jueves, 4 de junio de 2009

EL EXTASIS DE PAJIN. Por M. Martín Ferrand

EN su calidad de guardesa de la llama que ilumina el proceder de José Luis Rodríguez Zapatero, Leire Pajín se ha convertido en la gran vestal del socialismo español y debe decirse, con admiración, que es todo un portento en el dislate laudatorio y doctrinal. Ayer, en uno de esos desayunos que ahora se llevan en Madrid, la sacerdotisa Pajín, secretaria de Organización del PSOE, número tres del partido y hagiógrafa sublime del presidente del Gobierno, nos anunció un «acontecimiento histórico para el planeta»: «La próxima coincidencia de la presidencia de Barack Obama en Estados Unidos y de Zapatero en la Unión Europea». No se trata de nada menor o circunstancial. Es, en el entender de Pajín, «una esperanza para muchos seres humanos».

Algo tan ditirámbico y desmedido podría parecer un caso de exceso de celo militante que impulsa a Pajín -pobrecita- a superar los méritos de su predecesor en la función, José Blanco; pero, visto con la generosidad que merece la fe ajena, es un caso de arrebato místico, la transmutación de un carné en entrega absoluta y devoción superlativa. Del mismo modo que Bernini supo ver el Éxtasis de Santa Teresa -expuesto a la admiración popular en la iglesia romana de Santa María de la Victoria- algún gran creador de nuestros días debiera abordar la versión laica del «éxtasis de Leire Pajín».

Ahí es donde falla el PP y se compromete la posibilidad de la alternancia. Si, pongamos por caso, María Dolores de Cospedal o Soraya Sáenz de Santamaría manifestaran ante Mariano Rajoy un arrebato parecido al que exhibe Pajín con sólo nombrar a su líder y señor, podrían cambiar las tornas. Zapatero, socialdemócrata radical y rabioso revisionista del pasado histórico nacional, se parece a Obama como un huevo a una castaña; pero la entrega de una afanada vestal socialista, sacerdotisa del templo de Ferraz, puede buscar parecido donde sólo hay distancias y convertir en par a quien, afortunadamente para la marcha de la Historia, es rotundamente singular. Cuando, en el primer semestre de 2010, el turno convierta al líder socialista en presidente de la UE las discrepancias entre los dos lados del Atlántico se harán más hondas. El de Washington, instalado en la convicción democrática, defiende un modelo político, económico y social y el de Madrid, dado al espasmo y la ocurrencia irresponsable, batalla por seguir en La Moncloa. Sólo les acerca el éxtasis de Pajín.

ABC - Opinión

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