jueves, 3 de diciembre de 2009

La obra predilecta de ZP fracasa en el Congreso. Por Antonio Casado

El diputado José Luis Ayllón (del PP, claro, a juzgar por el sartenazo que le dedica al presidente del Gobierno) ha escrito en su blog que el empleo no se recuperará nunca en España mientras Rodríguez Zapatero no pierda el suyo. Muy ingenioso. No me extrañaría que también fuera suya la frase del día en la sesión parlamentaria de ayer: “Lo que usted nos ofrece, señor Zapatero, es un rótulo luminoso en un solar vacío”.

La pronunció el líder del PP, Mariano Rajoy, durante la presentación parlamentaria de la llamada “Estrategia de Economía Sostenible”, que tampoco desmerece como ocurrencia verbal cuando el camuflaje semántico es el último recurso para decir a los españoles que hay crisis para rato. Al menos la que aflora con la medición de los indicadores clásicos: crecimiento, déficit público y paro. Ninguno de ellos está como para celebrarlo.


Y ninguno de ellos figura como referente del anteproyecto de ley de Economía Sostenible para cuantificar el interminable catálogo de buenas intenciones recogidas en el texto. Moncloa sólo ha utilizado la aritmética para fijar el horizonte de un nuevo modelo económico: 10 años. Pero sin previsiones de PIB, empleo y déficit público, como se hace con los Presupuestos Generales del Estado de cada año. En esas condiciones es imposible someter a un control de calidad esta “Estrategia para el crecimiento económico sostenible” presentada ayer por Rodríguez Zapatero e impugnada por todos los grupos parlamentarios, excepto el socialista.

Mal comienzo, pues, para una hoja de ruta cuyo objetivo, según el propio presidente del Gobierno “no sólo trasciende las posibilidades de una sola ley, sino también las de un solo Gobierno y una sola Legislatura”. Lógico. Lo normal es que el poder haya cambiado de manos antes de que hayan transcurrido los diez años calculados por Zapatero para lograr el cambio de “patrón productivo” tan ambicioso plan de reformas. Por tanto, el consenso es condición necesaria para afrontarlo.

Fracaso de crítica y público

Por lo visto ayer en el Congreso, ningún grupo político está por la labor. Empezando por el que, antes o después a lo largo de los próximos 10 años, puede haber tomado el relevo al frente del Gobierno. Al líder del PP, el borrador oficial y la estrategia de economía sostenible “no pasa de ser un surtido profuso de ocurrencias deslavazadas a medio elaborar, que no está en condiciones de ejercer ninguna influencia apreciable en la triste marcha de la economía”. Los portavoces del resto de los grupos, excepto José Antonio Alonso (PSOE), se expresaron más o menos en los mismos términos. Sánchez Llibre (CiU) calificó el plan de “spot publicitario”, con “mucho envoltorio y poca proteina”. Erkoreka (PNV) dijo que las medidas propuestas son “muchas, pero muy heterogéneas y muy mal articuladas”.

Y así sucesivamente. Lo que permite hablar de fracaso de crítica y público en esta presentación parlamentaria de la obra predilecta de Zapatero. La nueva frontera del zapaterismo, pero cuando el zapaterismo ya ha perdido su encanto fundacional. Y cuando se pierde eso, la credibilidad se resiente hasta el punto de entregar los mejores argumentos a los caprichos del viento. Es el mal que le aqueja de un tiempo a esta parte.


El confidencial

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