viernes, 9 de julio de 2010

El desacato y la marcha catalanista de mañana. Por Antonio Casado

Si lo del sábado en Barcelona no es insumisión institucional se le parece mucho. Un derecho, el de manifestación, frente a un deber, el de cumplir la ley y respetar las reglas del juego. Dos deberes atropellados en este caso.

Más allá de las contrariedades de partido, cada uno las suyas, en función de sus intereses electorales, la doble cabecera de la manifestación de mañana no expresa ni de lejos el debido acatamiento del reciente fallo del Tribunal Constitucional sobre el Estatut.

A las pruebas me remito: “Som una Nació. Nosaltres decidim” (“Somos una nación. Nosotros decidimos”), junto a los presidentes de la Generalitat, José Montilla, y del Parlament, Ernest Benach, envueltos en la senyera. Y todo ello, en “primera cabecera” y “segunda cabecera”, según el difícil acuerdo alcanzado ayer por los representantes de las entidades participantes en la marcha.

Si colgamos el sambenito del desacato a otros gobernantes autonómicos que se declaran incompatibles con la Ley del Aborto, como Valcárcel, Aguirre o Sanz, con la misma vara de medir hemos de analizar el llamamiento de los gobernantes de Cataluña a la protesta popular. Se protesta contra un recorte del Estatut decretado por el alto tribunal en una sentencia que, entre otras cosas, viene a recordarnos que en España solo hay una nación. Un principio constitucional inequívocamente contrariado en el lema elegido para la manifestación.


Organizar la cabecera

Aunque oficialmente está convocada por la plataforma Omnium Cultural, con la expresa adhesión de 500 entidades, la manifestación servirá para que los partidos políticos sigan retratándose en clave electoral, como ya ocurrió con las primeras valoraciones al fallo de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut. A este respecto, son muy elocuentes las discrepancias de las últimas horas sobre el modo de organizar la cabecera en función de tres elementos: el abanderado (Montilla, solo o acompañado), la senyera y el lema.

Artur Mas quería mensaje y Montilla no. Montilla quería sólo senyera y Omnium quería lema y senyera. Detrás de la senyera, ¿sólo los representantes institucionales o también los líderes políticos? Alicia Sánchez Camacho (PP) afea la conducta del president por querer encabezar una manifestación en la que, dice, van a predominar las banderas independentistas. Según el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, si sólo hay una senyera abriendo la marcha, “aquello va a parecer una fiesta de pueblo”. Joan Puigcercós (ERC) arremete contra CiU y el PSC porque su lucha por el poder siembra la división en el frente de rechazo a la sentencia.

O sea, que aquí cada cual trata de encontrar la forma de convertir el agravio a la “dignidad de Cataluña” en bonus para las urnas del otoño, ante las que Montilla ha decidido ser más nacionalista que nadie y acusar a su partido, el PSOE, de dejarse comer la moral por el PP. No entiende que un partido cuya ejecutiva se llama “federal” no defienda el federalismo. Bueno, tampoco se entiende que alguien que se llama socialista ejerza de nacionalista. Qué cosas.


El Confidencial - Opinión

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