domingo, 23 de mayo de 2010

¿Rubalcaba for president?. Por José María Carrascal

AHORA resulta que Rubalcaba es un genio. El tío más inteligente del mundo. El que las ve venir y, cuando llegan, tiene las medidas apropiadas. La perla del gabinete. El que está acabando con ETA, etcétera.

Pero entonces, ¿por qué se prestó a la farsa macabra de la negociación con la banda terrorista? ¿Por qué aquel traslado de De Juana a San Sebastián, para que pudiera ducharse con su novia en plena huelga de hambre? ¿Creía de verdad que esa «negociación» iba a «traer la paz al País Vasco» como decía su jefe? Si las ve venir, ¿no sabía que ETA no está interesa en la negociación sino en la rendición del Estado español? Si tiene previstas las medidas adecuadas, ¿cómo es que se produjo el atentado de la T4, incluso después del aviso previo?

Por no hablar ya de la crisis económica. ¿Es que tampoco la vio venir, es que creía que no iba con nosotros, es que pensó que las medidas que ha venido tomando el Gobierno del que forma parte bastaban para contrarrestarla? ¿No lo vio o, sencillamente, decidió callarse? Si fue lo primero, no es tan inteligente como dicen. Si, lo segundo, no tiene madera de líder. Solbes, al menos, decidió largarse al darse cuenta de que no había forma de convencer al jefe de que se equivocaba. Rubalcaba no lo hizo cuando se equivocaba con ETA y con la crisis. Le comparan con Fouché. Quien lo dice demuestra ignorar al que fue figura señera de la revolución, del bonapartismo y de la monarquía.

Nadie le niega los éxitos actuales. Pero tampoco son excepcionales. Cuando él llego al Ministerio, ETA estaba ya contra las cuerdas. Lo decía el propio Gobierno, para justificar la negociación con ella, que le permitió reorganizarse y volver a matar. Ha bastado volver a la política anterior de acoso policial y judicial, de coordinación con los servicios de inteligencia extranjeros, especialmente los franceses, y de negar a los terroristas toda esperanza mientras no depongan las armas, para que su margen de maniobra se haga cada vez más estrecho, para que su actividad criminal disminuya y las detenciones se sucedan. La salida del poder de los nacionalistas en el País Vasco y la llegada a su Consejería de Interior de un hombre dispuesto realmente a combatir a ETA, dando a la Erzaintza plenos poderes para ello, ha hecho el resto. Pero en esto último ha colaborado decisiva y desinteresadamente el PP, sin el que el vuelco de poderes allá arriba no se hubiera realizado.

Quiero decir con todo esto que Rubalcaba no está haciendo nada del otro mundo. Está, sencillamente, cumpliendo con su deber. Lástima que no lo hubiera hecho desde el principio. ¡Cuántos dramas nos hubiéramos ahorrado!

Otra cosa es que se esté montando su candidatura a la presidencia, visto que Zapatero está acabado. ¡Hombre, mejor que Zapatero, cualquiera! Pero no creo que alguien que ha mentido y tragado tanto sea el más indicado para sacarnos del foso en el que él, entre otros, nos han metido.


ABC - Opinión

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