sábado, 8 de mayo de 2010

Conspiración contra España. Por Edurne Uriarte

Nuestro fiscal general, Cándido Conde-Pumpido, no tiene intención alguna de investigar el fantástico enriquecimiento de José Bono, seguramente porque un progresista como él cree firmemente que cuando es un socialista el que se hace millonario, lo hace honradamente. A cambio, nuestro fiscal ha puesto en su punto de mira a los especuladores criminales que atacan España, la «criminalidad económica» que dice él, tras su segunda incursión política esta semana, primero para respaldar a Bono y después para apoyar judicialmente al Gobierno en la identificación de los culpables de la debacle económica nacional.

Lo que convierte en objetivos de este fiel escudero del Gobierno a todos los millones de españoles que tienen sus ahorros en bolsa, no sólo a los facinerosos inversores extranjeros. Por especular con su dinero, hay que ser criminal, e intentar protegerlo haciendo caso omiso de los mensajes de Zapatero sobre la estupenda situación económica de nuestro país.


El fiscal general contra el mercado y contra el capitalismo es la última variante de la disparatada estrategia gubernamental de inculpar a una conspiración capitalista de nuestros problemas económicos. Especuladores criminales que complementan a los antipatriotas de antaño. Y a los que se unen los del orgasmo. Y es que un columnista amigo de Zapatero ha hecho gran fortuna entre los suyos con lo del orgasmo, el orgasmo de Montoro cuando comenta las cifras de paro, ha escrito el excitado columnista. Los antipatriotas del orgasmo, explican desde el Gobierno, se alían ahora con los criminales de la bolsa. Y van de éxtasis en éxtasis erótico contradiciendo las valoraciones económicas del Gobierno.

«España está en situación de emergencia y Zapatero debe decirlo», acaba de afirmar Felipe González. Cabe temer que lo investigue Conde Pumpido e incluso que lo acusen de indecencia sexual.


ABC - Opinión

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