viernes, 25 de junio de 2010

Del éxito de Camacho y el cinismo ‘progre’ con el burka. Por Antonio Casado

Tantos meses, por no decir años, dándonos la matraca con eso de que son los campeones en la defensa de la igualdad y la dignidad de la mujer, y ahora ha tenido que venir el Partido Popular a poner en evidencia la demagogia y el cinismo del Gobierno con una moción en el Senado, aprobada ayer con los votos de este partido, CiU y UPN, que insta al Gobierno a prohibir el burka y el niqab en todos los espacios públicos en nuestro país.

La iniciativa partió de la senadora del PP y líder y candidata de este partido en Cataluña, Alicia Sánchez Camacho, que ayer en la Cámara Alta ofreció toda una lección de feminismo bien entendido frente a la hipocresía socialista. Un éxito notable, entre otras cosas porque ha puesto en evidencia, no solo ese cinismo en el que ahora profundizaremos, sino también la debilidad extrema de este Gobierno que debería estar haciendo las maletas a la vista de lo solo que se está quedando en el Parlamento y, sobre todo, en la calle.


Verán, tan cerca como el día anterior a esta votación, el PSOE llegaba a un acuerdo con CiU y con ERC para que votaran en contra de la moción del PP y ésta no saliera adelante. Aún así, me consta que la presidenta del PP catalán era consciente de la importancia del debate y de que, pasara lo que pasara en la votación, su obligación era defender esa moción con la firmeza de quien se sabe con la razón de su parte. No sé si fue la contundencia del discurso de Sánchez Camacho, o que el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, está realmente dispuesto a hacérselas pasar mal al Gobierno, o que los catalanes querían hacer un gesto hacia el PP de cara a las elecciones autonómicas -no es baladí que la moción la protagonizara Sánchez Camacho-, pero el caso es que CiU cambió a última hora de opinión y votó a favor de la moción del PP, que obliga ahora al Gobierno a legislar en esa dirección, es decir, en la de la prohibición del burka y el niqab en todos los espacios públicos.

Libertad Religiosa vs Igualdad

Pero es más, una vez puestos de acuerdo ambos partidos en prohibir el uso de estas prendas, ahora también quieren decidir en qué ley debe incluirse esta prohibición, y no será en la mal llamada Ley de Libertad Religiosa como en su momento propuso Caamaño, sino en la Ley de Igualdad que es, en efecto, la que debe englobar esta prohibición por una razón muy simple: la prohibición del uso del burka y el niqab no se sustenta en razones religiosas, ni mucho menos, sino en razones estrechamente ligadas a la dignidad de la mujer o, en este caso, a la indignidad y humillación extrema que supone llevar dos prendas destinadas a taparlas a los ojos de los demás, hasta el punto de poder provocarles daños físicos importantes. Y es aquí donde sorprende que los campeones de la igualdad, estos que han ido presumiendo -Rodríguez el primero- de feminismo combativo y de defensa de los derechos civiles, a la hora de la verdad den muestras de una debilidad repugnante cuando de verdad se trata de poner sobre la mesa la dignidad de la mujer frente a un fanatismo que la humilla y la discrimina.

¡Ah! Que de lo que se trata, realmente, no es de ir contra el burka, sino de ir contra la Iglesia Católica…. Acabáramos. Lo que realmente le molesta a este Gobierno de progres de pacotilla y falsos feministas -todavía tiene que explicarnos la ministra Aído por qué bajo su mandato se han multiplicado los casos de violencia de género, y qué ha hecho para evitarlo, pero ya les adelanto yo que nada porque solo estaba preocupada en impulsar el asesinato masivo de seres indefensos en el seno materno-, lo que le molesta, digo, es que le hayan estropeado una de las perchas sobre la que iba a colgar esa Ley pensada para soliviantar los ánimos de los católicos y enardecer así, de paso, los instintos totalitarios de toda esa izquierda radical y semi-fascista que está esperando el más mínimo motivo para arremeter contra los curas, que es con lo que de verdad se divierten y se lo pasan chupi.

El ‘cabreo’ -con perdón- de los socialistas era ayer manifiesto, y hasta la número tres socialista, la líder galáctica Leire Pajín, se tuvo que empeñar en descalificar por electoralista y demagógica la propuesta del PP. Pero lo que de verdad es demagógica es esa postura complaciente de los socialistas con una actitud tan denigratoria para la mujer, tan brutalmente atentatoria de su dignidad y tan escandalosamente destructora de su integridad física y moral -¿qué es lo que une tanto a esta izquierda montaraz con el islamismo radical?-. Y lo que es electoralista y demagógico es que la líder intergaláctica explique que no es bueno prohibir el burka porque con la actual legislación ya es suficiente -a la vista está que no-, y por el contrario estén dispuestos a sacar adelante una Ley de Libertad Religiosa dirigida única y exclusivamente a prohibir el uso de símbolos cristianos en espacios públicos, cuando en este país ya existen leyes e incluso una Constitución que limitan ese uso. Luego, en que quedamos, ¿es o no es suficiente, o solo lo es en función de lo que le interese a la galáctica Pajín?

Lo que está claro es que el PSOE actúa, como siempre, desde el más profundo y destructivo sectarismo, desde una posición totalitaria y fascista propia de regímenes caudillistas como el de Chávez, pero no lo hace desde un verdadero deseo y afán de proteger a la mujer y de luchar por su igualdad. Por eso Sánchez Camacho les ha dado una lección, una verdadera lección de feminismo del bueno, y no de demagogia barata y populismo todo a cien.


El Confidencial

0 comentarios: