jueves, 11 de febrero de 2010

Rajoy, populista, y Zapatero, inasequible al desaliento. Por Antonio Casado

Gobierno insolvente y oposición populista. Coordenadas de un debate político secuestrado por la crisis económica. Del cómo y el cuándo salgamos del agujero depende la respectiva suerte del titular, Rodríguez Zapatero, y el aspirante, Mariano Rajoy, en la lucha por el poder. Los dos tienen la mirada puesta en el calendario. El titular confía en que la recuperación de la economía se adelante a la fecha de las elecciones generales (marzo 2012). Y el aspirante confía en que la fecha de las elecciones se nos eche encima antes de salir del agujero.

Tan simple como eso. A partir de ahí entenderemos las miserias de un debate tan pobre. Como el primero de este periodo de sesiones que ayer protagonizaron en el Congreso los primeros actores del drama. Los dos con la marca de la casa. Cada uno la suya, claro. Zapatero, inasequible al desaliento: “España está a punto de salir de la recesión”. Y Rajoy, en su papel de agorero: “Ha dilapidado usted todo el crédito que teníamos”.


Sin dejar de contar las hojas que van cayendo del calendario, el presidente nos dice que estamos a punto de salir del túnel. Como lo ha anunciado ya veinte veces, se ha equivocado al menos en diecinueve. Sin contar las numerosas ocasiones perdidas de reconocer la gravedad de la crisis desde sus inicios en 2008, que es cuando se empezó a desembalsar el dinero público de forma insensata. Al principio, como lubricante electoral. Y después, como herramienta fungible contra la crisis.

Poco rigor

Al echar las cuentas del fenecido 2009 nos habíamos ido a un déficit fiscal equivalente al 11.4 % del PIB. Y entonces Zapatero decide desandar el camino recorrido hasta un minuto antes de anunciar su plan de austeridad. Tijeretazo al canto ¿Se equivocaba el Gobierno al gastar tan alegremente hasta hace un minuto o se equivoca cuando un minuto después cuando promete que el recorte alcanzará los 50.000 millones de euros hasta 2013? También es inevitable la pregunta ante el enésimo anuncio de que las cosas empiezan a mejorar ¿Por qué habría de acertar ahora después de haberse equivocado tantas veces?

Debate con trampa. Zapatero habla de recuperación pensando solo en el crecimiento. Y eso le permite decir que “no estamos peor que hace seis meses”. Pero guarda un silencio interesado respecto a los otros dos elementos que definen la marcha de la economía nacional: el desempleo y el ya mentado agujero de las cuentas públicas. En lo uno y en lo otro estamos mucho peor que hace seis meses, aunque tampoco estas precisiones aparecen en el debate. A Zapatero no le interesa porque la autocrítica no forma parte de su discurso. Y Mariano Rajoy ha caído en una deriva populista que necesita de las malas noticias para seguir utilizando la crisis económica para desgastar a Zapatero.

“Ha dilapidado usted todo el crédito que teníamos”, le dijo ayer, con el habitual acompañamiento de pedradas verbales: poca credibilidad, precipitación, improvisación, ocurrencias, etc. Pero muy poco rigor. Por ejemplo, en su desacertada alusión al nivel de deuda actual comparado con el de la época del Gobierno del PP, cuya media (1996-2003) fue del 59%. En su nivel actual, que es el peor del reinado socialista, la deuda ha alcanzado el nivel del 55%.Y la media de estos cinco últimos años (2004-2009) ha sido del 43%, 16 puntos menos que en la época de Aznar.


El Confidencial - Opinión

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