelco electoral, ha quedado refutada por descubrimientos tan decisivos como que el material explosivo utilizado en la matanza no fue el que sirvió para llevar a cabo las detenciones. Si ese escalofriante dato, por sí sólo, ya justifica la reapertura del caso, a él se suman muchos otros más, como el hecho de que se ocultaran o destruyeran vestigios de la explosión, o el hecho de que se vulneraran los protocolos de actuación de los Tedax y la Ley de Enjuiciamiento Criminal, o que el responsable de los mismos mintiera fragantemente tanto ante la comisión parlamentaria como ante los propios tribunales.

Aunque el procesamiento del jefe de los Tedax, Sánchez Manzano, iniciado gracias a la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, pueda aportar nuevos datos en el futuro, lo cierto es que no se sabe quiénes idearon el 11-M, quiénes suministraron Titadyn, quiénes montaron las bombas en la finca de Morata de Tajuña o quiénes manipularon la investigación y a la opinión pública.

En el esclarecimiento de esas decisivas incógnitas tendrán y recibirán las victimas del 11-M todo nuestro apoyo y nuestro esfuerzo. Somos conscientes de que la investigación de esa masacre es el mayor homenaje que les podemos brindar. Y es que, tal y como dijo recientemente nuestro vicepresidente con ocasión de la entrega a nuestro periódico del premio Españoles Ejemplares de la Fundación Denaes, "volveríamos a fundar Libertad Digital sólo para dar voz a las víctimas del 11-M".


Libertad Digital - Editorial

Las cajas del dolor. Por Ignacio Camacho

POR debajo de las dolorosas cicatrices del tiempo supura aún una deuda de conciencia pendiente desde aquellos malditos días de marzo, cuando los demonios de la sangre nos pusieron a todos delante de una prueba que no superamos. Nadie ha entonado aún la palinodia de todos los errores cometidos, de los abusos sectarios y de las reacciones espasmódicas que marcaron para siempre una semana de plomo, rabia y miedo cuyos demoledores efectos procuramos disimular bajo el discurso confortante pero victimista de la emotividad, la memoria y el sufrimiento. Pero ahora que las heridas morales duelen un poco menos quizá sea tiempo de empezar a admitir que acaso no nos sobren motivos de orgullo.

Falta, en primer lugar, la autocrítica del aznarismo por su contumaz empeño en adjudicar a ETA la autoría de la masacre, prolongada más allá de las evidencias a través de una tortuosa teoría de conspiraciones. Tampoco los socialistas han mostrado arrepentimiento alguno de su espuria, cínica y ventajista manipulación del dolor colectivo, que los catapultó al poder sobre una ola de conmoción ciudadana. Y sobre todo, queda pendiente el análisis objetivo del comportamiento popular, más cercano a un desordenado ataque de pánico que a la reacción serena de una sociedad consciente de hallarse en la diana de una ofensiva contra sus valores primordiales.


El vuelco electoral resultó una consecuencia lógica de aquella mezcla de alarma y rabia en la que mucha gente se sintió estafada por un Gobierno incapaz de oír sus clamores, pero más allá de eso hay que preguntarse por el sentimiento de capitulación que el atentado despertó en una colectividad amenazada. El shock emotivo de la matanza puso en crisis nuestra estructura moral y la dejó en un estado de debilidad pusilánime. Ése fue el principal triunfo de los terroristas: que la sociedad se comportó exactamente como ellos esperaban, presa de un síncope de medroso encogimiento que impidió el cierre de filas y dirigió la respuesta hacia el enfrentamiento interno.

Ese encogimiento reactivo, esa réplica dolorida y asustada, se observa seis años después en el minucioso estudio que unos investigadores del CSIC han realizado sobre los testimonios del luto popular que durante semanas se acumularon en los escenarios de la tragedia. La clasificación de los setenta mil exvotos espontáneos dibuja el retrato de una comunidad sobrecogida, paralizada, inerme, que en su bloqueo moral buscaba más consuelo que firmeza. Las cajas negras del dolor revelan hasta qué punto quedamos incapacitados para responder a la magnitud del ataque: de alguna manera declaran casi un vago sentimiento de culpa, una turbada confusión masiva que, vista desde hoy, se parece demasiado a la manifestación de una derrota. Y ésa es una autocrítica o una expiación que quizá aún no estemos preparados para asumir sin enfrentarnos al antipático reflejo de una debilidad inconfesable.


ABC - Opinión

Sexto Aniversario del 11-M

IN MEMORIAM

Eva Belén Abad Quijada, española, 30 años
Óscar Abril Alegre, español, 19 años
Liliana Guillermina Acero Ushiña, ecuatoriana, 26 años
Florencio Aguado Rojano, español, 60 años
Juan Alberto Alonso Rodríguez, español, 38 años
María Joséfa Alvarez González, española, 48 años
Juan Carlos Del Amo Aguado, español, 28 años
Andriyan Asenov Andrianov, búlgaro, 22 años
María Nuria Aparicio Somolinos, española, 40 años
Alberto Arenas Barroso, español, 24 años
Neil Hebe Astocondor Masgo, peruano, 34 años
Ana Isabel Avila Jiménez, española, 43 años
Miguel Ángel Badajoz Cano, español, 34 años
Susana Ballesteros Ibarra, española, 42 años
Francisco Javier Barahona Imedio, español, 34 años
Gonzalo Barajas Díaz, español, 32 años
Gloria Inés Bedoya, colombiana, 40 años
Sanaa Ben Salah Imadaquan, española hija de marroquíes, 13 años
Esteban Martín De Benito Caboblanco, español, 39 años
Rodolfo Benito Samaniego, español, 27 años
Anka Valeria Bodea, rumana, 26 años
Livia Bogdan, rumana, 27 años
Florencio Brasero Murga, español, 50 años
Trinidad Bravo Segovia, española, 40 años
Alina Maria Bryk, polaca, 39 años
Stefan Budai, rumano, 37 años
Tibor Budi, rumano, 37 años
María Pilar Cabrejas Burillo, española, 37 años
Rodrigo Cabrero Pérez, español, 20 años
Milagros Calvo García, española, 39 años
Sonia Cano Campos, española, 24 años
Alicia Cano Martínez, española, 63 años
José María Carrilero Baeza, español, 39 años
Álvaro Carrion Franco, español, 17 años
Francisco Javier Casas Torresano, español, 28 años
Cipriano Castillo Muñoz, español, 55 años
María Inmaculada Castillo Sevillano, española, 39 años
Sara Centenera Montalvo, española, 19 años
Oswaldo Manuel Cisneros Villacís, ecuatoriano, 34 años
Eugenia María Ciudad-Real Díaz, española, 26 años
Jacqueline Contreras Ortiz, peruana, 22 años
María Soledad Contreras Sánchez, española, 51 años
María Paz Criado Pleiter, española, 52 años
Nicoleta Diac, rumana, 27 años
Beatriz Díaz Hernandez, española, 30 años
Georgeta Gabriela Dima, rumana, 35 años
Tinka Dimitrova Paunova, búlgara, 31 años
Kalina Dimitrova Vasileva, búlgara, 31 años
Sam Djoco, senegalés, 42 años
María Dolores Durán Santiago, española, 34 años
Osama El Amrati, marroquí, 23 años
Sara Encinas Soriano, española, 26 años
Carlos Marino Fernández Dávila, peruano, 39 años
María Fernández del Amo, española, 25 años
Rex Ferrer Reynado, filipino, 20 años
Héctor Manuel Figueroa Bravo, chileno, 33 años
Julia Frutos Rosique, española, 44 años
María Dolores Fuentes Fernández, española, 29 años
José Gallardo Olmo, español, 33 años
José Raúl Gallego Triguero, español, 39 años
María Pilar Gamiz Torres, española, 40 años
Abel García Alfageme, español, 27 años
Juan Luis García Arnaiz, español, 17 años
Beatriz García Fernández, española, 27 años
María de las Nieves García García-Moñino, española, 46 años
Enrique García González, dominicano, 28 años
Cristina Aurelia García Martínez, española, 34 años
Carlos Alberto García Presa, español, 24 años
José García Sánchez, español, 45 años
José María García Sánchez, español, 47 años
Javier Garrote Plaza, español, 26 años
Petrica Geneva, rumana, 34 años
Ana Isabel Gil Pérez, española, 29 años
Óscar Gómez Gudiña, español, 24 años
Felix González Gago, español, 52 años
Ángelica González García, española, 19 años
Teresa González Grande, española, 38 años
Elías González Roque, español, 30 años
Juan Miguel Gracia García, español, 53 años
Javier Guerrero Cabrera, español, 25 años
Berta María Gutiérrez García, española, 39 años
Sergio de las Heras Correa, español, 29 años
Pedro Hermida Martín, español, 51 años
Alejandra Iglesias López, española, 28 años
Mohamed Itaiben, marroquí, 27 años
Pablo Izquierdo Asanza, español, 42 años
María Teresa Jaro Narrillos, española, 32 años
Oleksandr Kladkovoy, ucraniano, 56 años
Laura Isabel Laforga Bajón, española, 28 años
María Victoria León Moyano, española, 30 años
María Carmen Lominchar Alonso, española, 34 años
Myriam López Díaz, española, 31 años
María Carmen López Pardo, española, 50 años
María Cristina López Ramos, española, 38 años
José María López-Menchero Moraga, español, 44 años
Miguel de Luna Ocaña, español, 36 años
María Jesús Macías Rodríguez, española, 30 años
Francisco Javier Mancebo Záforas, español, 38 años
Ángel Manzano Pérez, ecuatoriano, 42 años
Vicente Marín Chiva, español, 37 años
Antonio Marín Mora, español, 43 años
Begoña Martín Baeza, española, 25 años
Ana Martín Fernández, española, 43 años
Luis Andrés Martín Pacheco, español, 54 años
María Pilar Martín Rejas, española, 50 años
Alois Martinas, rumano, 27 años
Carmen Mónica Martínez Rodríguez, española, 31 años
Míriam Melguizo Martínez, española, 28 años
Javier Mengíbar Jiménez, español, 43 años
Álvaro de Miguel Jiménez, español, 26 años
Michael Mitchell Rodríguez, cubano, 28 años
Stefan Modol, rumano, 45 años
Segundo Víctor Mopocita Mopocita, ecuatoriano, 37 años
Encarnación Mora Donoso, española, 64 años
María Teresa Mora Valero, española, 37 años
Julita Moral García, española, 53 años
Francisco Moreno Aragonés, español, 56 años
José Ramón Moreno Isarch, español, 37 años
Eugenio Moreno Santiago, español, 56 años
Juan Pablo Moris Crespo, español, 32 años
Juan Muñoz Lara, español, 33 años
Francisco José Narváez de la Rosa, español, 28 años
Mariana Negru, rumana, 40 años
Ismael Nogales Guerrero, español, 31 años
Inés Novellón Martínez, española, 30 años
Miguel Ángel Orgaz Orgaz, español, 34 años
Ángel Pardillos Checa, español, 62 años
Sonia Parrondo Antón, española, 28 años
Juan Francisco Pastor Férez, español, 51 años
Daniel Paz Manjón, español, 20 años
Josefa Pedraza Pino, española, 41 años
Miryam Pedraza Rivero, española, 25 años
Roberto Pellicari Lopezosa, español, 31 años
María del Pilar Pérez Mateo, española, 28 años
Felipe Pinel Alonso, español, 51 años
Martha Scarlett Plasencia Hernandez, dominicana, 27 años
Elena Ples, rumana, 33 años
María Luisa Polo Remartinez, española, 50 años
Ionut Popa, rumano, 23 años
Emilian Popescu, rumano, 44 años
Miguel Ángel Prieto Humanes, español, 37 años
Francisco Antonio Quesada Bueno, español, 44 años
John Jairo Ramírez Bedoya, colombiano, 37 años
Laura Ramos Lozano, hondureña, 37 años
Miguel Reyes Mateos, español, 37 años
Marta del Río Menéndez, española, 40 años
Nuria del Río Menéndez, española, 38 años
Jorge Rodríguez Casanova, español, 22 años
Luis Rodríguez Castell, español, 40 años
María de la Soledad Rodríguez de la Torre, española, 42 años
Ángel Luis Rodríguez Rodríguez, español, 34 años
Francisco Javier Rodríguez Sánchez, español, 52 años
Ambrosio Rogado Escribano, español, 56 años
Cristina Romero Sánchez, española, 34 años
Patricia Rzaca, polaca, 7 meses
Wieslaw Rzaca, polaco, 34 años
Antonio Sabalete Sánchez, español, 36 años
Sergio Sánchez López, español, 17 años
María Isabel Sánchez Mamajón, española, 37 años
Juan Antonio Sánchez Quispe, peruano, 45 años
Balbina Sánchez-Dehesa Francés, española, 47 años
David Santamaría García, español, 23 años
Sergio dos Santos Silva, brasileño, 28 años
Juan Carlos Sanz Morales, español, 33 años
Eduardo Sanz Pérez, español, 31 años
Guillermo Senent Pallarola, español, 23 años
Miguel Antonio Serrano Lastra, español, 28 años
Rafael Serrano López, español, 66 años
Paula Mihaela Sfeatcu, rumana, 27 años
Federico Miguel Sierra Serón, español, 37 años
Domnino Simón González, español, 45 años
María Susana Soler Iniesta, española, 46 años
Carlos Soto Arranz, español, 34 años
Mariya Ivanova Staykova, búlgara, 38 años
Marion Cintia Subervielle, francesa, 30 años
Alexandru Horatiu Suciu, rumano, 18 años
Danuta Teresa Szpila, polaca, 28 años
José Luis Tenesaca Betancourt, ecuatoriano, 17 años
Iris Toribio Pascual, española, 20 años
Neil Torres Mendoza, ecuatoriano, 38 años
Carlos Tortosa García, español, 31 años
María Teresa Tudanca Hernández, española, 49 años
Jesús Utrilla Escribano, español, 44 años
José Miguel Valderrama López, español, 25 años
Saúl Valdez Ruiz, hondureño, 44 años
Mercedes Vega Mingo, española, 45 años
David Vilela Fernández, español, 23 años
Juan Ramón Zamora Gutiérrez, español, 29 años
Yaroslav Zojniuk, ucraniano, 48 años
Csaba Olimpiu Zsigovski, rumana, 26 años