miércoles, 1 de abril de 2009

La foto de Chacón que levanta ampollas entre los mandos del Ejército

Los mandos militares están reenviándose por correo electrónico una foto oficial en el que una militar ayudante de Carme Chacón le lleva sus prendas personales en el transcurso de una visita oficial reciente. La foto está distribuida oficialmente por el departamento de Comunicación del Ministerio de Defensa en el acto de despedida de los dos últimos buques españoles que relevarán a la fragata ‘Victoria’ en Somalia. Y a los militares españoles no se les ha pasado por alto un detalle que capturó el objetivo y que se está distribuyendo por la red de correo ministerial.

En la imagen se puede observar que Chacón está conversando con el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, Manuel Rebollo. Los uniformes contrastan con el traje de la ministra, pero especialmente el de la edecán femenina que acompaña a la comitiva. En su brazo izquierdo lleva colgado el abrigo y el bolso de la titular ministerial. La imagen ha sido publicada por El Confidencial Digital.

El texto que acompaña a la instantánea que se incluye en el correo indica que la ayudante es la Capitán Correas, perteneciente al Ejército del Aire, e irónicamente se apunta que se trata de “toda una tarea para un oficial, que como sabemos es un profesional cualificado”.

Otros comentarios recogidos por El Confidencial Digital del texto continúan con el mismo tono: “Hay que agradecer a la Ministro, la integración de la mujer en las FFAA españolas de las que ahora se cumplen 20 años, representada por tan singular testimonio” o “gracias por la transformación de nuestras Fuerzas Armadas, profesionales al servicio de la paz y de la democracia”.

Periodista Digital

Carta Abierta a Gorriarán y acólitos. Por "El Pichi"

Sobre tu justificación escrita el 30 de marzo de 2009 en tu blog.

(algunas refutaciones a ciertas falacias que pueden ser muy populares)

Falacia de la equiparación Partido-Estado: El partido debería “aplicar internamente” los criterios de “democracia y pluralidad” del programa electoral. No es así: el programa del partido está concebido para reformar las instituciones básicas del Estado, comenzando por la Constitución, no para “reformarse” a sí mismo.

Se supone que esa reforma de Instituciones y Constitución, pretenden acercar las instituciones del estado, lo más posible a la demanda del elector, A NUESTRA IMAGEN Y SEMEJANZA. ¿Ha quedado obsoleto el predicar con el ejemplo, como recomendaba Pablo Iglesias y optamos las enseñanzas de los obispos del “has lo que ellos te digan, no lo que ellos hagan"?

Un partido democrático no es un Estado en miniatura, sino una entidad completamente diferente : una asociación de finalidad política, a la vez pública y privada,

Veamos, aceptamos una asociación de finalidad política cuya labor ha de ser pública, de lo contrario estaríamos en una posible secta que no se ajustaría a la Ley Orgánica 6/2002, de 27 de junio, de Partidos Políticos. Aunque sus miembros tengan vida privada FUERA del trabajo del partido, circunstancia que cambia, bastante, si ostentase un cargo público-(Posado Moncloa).

formada por personas que comparten un ideario y un programa, por lo que el gobierno del Estado democrático no sirve como modelo para el gobierno de un partido.

¿Se predica con el ejemplo o nos acercamos al modelo Zapateril, de decir una cosa y hacer otra? Esta pregunta es la que hay que debatir en el Congreso fundacional.

Falacia de la confusión partido-sociedad e incomprensión de la transversalidad:
“Como no puede ser de otra manera, las mismas propuestas que consideramos válidas para ofrecerlas a la sociedad en nuestro programa electoral han de guiar nuestra práctica democrática interna”. Sí puede ser de otra manera, y además debe serlo: por poner un ejemplo sencillo, el partido no tiene por qué adoptar el sistema electoral que proponemos para las elecciones generales en sus elecciones internas, ni tiene que replicar todas y cada una de las instituciones del Estado con sus réplicas partidarias (desde la policía a la Seguridad Social). Un partido propone una política para toda la sociedad en su conjunto, no para esa sección especial y limitada que es uno de los partidos políticos que existen en su seno. La argumentación sobre la “confluencia de voluntades fruto de la transversalidad y de la carencia de dogmas” es puro parloteo. La transversalidad no es “carencia de dogmas”, sino reconocimiento de que somos un partido con personas con ideas distintas en ciertas materias, no con ideas indiferentes, intercambiables o inexistentes. La “sana pluralidad”, como la “gestión de la diversidad”, no son ilimitadas ni infinitamente elásticas, sino limitadas a quienes comparten el proyecto político que da sentido al partido, nunca al revés. No tiene ningún sentido fundar un partido sólo para experimentar los goces de la pluralidad y la diversidad.

1º.- Para no parlotear y saber hablar de Transversalidad, mirese de abajo arriba.

2º.- Para los limitados como yo, nos basta con saber: “Que en la simplificación mecánica de lo humano, la mayoría de las ideologías se establecen de forma dialéctica, por oposición entre ellas, hasta llegar al maniqueísmo habitual que caracteriza la mayor parte de los discursos que fluyen por los parlamentos occidentales. Sin embargo, se puede comprobar que [b]la bipolarización política existente es absolutamente irracional, pues impide que un partido conservador adopte decisiones de progreso, y que un partido de izquierdas decida medidas conservadoras”. Sintetizando más aún: La transversalidad, es la perogrullada de la utilización de la lógica natural-(en nuestro caso occidental)-en el análisis de la mejora del nivel de vida de la sociedad, sin sectarismos predeterminados ni intención de prebendas legisladas-(jubilaciones de políticos).

3º.- No puede descortezarse y dejar entrever el pelo de la dehesa; cuando habla de la confusión de partido-sociedad. El partido es una herramienta de trabajo de una parte de la sociedad y no un fin en sí mismo. Es la filosofía, de esa parte de sociedad que se autoimpone la formación de un PARTIDO NUEVO, la que ha de conformar el partido. Cuando se nos prometió un partido nuevo, algunos creímos que estos conceptos se daban por sabidos. Ya se ve, a todas luces, nuestra equivocación, no solo se hurta el debate sino que se prioriza, hasta en el enunciado, Partido- sociedad en vez de sociedad-partido, imitando, a peor, a los partidos ya existentes. El gran error es creer que un partido, de proyección nacional, se puede manejar como una Asociación Civil regional; como Basta YA.

Una estructura asamblearia por territorios y sin dirección política ... porque no hay proyecto político común: la estructura orgánica que propone la enmienda a la totalidad dibuja un partido con:
a) - una estructura basada en la prioridad de los representantes de territorios sobre la de afiliados: pasamos a ser una suma de partidos autonómicos. La conversión del Portavoz en Coordinador General es coherente con esa idea de la coordinadora de coordinadoras territoriales.
b) – un partido sin equipo de dirección de un proyecto coherente: la idea de elegir la dirección por listas abiertas elimina la posibilidad de votar a equipos, obliga a los aspirantes a formar parte de la dirección a volcarse en campañas internas para ser votados por afiliados en todas las CCAA, y produce una dirección por cuotas de territorios o familias políticas semejante a las que tienen los partidos y sindicatos tradicionales.
c) – pérdida de poder de los afiliados: en la enmienda se les priva de la posibilidad de elegir a la dirección, instaurándose el sistema de intermediarios de los partidos tradicionales. Con delegados al Congreso elegidos en las CCAA con su cuota proporcional, investidos de la cualidad de únicos electores
del partido, el resultado es, pese a toda la verborrea sobre más democracia interna y nuevo partido, idéntico al modelo del PSOE o el PP.
d) – La elección universal del Coordinador General convierte a éste en una figura sin posibilidad de elegir su equipo de dirección, y condenado al ejercicio de un papel arbitral y moderador entre los grupos del CD y del CP que abona la reproducción automática del chalaneo y el pacto entre grupos de presión como sistema de gobierno del partido.

Es muy evidente el desconocimiento, por parte de Ud y sus acólitos de Michel Robert, unas pinceladas del 1.914
...En teoría, el dirigente es apenas un empleado comprometido a cumplir las instrucciones que recibe. Debe atender las órdenes de la masa, de la cual no es sino el órgano ejecutivo. Pero en realidad, a medida que la organización aumenta en su magnitud, esta dependencia se hace totalmente ficticia. Los miembros deben abandonar la idea de que conducen o supervisan siquiera la administración total, y están obligados a dejar estas tareas en manos de personas fidedignas designadas especialmente para ese fin: en manos de funcionarios asalariados. Esto responde a la verdadera necesidad de que un simple empleado llegue gradualmente a “líder”, y adquiera una libertad de acción que no debiera tener. El jefe se acostumbra, así, a resolver cuestiones importantes con su propia responsabilidad, y a decidir diversos asuntos relativos a la vida del partido sin intentar consulta alguna a la masa. Es obvio que el control democrático sufre de este modo una disminución progresiva, y se ve reducido finalmente a un mínimo infinitesimal.
En todos los partidos socialistas
hay un aumento continuo del número de funciones sustraídas a las asambleas electorales y transferidas a las comisiones ejecutivas. De esta manera levantan un edificio poderoso y complicado.

Causas psicológicas del liderazgo

…….La costumbre se hace un derecho. Quien se ha desempeñado durante cierto tiempo el cargo de delegado termina por considerar que ese cargo es propiedad suya. Si se le niega la reelección amenaza con represalias (la amenaza de renuncia es la menos grave entre todas escrito sin pensar en el 28-M de 2.009) que tenderán a sembrar confusión entre sus camaradas, y esa confusión continuará hasta que salga victorioso.
La necesidad de liderazgo que experimenta la masa

…….La masa tiene una pasión incurable por los oradores distinguidos, por los hombres de gran renombre, y si no puede obtenerlos insiste al menos en un diputado. Los líderes de las posiciones más altas viven entorpecidos por los cargos honoríficos que llueven sobre ellos. Una de las características de los partidos democráticos modernos es la acumulación de cargos.


La gratitud política de las masas

Hay otro factor, de aspecto moral más importante, que contribuye a la supremacía del líder: es la gratitud que experimenta la multitud hacia quienes hablan o escriben en su defensa. La masa alienta una gratitud sincera hacia sus líderes, y considera que esa gratitud es un deber sagrado. Por lo general ese sentimiento de gratitud se manifiesta en la reelección continua de los líderes que lo han merecido, con lo que el liderazgo por lo común se hace perpetuo.

La adoración de los conductores por los conducidos es latente, por lo común. Se revela por signos apenas perceptibles, tales como el tono de veneración con que suele ser pronunciado el nombre del ídolo, la perfecta docilidad con que obedecen al menor de sus signos, y la indignación que despierta todo ataque crítico a su personalidad.


La situación de los líderes en relación con las masas, en la práctica

....La acumulación de poder en las manos de un número restringido de personas da lugar, por fuerza, a muchos abusos. El “representante”, orgulloso de su condición de indispensable, se transforma con facilidad de servidor en amo de su pueblo. Los líderes, que en un principio estaban sujetos a obligaciones hacia sus subordinados, a la larga llegan a ser sus señores. El mismo partido que lucha contra la usurpación de la autoridad constituida del Estado, se somete, como por necesidad natural, a las usurpaciones de sus propias autoridades constituidas. Las masas están mucho más sujetas a sus líderes que a sus gobiernos, y soportan abusos de poder de los primeros, que nunca tolerarían a estos últimos.

La lucha entre los propios líderes

…. Esta promoción de nuevos líderes supone siempre el peligro, para los que ya están en posesión del poder, de verse obligados a dejar su lugar a los recién venidos. Por eso el viejo líder debe mantenerse siempre en contacto con las opiniones y sentimientos de las masas a las que debe su situación.

La apariencia de acatamiento a la masa, que los líderes manifiestan, llega a adquirir formas de demagogia en el caso de los más débiles y los más astutos. Los demagogos son los cortesanos de la voluntad popular. En lugar de elevar a las masas hasta su propio nivel descienden al nivel de éstas.

……Los líderes llegan al extremo de ejercer una censura sobre todos aquellos colegas de quienes sospechan inclinaciones rebeldes. Los líderes de lo que podríamos llamar “el gobierno” siembran en la mente de las masas desconfianza hacia los líderes de la “oposición” al calificarlos de incompetentes y profanos, y acusarlos de charlatanes, corruptores del partido, demagogos y farsantes, en tanto que en nombre de la masa y de la democracia se presentan como exponentes de la voluntad colectiva, y exigen la sumisión de los insubordinados, y aun de los camaradas simplemente descontentos.


Puedo asegurar que Michels no lo escribió pensando en Uds.


Identificación del partido con el líder

….Si el líder es atacado personalmente, su primera preocupación es hacer que parezca que el ataque se dirige contra el partido en su totalidad.

El despotismo de los líderes no proviene solamente de un ansia vulgar de poder ni del egoísmo incontrolado, sino que muchas veces es resultado de la creencia profunda y sincera en la propia valía y en los servicios prestados a la causa común.

Cuando en cualquier organización la oligarquía ha alcanzado un estado avanzado de desarrollo, los líderes comienzan a identificar consigo, no sólo las instituciones partidarias, sino también la propiedad del partido. Este fenómeno es común tanto en el partido como en el Estado.

La falacia de las personas “más conocidas” como las más idóneas: la afirmación “preferimos las candidaturas personales mejor que las listas, que siempre se prestan a favorecer un esquema de funcionamiento basado en los grupos, corrientes y en el favor del aparato”, puede tacharse de típicamente populista. En primer lugar, la conformación de equipos, que siempre son grupos, permite promover a personas no muy conocidas por los afiliados, pero idóneas por su capacidad, experiencia y conocimientos especializados. Un grupo seleccionado única o básicamente por el criterio de “conocimiento” público, premia a quienes se dedican a ser conocidos y penaliza a quienes se dedican a una labor más discreta o compleja, y alejada de los focos.
La falacia final de que la novedad del partido sea una consecuencia del estilo de liderazgo que integre “las aportaciones libres y plurales, donde cada persona elegida lo sea por méritos propios y no por estar incluida en una lista”. Por el contrario, el liderazgo lo es en la medida en que encarna un proyecto político nítido y creíble. Lo que excluye muchas posibles aportaciones “libres y plurales” si son incompatibles con ese proyecto político. Por ejemplo, “aportaciones” para que UPyD apoye el socialismo autogestionario, el derecho de autodeterminación para las CCAA o la alianza de civilizaciones. Sin duda, aportaciones tan libres y plurales como ajenas a nuestro proyecto político.

El que hace se hace y Ud se ha hecho con esta estafa intelectual, que no merece la pena rebatir. Se rebate por sí sola.
"Lo que pasa es que esos mismos críticos no parecen capaces, como tampoco Rajoy, de entender el fondo del problema y ofrecer una alternativa real al hiperliderazgo presidencialista, perfectamente expresado estos días en la pretensión de Rajoy de nombrar en persona a toda la cúpula dirigente del partido, de modo que el Congreso del PP se limite a ratificar sus decisiones. Eso, o echarle. No es un abuso de Rajoy, es la consumación del modo de obrar consecuencia del presidencialismo. Una especie de monarquía primitiva donde el reinado del monarca pende totalmente de su capacidad para dar la victoria a su corte y todas las ventajas del poder.
CMG

"Regenerar la democracia es uno de los objetivos fundamentales del nacimiento de Unión Progreso y Democracia. Creemos que el sistema actual de partidos está caduco, agotado. Los ciudadanos ven a los partidos políticos como una especie de cártel, de club de intereses en el que los dirigentes discuten entre ellos de sus cosas, lejos la mayor parte de las veces de las cosas que afectan al conjunto de los ciudadanos. Ese desafecto entre la ciudadanía y la política es creciente y de no atajarlo, lejos de ser un problema coyuntural, acabará debilitando el propio sistema democrático.

…..Porque si los ciudadanos “pasan” de política, la política queda en manos de aquellos que no la necesitan para seguir dirigiendo el mundo; y eso termina afectando la calidad de nuestra democracia. Por eso insisto: hay que cambiar los partidos para cambiar la política; y hay que cambiar la política para cambiar la sociedad. Eso es la regeneración democrática."

Rosa Díez, 9 de mayo de 2008

Ciudadanos en la Red

Este Vídeo ha sido "capado" alrededor del minuto 1':10". Justo cuando Rosa Diez pedía: "listas abiertas para las generales y en las elecciones internas de los partidos". Son cosas del estalinismo. Los que caían en desgracia, eran borrados de la foto. En este caso se borran las palabras que no convienen a la estrategia actual de UPyD.



¡¡ Los comentarios de "El Pichi" están en este mismo color !!

El Facebook de ZP

Las lecciones que necesita Zapatero. Por Emilio J. González

«Si ahora Zapatero se empeña en creerse su propia película acerca de la recuperación, estamos perdidos. Quizá MAFO debería darle las muchas lecciones de economía que aún le faltan.»

Zapatero es incorregible. Con la que está cayendo en las cajas de ahorros, el presidente del Gobierno se atreve a pronosticar que la recuperación de la economía española está en puertas cuando –por lo que dice el gobernador del Banco de España al advertir que serán necesarias nuevas intervenciones en entidades crediticias– esto no ha hecho más que empezar. La realidad, por tanto, nuevamente contradice a ZP, pero esto no es lo malo; lo malo es que sigue sin aprender las lecciones básicas para superar la grave situación actual: la lección económica y la lección política.


Lo que dice la lección económica es que, en estos momentos, está llegando a España la segunda oleada de la crisis, la que puede poner las cosas todavía peor si cabe. Y es que tanto cierre de empresas, tanto despido y tanta crisis del sector inmobiliario están disparando las cifras de morosidad y poniendo contra las cuerdas a las entidades crediticias, sobre todo a aquellas cajas de ahorros pequeñas y medianas que tienen una concentración muy elevada de riesgos con créditos a promotores y con préstamos hipotecarios. Sin embargo, esto no es una sorpresa. Por el contrario, era algo previsible, sobre todo teniendo en cuenta los elevados niveles de endeudamiento familiar y empresarial, un endeudamiento financiado esencialmente con recursos del exterior que hoy no existen. Pero también era algo previsible por la propia dinámica de las crisis, puesto que en cuanto éstas hacen acto de presencia, comienzan los problemas en las empresas, los despidos y, en consecuencia, los impagos. Por tanto, no se trata de nada nuevo ni desconocido, sino de la propia lógica de la economía que el Gobierno ha ignorado por completo y ahora pasa lo que pasa: que hay que intervenir cajas de ahorros, lo que va a restringir todavía más un crédito cuya recuperación es imprescindible para que España pueda pensar en salir de una dura crisis que va para largo. Sin embargo, parece que el manual de introducción a la economía de Zapatero no incluye esta lección, o él la ha pasado por alto deliberadamente para no tener que afrontar la realidad, como los adolescentes inmaduros que viven en un mundo idílico del que no quieren salir.

Lo mismo ocurre con la lección política. Si ahora estamos en la que estamos con el sistema financiero español –ese que se suponía el más saneado del mundo según le gustaba alardear a Zapatero por todo foro internacional por el que pasaba– es porque desde el primer momento el presidente optó por negar la realidad de la crisis y actuar en consecuencia. En 2004, cuando los socialistas ganaron las elecciones, se produjo el fuerte impulso monetario que ha dado la puntilla al sistema financiero internacional, cuando tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo recortaron los tipos de interés a mínimos históricos de entonces ante el riesgo de deflación que percibían. Sin embargo, por su naturaleza aquella era una situación transitoria y, por tanto, los tipos de interés volverían a subir en cuanto el peligro de deflación se hubiera alejado y, sobre todo, en cuanto empezaran a aparecer los primeros síntomas de presiones inflacionistas. Éstos hicieron acto de presencia cuando, ese mismo año, tanto el petróleo, como los alimentos, como otras materias primas, comenzaron a aumentar con fuerza. En consecuencia, el encarecimiento del precio oficial del dinero estaba servido.

Al percibir esos signos, el Gobierno debería haber actuado, pidiendo al Banco de España más rigor en el control de los riesgos con los préstamos a familias y a promotores inmobiliarios, con el fin de limitarlos para evitar lo que ahora se está produciendo, esto es, la necesidad de intervenir entidades. Sin embargo, el Gobierno no lo hizo. Zapatero estaba encantado con una economía que iba como un cohete en términos de crecimiento y empleo, sin darse cuenta de que los motores estaban más que recalentados y a punto de estallar. Así que dejó hacer. A él lo que le gustaba era pavonearse a lo largo y ancho de Europa de que España había superado a Italia en renta per cápita y, según sus sueños, pronto iba a hacer lo propio con Francia. Así es que el Ejecutivo no actuó cuando debía y, lo que es aún peor, cuando la crisis empezó a llamar a las puertas de la economía española, siguió de brazos cruzados. ZP se empeñó en negar la realidad y, por tanto, si no había crisis, al menos en su mente, tampoco existían razones para haber actuado como tenía que haberlo hecho en su momento para evitar males mayores.

ZP, que necesitaba y necesita más de dos tardes de clases de economía, se creyó que todo se arreglaba con decir que las cosas estaban bien para alimentar expectativas positivas, y con medidas de carácter populista y electoralista que no fueron más que el despilfarro de unos recursos que hoy se echan mucho en falta. Sin embargo, como la crisis era real, por mucho que lo negara ZP, las expectativas se hundieron, la economía cayó, y sigue cayendo a plomo. Por este motivo, las entidades crediticias se ven ahogadas por la falta de financiación externa y por el creciente aumento de la morosidad. Así se gestó la segunda oleada de la crisis, que llega con una fuerza inusitada que no habría tenido de haberse hecho lo que se debía y cuando se debía. Si ahora Zapatero se empeña en creerse su propia película acerca de la recuperación, estamos perdidos. Quizá Miguel Ángel Fernández Ordóñez, además de advertir que el Banco de España va a seguir interviniendo entidades crediticias, debería darle al presidente del Gobierno las muchas lecciones de economía que aún le faltan. Claro, siempre contando con que Zapatero quiera oírlas y se deje enseñar, que esa es otra.

Libertad Digital - Opinión

RObjetivo del G-20: impulsar el crecimiento. Por Nicolas Sarkozy

El próximo jueves se reunirán en Londres, por segunda vez en tan sólo cinco meses, los dirigentes de las 20 primeras economías del mundo para tratar de aportar una respuesta conjunta a la crisis económica sin precedentes que estamos atravesando.Desde el principio de esta crisis he defendido la idea de que, ante tamaño desafío, la cooperación no es una opción, sino una necesidad. Desde el mes de septiembre de 2008, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, he estado pidiendo al mundo que se una para aportar a la crisis una respuesta coordinada y concertada. El pasado mes de noviembre, esta iniciativa, impulsada por el conjunto de los europeos, desembocó en una reunión del G-20 en Washington, en la que se sentaron las bases de una ambiciosa reforma del sistema financiero internacional. La cumbre de Londres debe permitirnos ahora ir más allá y aportar una traducción concreta a los principios establecidos en Washington.

Lo que el mundo espera de nosotros es que aceleremos la reforma del sistema financiero internacional. Lo que el mundo espera de nosotros es que reconstruyamos juntos un capitalismo renovado, mejor reglamentado, más ético y más solidario. Condición previa para una reactivación y un crecimiento sostenibles.

Pues esta crisis no es la del capitalismo. Es, al contrario, la crisis de un sistema que se aleja de los valores más fundamentales del capitalismo. Es la crisis de un sistema que ha empujado a los actores financieros a exponerse a riesgos cada vez más inconsiderados, que ha permitido que bancos especularan en vez de hacer lo que les corresponde, que es financiar el desarrollo de la economía; y, por último, es la crisis de un sistema que ha tolerado que tantos actores y que tantas plazas financieras escaparan a todo control.

En la cumbre de Washington de noviembre, nos pusimos de acuerdo sobre los cuatro principios que debían orientar nuestra acción frente a la crisis: la necesidad de una reactivación coordinada y concertada, el rechazo del proteccionismo, una mejor regulación de los mercados financieros y una nueva forma de gobierno mundial.

¿Cuál es la situación actual? Respecto a los dos primeros puntos, ya hemos avanzado mucho. Hemos sabido resistir a los demonios del proteccionismo, pues la historia nos ha enseñado que éste no hace más que agravar las dificultades. Asimismo, todos los países han apoyado masivamente sus economías, adoptando ambiciosos planes de estímulo, a los que se han unido, en aquellos países que como Francia ofrecen a sus ciudadanos un alto nivel de protección social, un importante aumento de los gastos sociales vinculados con la crisis. Si tenemos en cuenta las medidas deapoyo en su conjunto, podemos concluir que las principales economías del mundo han desplegado esfuerzos comparables y gigantescos para encarar la crisis. Dichas medidas empiezan apenas a desplegarse y a surtir efecto, pero debemos estar preparados para ir todavía más lejos si las circunstancias lo exigieran.

Hacer todo lo posible a favor del crecimiento mundial; éste es el principio que defenderé en Londres.

Pero esta semana deberemos sacar adelante, con el mismo sentido de la prioridad y de la urgencia, la cuestión de la regulación de los mercados financieros. Porque el crecimiento mundial será tanto más fuerte cuanto que se verá respaldado por un sistema financiero estable y eficaz, por un retorno de la confianza en los mercados que permitirá asignar mejor los recursos, reactivar el crédito e impulsar los flujos de capital privado de los países industrializados hacia los países en desarrollo.

La cumbre de Washington permitió definir varios principios esenciales en materia de regulación que deben ahora ponerse en práctica de manera concreta. Decidimos entonces que a partir de ahora ningún actor, ninguna institución, ningún producto financiero podría volver a escapar al control de una autoridad reguladora. Esta regla deberá aplicarse a las agencias de calificación, pero también a los fondos especulativos y, por supuesto, a los paraísos fiscales.

Respecto a este último punto, desearía que fuéramos muy lejos y que adoptáramos un documento que identifique exactamente esos paraísos fiscales, los cambios que esperamos de ellos y las consecuencias que conllevaría un rechazo por su parte. Celebro que el debate sobre los paraísos fiscales, lanzado en la cumbre de Washington, haya empezado a dar sus frutos, en particular en Europa, donde varios países han anunciado recientemente que iban a adaptar su legislación a fin de satisfacer las expectativas de la comunidad internacional.

Desearía asimismo que avanzara nuestra reflexión colectiva sobre la necesaria reforma de las normas contables y reglas cautelares que rigen los establecimientos financieros. Las normas actuales no han permitido evitar las derivas. Incluso han agravado la crisis. Lanzaré este debate, que, desgraciadamente, en muchos países no parece haber madurado lo suficiente.

Respecto al gobierno económico mundial, hace tiempo que pienso que debemos dar mayor cabida a los países emergentes, darles el lugar que corresponde a su peso y a las responsabilidades que desearía verles asumir. Ello se aplica al conjunto de las instancias internacionales, y especialmente a las instituciones financieras internacionales. Celebro la ampliación del Foro de Estabilidad Financiera, pero habrá que ir más allá. Después de la cumbre de Londres, creo que quedará por acometer un gran trabajo de renovación del sistema multilateral en su conjunto. En los próximos meses, formularé una serie de propuestas en este sentido.

Por último, debemos aportar respuestas a favor de aquellos que han sufrido de lleno el impacto de la crisis. De ahí que debamos aumentar los medios puestos a la disposición del FMI, para que éste pueda apoyar a los países con mayores dificultades. Planteé a los europeos la cuestión de nuestra contribución para atender las necesidades del FMI: los Estados miembros respondieron a este llamamiento. También planteé a nivel europeo la cuestión de nuestra contribución ante los riesgos que corren algunos de los países de Europa Central y Oriental: los Estados miembros volvieron a responder a mi llamamiento.

Pero desearía asimismo poner de relieve la necesidad, el imperativo absoluto, que constituye nuestro apoyo a los países más pobres. Han sido víctimas de esta crisis y, si no nos mostramos solidarios, algunos de ellos corren el peligro de ver cómo se desvanecen los considerables esfuerzos desplegados en el transcurso de los últimos años para alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio. Hace unos días estuve en África, donde manifesté mi convicción de que los destinos de Europa y del continente africano estaban inextricablemente ligados. Responderemos al llamamiento de África y de todos los países en desarrollo con dificultades en todos los continentes.

Estoy convencido de que el mundo puede salir más fuerte, más unido y más solidario de este periodo difícil, a condición de que ésa sea su voluntad. Soy perfectamente consciente de que no podemos cambiarlo todo de la noche a la mañana, de que nos queda mucho camino por recorrer, de que es probable que nos tengamos que volver a reunir después de Londres para culminar las reformas iniciadas. De lo que sí estoy seguro es que debemos obtener resultados concretos desde este mismo jueves en Londres. No podemos fracasar, el mundo no lo comprendería, la Historia no nos lo perdonaría.

Nicolas Sarkozy es presidente de la República Francesa.

El País - Tribuna

La codicia. Por José García Domínguez

«He ahí nuestra cruz: capear con la mayor crisis sistémica en décadas bajo el liderazgo de una casualidad ferroviaria que ni siquiera sabe leer un balance.»

Siempre que los brazos de Zapatero, de natural desmayados e inertes como todo él, mutan en un par de compulsivas guillotinas que feroces trocean en lonchas el vacío, hay que prepararse para lo peor. Ayer volvió a ocurrir. Así, tal como suelen los boxeadores sonados, al presidente le dio por administrar una somanta de cachetes a la nada mientras, solemne, recitaba otra de esas perogrulladas de patio de colegio que le son tan gratas.

Según tan contundente confesión, España va a plantarse en la reunión del G-20 con ánimo de eliminar del planeta los incentivos que provocan "la codicia", causante primera y única de esta crisis a decir del supremo jefe de los compañeros Hernández Moltó y Narcís Serra. Ya puestos, Zapatero podría liderar también un proyecto internacional para extinguir la gula, la envidia, la lujuria, la avaricia, la soberbia, la ira, la pereza y la tontería, que no otro es el octavo de los siete pecados capitales. Es más, ¿por qué no auspiciar junto a su cuate, el civilizable Erdogán, otro plan global con tal de suprimir la realidad misma, esa ingrata compañera de juegos en su gozoso universo infantil?


En fin, he ahí nuestra cruz: capear con la mayor crisis sistémica en décadas bajo el liderazgo de una casualidad ferroviaria que ni siquiera sabe leer un balance. Porque lo grave no es que viva permanentemente instalado en semejantes lugares comunes de tertulia de rebotica, en esos burdos latiguillos de barra de bar, rancios tópicos de corrala de vecinas siempre susceptibles de dar con su justo corolario en el vasto refranero patrio: la avaricia rompe el saco, no todo lo que brilla es oro, el que quiera peces que se moje el culo, etc. Lo en verdad acongojante es que se le adivine tan incapaz de aventurarse por otra línea argumental.

¿Cómo explicarle a semejante erudito que, al igual que la pólvora, la sopa de ajo o el ungüento amarillo, el concepto de riesgo moral aplicado a las finanzas resulta que ya fue inventado en su día? ¿Cómo descubrirle que el canon ordena poner coto a las depredaciones de la humana codicia obrando, mira por dónde, al revés de como ha hecho él con sus serviles regalos a la Banca? ¿Codicia, dice? ¿Cómo hacerle entender al genuino inventor del socialismo al servicio de los ricos que poesía, José Luis, eres tú?

Libertad Digital - Opinión

Un pacto del que tomar ejemplo en toda España

POCAS VECES el calificativo de histórico le cuadra tanto a una noticia como la que hoy llevamos a nuestra portada. Después de 29 años de régimen nacionalista, los dos grandes partidos nacionales españoles, PSOE y PP, han llegado a un acuerdo plasmado en once folios titulados: «Bases para el cambio democrático al servicio de la sociedad vasca». El pacto contiene todo un programa de legislatura para la regeneración política e institucional del País Vasco que será aplicado por el Gobierno que presidirá Patxi López, con el respaldo del PP en el Parlamento de Vitoria.

El primer punto del acuerdo, sin duda el de mayor trascendencia, es el de defensa de las libertades y contra el terrorismo. La redacción de sus epígrafes recuerda mucho a la del Pacto Antiterrorista firmado en su día por PSOE y PP, que saltó por los aires la pasada legislatura por la negociación de Zapatero con ETA. Ambas formaciones retoman la letra de aquel acuerdo y se comprometen a «combatir y derrotar a ETA en todos los ámbitos», a apoyar y reconocer a las víctimas del terrorismo, a impedir los homenajes a personas o grupos vinculados a la banda y a deslegitimar política y socialmente a los que amparan el terrorismo. El segundo apartado no menos importante desde el punto de vista de la cohesión del Estado es el «reconocimiento de la plena vigencia del Estatuto de Guernica como marco de la realidad política de Euskadi» y el compromiso para «completar su desarrollo de acuerdo con el Gobierno de España».Ello significa que el PSE renuncia a la reforma del Estatuto que llevaba en su programa electoral y, por tanto, a explorar la vía catalana, lo cual contribuye a quitar presión sobre la decisión del Constitucional en relación con el Estatut. Si alguien considera que exageramos al calificar de histórico el pacto PSOE-PP sólo tiene que recordar los continuos desafíos de Ibarretxe contra el Estado cocinados en Ajuria Enea.

A partir de ahora, el Gobierno vasco abandonará los debates identitarios para centrarse en políticas de respeto a la legalidad y fomento de la cohesión social, y no de la división. Un buen ejemplo de este respeto a los derechos de los vascos es el capítulo del pacto referido a la política educativa y lingüística. Patxi López se compromete a garantizar «la libre elección de lengua vehicular por los padres en la enseñanza de sus hijos». Socialistas y populares vascos se convierten así en una referencia para sus partidos en otras comunidades, como Cataluña y Baleares -que no respetan ese derecho-, o eventualmente Galicia, donde Núñez Feijóo ha apuntado algunas dudas sobre su compromiso de garantizar el bilingüismo en la educación.

Todo ello, junto al cambio también significativo en la línea editorial de EiTB, conforman en la práctica un programa de legislatura, por lo que cabe preguntarse por qué PSE y PP no han negociado un Gobierno de coalición. Sea como fuere, ambas formaciones con sus respectivos líderes a la cabeza -Patxi López y Antonio Basagoiti- han dado toda una lección de responsabilidad y generosidad políticas.Si el PP ha renunciado a cualquier cargo en la nueva Administración -únicamente tendrá la Presidencia de la Cámara- los socialistas vascos también han visto matizadas de forma decisiva sus posiciones respecto a la reforma del Estatuto. El sentido de Estado del que han hecho gala tanto el PSE como el PP -materializando lo que Mayor Oreja y Redondo Terreros intentaron hacer, pero no pudieron- debe servir de ejemplo y referencia a las direcciones nacionales de ambos partidos para la consecución de un pacto que suponga un cierre estable e incluso definitivo del Estado autonómico.

El Mundo - Editorial

La Constitución llega al País Vasco

PARTIDO Socialista y Partido Popular firman hoy el acuerdo político que permitirá la investidura directa de Patxi López como presidente del Gobierno vasco. El pacto entre ambos partidos, que hará presidenta de la Cámara vasca a la dirigente popular Arantxa Quiroga, es mucho más que un documento político de coyuntura. Después de treinta años de hegemonía nacionalista, el cambio no es sólo de gobierno, también lo es de régimen político e incluso de modelo social. Lo que socialistas y populares han convenido es dar a la Constitución su primera oportunidad para ser aplicada de verdad en el País Vasco. En esta Comunidad se habían puesto en práctica todas las fórmulas de gobierno, incluso el deleznable pacto de Lizarra entre ETA y el PNV. La única opción que nunca había podido aplicarse era la constitucional y estatutaria, que es la que hoy firmarán Patxi López y Antonio Basagoiti. El cambio es de ciclo histórico e implica cerrar el proceso de constitucionalización real del país iniciado en 1978 y garantizar al Estatuto de Guernica un autogobierno leal. Por eso, el documento de investidura de López habla de libertad, de igualdad, de convivencia, de paz y de solidaridad, mínimos constitucionales ya consolidados en el resto de España y que, pese a su elementalidad, habían sido excluidos de la vida política y social en el País Vasco.

Hoy es un gran día para España y el País Vasco, porque, al alzarse con la presidencia un socialista sobre la base de un consenso constitucional y estatutario con el PP, ETA ha perdido una batalla muy importante. Si el cambio llega de verdad al sistema educativo y a los medios de comunicación públicos, si el Estatuto de Guernica se ratifica como norma básica del autogobierno y la Constitución es la referencia suprema de la convivencia, el terrorismo va a perder el vivero del odio y de propaganda que le permitía mantenerse vivo en muchos hogares vascos. Ahora van a cambiar las tornas, pero es necesaria la lealtad recíproca de populares y socialistas y un compromiso indestructible frente a la presión que ejercerán nacionalistas y terroristas, cada cual con su propio método.
La primera responsabilidad de Patxi López es consigo mismo: convencerse de que es posible gobernar el País Vasco con el PNV en la oposición y que el nacionalismo es sólo una opción ideológica más. Los nacionalistas están reaccionando con ira incontenida a la pérdida del poder y su oposición es tan inmoral como lo era su forma de gobernar. Esperan asustar a López y chantajear a Zapatero. Ahora se quejan los dirigentes del PNV de que el pacto PSE-PP es ilegítimo. Lo dicen quienes pactaron en Lizarra con los asesinos etarras la limpieza ideológica del País Vasco y quienes han gobernado gracias al beneficio del miedo. Lamentan los del PNV que ETA no pudiera presentarse a las elecciones, pero nunca las cuestionaron por los asesinados y los exiliados. Para el PNV es insoportable que ahora gobiernen los vascos silenciados, los que deberían seguir atemorizados. España y el País Vasco van a ser distintos tras un documento de investidura que hereda lo mejor de aquel gran pacto constitucional que fue el Acuerdo por las Libertades y Contra el Terrorismo de diciembre de 2000. La memoria de lo ocurrido estos años debe actuar como custodio de la buena fe, pero no era este el momento para ajustar cuentas, sino de darle a los vascos las libertades democráticas que durante tanto tiempo se les han negado.

ABC - Editorial

La misión. Por Alfonso Ussía

«Comprendido o incomprendido he de cumplir esta misión». La emocionante frase la ha pronunciado un angustiado Obispo de San Sebastián. «Satisfecho o insatisfecho, mi deber es volver a cenar en el restaurante de mi tía Aurelia», manifestó al abandonar, claramente insatisfecho, el restaurante de su tía Aurelia, Marco Della Lojácono, célebre crítico gastronómico milanés de principios del siglo XX. Siempre hay algo que nos disgusta en nuestras propuestas y acciones. Acababa de producirse una de esas grandes manifestaciones en la Plaza de Oriente con Franco como objeto de los vítores. Clausurado el balcón, ya en un salón del Palacio Real, el general Gavilán felicitó al Caudillo. «Hoy es un día para sentirse enteramente feliz, Excelencia». Franco miró a Gavilán con un deje de melancolía y le dijo: «No tanto, Gavilán, no tanto. A uno de miz nietoz le han puezto un cero en Matemáticaz». La completa satisfacción es imposible, así como la unánime comprensión de las gentes por una misión como la que se propone llevar a cabo el Obispo de San Sebastián.

El señor Obispo se ha lamentado de que «cualquier gesto de la Iglesia vasca con todos los sufrientes es tachado como un equilibrismo». Cuando se refiere a los sufrientes, el señor Obispo no menciona quiénes son los que merecen su preocupación y agobio. Son los familiares de los terroristas de la ETA que se hallan cumpliendo condena por sus crímenes. El señor Obispo –y en este caso mejora a su antecesor–, no tiene inconveniente en «clamar contra la criminal trayectoria de la ETA», pero su obligación es demostrar «su cercanía humana y en muchos casos, su consuelo espiritual a los familiares de los seiscientos presos dispersos». Lo que tendría que hacer el señor Obispo con los familiares de los seiscientos presos dispersos sería regañarles un poquito por lo mal que han educado a sus hijos, con muy buenas palabras, eso sí. Dice el señor Obispo que los familiares de los presos etarras «padecen riesgo y quebranto económico para visitarlos». Ignoro en qué consiste el riesgo. Me figuro que el de cualquier desplazamiento. Y respecto al quebranto económico, el señor Obispo no puede olvidar que durante treinta años, los Gobiernos nacionalistas han ayudado a los familiares de los presos con mucha más generosidad institucional y económica que a los familiares de las víctimas. A partir de ahora la situación puede cambiar, pero quebranto económico hasta la fecha, ninguno.

Tengo para mí que las palabras del señor Obispo encierran un pastoral tono de advertencia. Al señor Obispo tampoco le ha gustado el cambio que se ha producido en Vizcaya, Guipúzcoa y Álava. Los nacionalistas creen que los territorios vascongados son de su propiedad, y el señor Obispo es nacionalista. Al Gobierno del PSE con el apoyo del Partido Popular lo consideran de intrusos. Y una de las fundamentales misiones del señor Obispo es la de combatir pacíficamente por el bien de la economía de los familiares de los terroristas. Me encuentro del lado de los que no lo comprenden. Procedo a pedir perdón por mi perversidad.

La Razón - Opinión

Que calle Garzón y hable la Justicia

«Aun si diéramos por válido el propio auto de Garzón, queda en evidencia que no estamos ante un caso de financiación irregular de un partido, tal y como ocurriera en Filesa, sino de corrupción a título estrictamente individual.»

Lejos de limitarse a cumplimentar la remisión de la totalidad de la causa relativa a la llamada "Operación Gürtel", tal y como le había solicitado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, el juez Baltasar Garzón acaba nuevamente de utilizar una resolución judicial para tratar de incriminar al tesorero y senador del PP por Cantabria, Luis Bárcenas, y al eurodiputado de este partido, Gerardo Galeote. Desatendía con ello los informes del Ministerio Fiscal y lo hacía a sabiendas de su carácter de aforados ante el Tribunal Supremo.


Garzón basa su actuación en el contenido de tres informes policiales aportados por la UDEF –Unidad de Delitos Económicos y Financieros–, según los cuales Bárcenas habría recibido "directa o indirectamente" 1.353.000 euros de la presunta trama de corrupción liderada por el empresario Francisco Correa, mientras que Galeote habría obtenido 652.310 euros. Según estas pesquisas policiales, Francisco Correa y Pablo Crespo disponían de un archivo personal con apuntes contables encabezado con las frases "Detalles entregas L.B" de la contabilidad en negro que se llevaba en uno de los pisos empleados por la supuesta trama. El auto detalla que el tesorero del PP recibió pagos en sobres y revela que los miembros de la trama se referían a él como "Luis el cabrón".

Hay que señalar que estos datos, que ya constaban en la causa, fueron en los que se basó Garzón para reclamar en dos ocasiones su inhibición en favor del Tribunal Supremo, a lo que, por dos ocasiones, la Fiscalía Anticorrupción se negó –la última vez, el pasado lunes– al estimar que estos indicios contra ambos aforados no eran suficientes. Ahora lo único que ha hecho Garzón es poner públicamente nombres y apellidos a esos aforados en lo que debía ser únicamente la remisión de la totalidad de la causa al TSJM.

Así las cosas, este auto de Garzón va a alimentar todavía más el juicio paralelo que se está dando en la opinión pública gracias a unas filtraciones contra las que Bárcenas ya había dirigido escritos de queja contra el juez, tanto al Consejo General como a la Fiscalía. No hay que extrañarse, por ello, de que Bárcenas, tras conocerse este auto, haya dado un paso más al encargar a sus abogados que presenten una querella criminal contra Garzón ante la Sala segunda del Tribunal Supremo.

En cualquier caso, si estos indicios fueran realmente probatorios de la supuesta culpabilidad de los aforados Bárcenas y Galeote, nada impediría al TSJM remitir el caso al Supremo, tal y como ha sido siempre el deseo de Garzón. Además, aun si diéramos por válido el propio auto de Garzón, queda en evidencia que no estamos ante un caso de financiación irregular de un partido, tal y como ocurriera en Filesa, sino de corrupción a título estrictamente individual. En este sentido, hay que advertir que el PP sería, no beneficiario, sino víctima de estas supuestas comisiones que se habrían embolsado dichos aforados por su intermediación a favor de Correa para la organización de eventos de partido. Finalmente, hay que recordar que el jefe de la policía judicial –superior jerárquico de quienes han efectuado las pesquisas y los informes policiales que incriminan a Bárcenas y Galeote– era uno de los compañeros de cacería del juez Garzón, junto al ya ex ministro Bermejo, circunstancia que, si bien no tendría por qué enturbiar su probidad profesional, sí nos hace como mínimo poner el auto en cuarentena.

En Libertad Digital somos tan respetuosos con la presunción de inocencia como convencidos estamos de que la corrupción no conoce de siglas. Es por ello por lo que abogamos por que si hay culpables sean condenados y encarcelados. Pero para ello debe hablar la Justicia, y no los juicios paralelos en la opinión pública alimentados por una actuación judicial manifiestamente indebida. Que dictaminen quienes tienen competencia para ello. Tal vez tenga que ser el Supremo, pero desde luego no Garzón.

Libertad Digital - Editorial

El miedo y el divertimento. Por Hermann Tertsch

No es, por supuesto, un divertimento saber que nuestras instituciones se van a la mierda. Los hay entre nosotros tan preocupados por nuestro tejido institucional y también el legal que nos preocupamos y sufrimos incluso cuando las víctimas inmediatas del desmoronamiento son sus directos responsables, miembros de la secta tontiloca. Están demoliendo sin cesar, sin pausa, sin mayor aspaviento, las instituciones y organizaciones cívicas que los españoles han construido a partir de las cenizas durante décadas. Durante generaciones. Las están arrastrando por el lodo, despojándolas de dignidad y ridiculizando en su perfecta orgía del «aquí no pasa nada». El escándalo es mayúsculo. La vergüenza, infinita. Su repercusión es nula. «Aquí no pasa nada nunca» y todo será «como sea».

El problema está en que la calle lo acusa. No sé si les han insultado alguna vez en un paso de peatones. La primera vez que te llaman «hijo de puta» y te desean que seas deportado cuanto antes impresiona. El primer día que te llaman fascista cruzando una calle y te desean que terroristas palestinos te pillen cuanto antes, molesta. Cuando no te ha pasado nunca y siempre has sido un defensor de tus ideas, te llaman «nazi cabrón» en una esquina y te planteas en qué has ofendido a la gente para que te trate así por la calle. Empiezas a pensar en la razón por la que no estás ya seguro entre la gente. Y piensas ante todo en cómo hemos llegado tan lejos. En cómo han conseguido los peores hacerles con los argumentos. Y cómo los peores, los que nunca arriesgaron nada, han podido imponer con tanta violencia sus criterios al público. Lo cierto es que impuesta la selección negativa, lo único seguro ya es el miedo.

ABC - Opinión