lunes, 15 de junio de 2009

CRIMEN ORGANIZADO

LOS especialistas de la Policía Nacional y la Guardia Civil denuncian con razón las deficiencias de nuestro sistema procesal a la hora de juzgar a las bandas organizadas de delincuentes. ABC ofrecía ayer la transcripción de conversaciones interceptadas a los miembros de algunas bandas de criminales extranjeros que comparaban a España con Alemania; según ellos, en nuestro país «no es arriesgado robar: firmas, te envían a tu casa y ya está». La sensación de impunidad produce un evidente «efecto llamada» que puede convertir al territorio español en el paraíso del crimen organizado en Europa. De ahí que merezca un estudio a fondo la propuesta de crear juzgados especializados para evitar que los órganos jurisdiccionales se pasen el asunto unos a otros. La asociación ilícita debería también tipificarse como delito independiente, y no funcionar como una simple circunstancia agravante en cuestiones como el tráfico de drogas, excluyendo en cambio a los robos. La propia Fiscalía General del Estado plantea estas críticas en su última memoria, pero el Gobierno mira para otro lado y solo se hace visible cuando el asunto tiene trascendencia mediática, como en el «caso José Luis Moreno». La propaganda está reñida casi siempre con la eficacia y, a la hora de la verdad, los delincuentes organizados -cuyo perfil ofrecía también ayer el suplemento D-7- encuentran una y otra vez un agujero legal para eludir la sanción que les corresponde.

La Policía y la Guardia Civil trabajan con rigor y profesionalidad. De hecho, los agentes encargados de esta compleja labor son los más interesados en eliminar esa sensación de impunidad que se refleja en las conversaciones de los arrestados con expresiones tan irritantes como «no te preocupes, que no pasará nada». Aunque no sean la panacea de todos los males, los juzgados especializados están demostrando su utilidad en materias tan diferentes como la violencia de género o determinadas cuestiones de derecho mercantil. Sería muy razonable que tanto el CGPJ como el Ministerio de Justicia pusieran en marcha grupos de trabajo para desarrollar un proyecto serio y riguroso a partir de las experiencias negativas de estos últimos años. La complejidad de este tipo de delitos es un fenómeno evidente, puesto que combina violencia, extorsión, drogas y tráfico ilícito de seres humanos, todo ello a escala internacional. No se puede luchar contra el crimen organizado con instrumentos jurídicos obsoletos e ineficaces.

ABC - Editorial

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