domingo, 27 de septiembre de 2009

Una de espías

En el apartado de obituarios de La Vangurdia , hace unos días podía leerse lo siguiente:
“Zefir y Elza eran una pareja tan legendaria como César y Cleopatra, Bonnie & Clyde, Katharine Hepburn y Spencer Tracy, Otelo y Desdémona. Sólo que ellos eran espías profesionales, una de las parejas (marido y mujer) más famosas de la historia del espionaje. Sus verdaderos nombres eran Mijail y Elizabeta Mukazey. Él murió el año pasado, a la edad de 101 años. Ella falleció el pasado 19 de septiembre en Moscú, según ha informado el portavoz del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (el respetado y temido SVR, en la transliteración del ruso) Serguei Ivanov.
Elizabeta Mukazey formó un tándem secreto con su marido durante más de tres décadas. Sus misiones en el espionaje exterior comenzaron en los años cuarenta, cuando Stalin dirigía los destinos de la Unión Soviética, y no regresaron a su país hasta 1977.
Bajo esos aparentes ingenuos seudónimos sirvieron a su Rusia durante más de 50 años, leal y abnegadamente, a riesgo a veces de sus propias vidas. ¡Clara memoria para ellos y eterno agradecimiento a sus descendientes!, decía el comunicado de Ivanov.
La figura del espía no tiene en la Rusia actual una imagen peyorativa como en algunos países de Occidente, sobre todo si el espía es ruso o soviético y trabajó al servicio del país”


Joan Laporta y Joan Oliver, presidente y Director general respectivamente del F C Barcelona forman una pareja (no marido y mujer según fuentes internas del club) cuya secreta, hasta hace poco tiempo, afición por el espionaje les ha hecho ocupar últimamente las portadas de diversos medios deportivos, de información general y políticos. Parece ser que el hecho en cuestión, la contratación de la agencia de detectives “Método 3” para investigar a cuatro vicepresidentes de la entidad, viene de tiempo y el presidente ha impuesto la “ormetá” durante los últimos meses hasta que uno de los afectados sacó el tema a relucir el pasado jueves, en que el escándalo estalló públicamente. El trabajo de espionaje realizado en su vertiente práctica por los detectives contratados parece que ha costado a la entidad 56.000 Euros.
El objeto de los dosieres forma parte de la guerra sucia preelectoral donde se pretende impulsar hacia la presidencia del Barça al tapado de Laporta, el actual directivo, amigo personal del presidente y del director general Oliver, el independentista radical X. Sala i Martín, el economista de las chaquetas de colorines que según declaraciones propias adquirió la nacionalidad norteamericana para renunciar a la española.
El espionaje al que fueron sometidos cuatro de los vicepresidentes ha roto definitivamente las alianzas y equilibrios internos en la actual junta directiva. El juego sucio y el espionaje irrumpen con fuerza en la carrera para suceder a Laporta.


Sobra indicar que, Joan Oliver es otro personaje de la misma cuerda política de Laporta y Sala Martín, antiguo director de TV3, desde esa atalaya privilegiada dio pruebas suficientes para no poner en duda su ideología política en ningún momento de su mandato. Ahora intenta atribuirse todo el marrón y trata de presentar al nuevo líder del independentismo, como víctima de una purga, maniobra o cacería, organizada por los socialistas con el fin de torpedear sus aspiraciones políticas por la independencia de Cataluña. El diario “El Periódico de Catalunya” hoja parroquial del PSC fue el primero en dar la noticia.
Joan Carretero el fundador de Reagrupament, escisión de ERC, ya puede buscarse otra opción política o amorrarse al pilón laportiano.
Mientras tanto, Laporta se hace la víctima, siguiendo el guión general del nacionalismo cuatribarrado “ Las polémicas salen porque me tienen ganas por mi manera de pensar, y a la entidad que está en el mejor momento de su historia”.
Pero no hay que perder de vista que Laporta ha adquirido notoriedad en la sociedad catalana y tiene un nombre gracias al Barça. Antes de ser presidente del Barcelona Laporta no era nadie. Laporta y sus adláteres necesitan al club para ser grandes. Laporta está aprovechando el éxito del club para impulsar el independentismo cuatribarrado. Cree que se ha exagerado el tema del espionaje. Resulta una desfachatez echar las culpas al enemigo exterior cuando el lio lo armaron dentro.
Un periodista de “casa nostra” moderado habla de “Barçagate” y que,” Cataluña es un país pequeño y el Barça es demasiado grande, lo que alimenta todas las ambiciones. Unos socios y seguidores, viven el sueño del Barça, mientras que parece inevitable que otros vivan a costa de este sueño” (observen que, en el oasis raramente se dan nombres, como en tiempos de Franco las cosas hay que sobreentenderlas).


Los independentistas ven al Barça como el ejército sin armas de Cataluña, a través de la presidencia de Laporta han cogido a la entidad como ave de rapiña al débil gorrión, y de ninguna manera quieren dejarle escapar, saben de la fuerza hipnótica que los triunfos deportivos del equipo ejercen sobre las masas cuatribarradas, futboleras o no, conozco a personas que no les gusta el futbol pero en cambio celebran los triunfos del Barça como algo extraordinario fuera del contexto deportivo. Saben que la unión de la palabra ¡Visça! Al Barça, a Catalumya, a la Libertad, a los terminos autodeterminación, independencia etc . Va rompiendo resistencias emocionales internas y asociando sentimientos positivos con conceptos del extremismo cuatribarrado más rancio. Fundamentalmente en las personas jóvenes. Luego el esplendido escaparate propagandístico que una institución tan conocida internacionalmente como el Barça representa, hace que la lucha por el control de la entidad sea a muerte. Guardiolita todavía no ha dicho la última palabra sobre esté y otros asuntos. Ahora es un Dios reverenciado por la afición y los poderes cuatribarrados. Si continúa dominando y controlando el vestuario y los triunfos le siguen acompañando veremos cosas interesantes. El noi de Sampedor es inteligente, ambicioso y cutribarrado de postín.




Por Yauma

0 comentarios: